Leido 342 veces
El profesor Jeremías Secchi de Libertador San Martín recibió el 1º premio en el 36º Congreso Argentino de Pediatría. Propone un sistema de evaluación de condición física en las escuelas.

El profesor Jeremías Secchi recibió el 1º premio en el 36º Congreso Argentino de Pediatría.
La Sociedad Argentina de Pediatría otorgó al docente universitario entrerriano Jeremías Secchi el 1º premio al mejor trabajo de investigación, en el marco del 36º Congreso Argentino de Pediatría. En el evento realizado en setiembre –organizado por una de las instituciones médicas más importantes del país–, participaron 6.007 inscriptos, de los cuales el 74% correspondía a médicos pediatras y el resto estaba compuesto por enfermeros, nutricionistas, estudiantes y profesionales de otras áreas.
Secchi es docente de la Universidad Adventista del Plata, institución que financió el estudio, que también tuvo como coautores a Gastón García de la provincia de Mendoza y dos investigadores europeos: Vanesa España-Romero y José Castro-Piñero, que trabajan en importantes y reconocidas instituciones de salud como es el Instituto Karolinska (Suecia), la Universidad de Cádiz (España) y la Universidad de Cambridge (Inglaterra).
Entre 658 trabajos de investigación presentados sobresalió la producción de Secchi, un estudio de campo sobre la capacidad aeróbica de niños y adolescentes, es decir, las condiciones del corazón, vasos sanguíneos y pulmones para funcionar eficientemente.
La evaluación que originalmente se iba a realizar en Libertador San Martín, abarcó finalmente a 1.867 chicos entre los 6 y 19 años, de cinco provincias: Entre Ríos, Buenos Aires, Mendoza, Misiones y Santa Cruz. En total, se indagó en 16 escuelas (10 públicas y seis privadas) de las cuales ocho eran de nivel Primario y dos de zona rural.
“La idea de realizar una evaluación a gran escala en las que estén involucradas varias provincias del país siempre estuvo presente. Las cosas se fueron dando y pudimos contar con la colaboración de nueve profesores de Educación Física, además del licenciado Gastón García. Conformamos un equipo de 11 evaluadores para el trabajo de campo y la recolección de los datos en las diferentes escuelas”, contó a UNO el profesor de la Universidad Adventista del Plata.
Entre las conclusiones salientes, se planteó que tanto a nivel público como privado, no existe la aplicación de una batería de medición de condición física válida y confiable, lo que afecta las tareas de prevención de salud y de seguimiento de casos.
“Los profesores de Educación Física, que evalúan la condición física en sus escuelas –si es que lo hacen, aclaró– eligen los tests que a su criterio les parecen bien, pero no existe una estandarización de los protocolos y pruebas que permitan realizar comparaciones y realizar seguimientos en el tiempo. Esta es una de las razones por las cuales hoy en día existe una carencia de valores de referencia de condición física en la población pediátrica argentina. Ademas no hay estudios científicos serios publicados sobre condición física en esta población. Así, lo que se ha investigado y publicado acerca de los cambios en los niveles de condición física a nivel mundial, el país no figura entre los países analizados simplemente porque no hay datos, no hay gente que investigue y publique en esta área”, explicó Secchi.
Para la tarea de campo, en base al contacto con investigadores europeos especialistas en condición física y salud de niños y adolescentes, se aplicó la batería denominada Alpha, sigla en inglés que significa Evaluación de los Niveles de Actividad y Condición Física. “Lo interesante es que los test incluidos en esta batería son válidos, confiables, seguros y fáciles de aplicar. Además todos los test incluidos se ha demostrado que tienen alguna relación con la salud presente y futura de los niños y adolescentes. Por esta razón la batería Alpha será aplicada en los próximos años en varios países de la Unión Europea, reemplazando al antiguo sistema Eurofit”.
Además de la necesidad de presentar valores normativos de condición física en una muestra de niños y adolescentes argentinos, la investigación tuvo también como objetivo secundario establecer la proporción de jóvenes con un nivel de capacidad aeróbica indicativo de riesgo cardiovascular futuro. Aproximadamente uno de cada tres sujetos (31,6%) tuvo un nivel de capacidad aeróbica indicativo de riesgo cardiovascular futuro.
—¿Qué resultados arrojó esta investigación?
—Son muchos los datos y resultados que se desprenden. Desde el punto de vista aplicativo, el aporte más importante del estudio son las tablas obtenidas con los valores de condición física que permitirán categorizar los niveles de salud de la población escolar. Con ellas, podrá interpretarse el nivel de condición física alcanzado y realizar comparaciones con futuros estudios.
Otro de los resultados interesantes fue que los participantes con niveles de capacidad aeróbica saludable tuvieron mayores niveles de fuerza y velocidad/agilidad; un menor índice de masa corporal, perímetro de cintura y la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue significativamente menor en comparación a los jóvenes con bajos niveles de capacidad aeróbica. Estos resultados apoyan la importancia que tiene promover la actividad física en el ámbito escolar, tratando de incrementar los niveles de capacidad aeróbica y fuerza muscular, proponiendo estímulos (clases de Educación Física) con la frecuencia, intensidad y duración adecuada.
Si comparamos nuestros datos con los de otros 13 países, nos encontramos entre aquellos con niveles de condición física más bajos.
—¿Qué se observa en relación a la condición física de los niños y adolescentes? ¿Hay cambios perceptibles respecto de los últimos años?
–A nivel mundial investigadores reconocidos en Fisiología Pediátrica sostienen que el descenso en el rendimiento aeróbico no es producido por un cambio en el VO2 pico (consumo máximo de oxígeno pico), sino que puede ser atribuido a los incrementos en la prevalencia e incidencia de sobrepeso y obesidad de la población. Este incremento está asociado a los bajos niveles de actividad física y a una alimentación no saludable.
—¿A qué tipo de evaluación se sometieron los chicos?
—Los chicos fueron evaluados en cuatro componentes de la condición física, aplicando la batería Alpha de alta prioridad, en este orden:
*Componente morfológico: se midió el peso, la talla y el perímetro de cintura.
*Componente muscular: se midió el salto de longitud como indicador de la fuerza en miembros inferiores.
*Componente motor: se midió el test 4×10 metros, como indicador de la velocidad/agilidad y coordinación de los sujetos.
*Componente cardiorrespiratorio: se evaluó con el test de Course Navette o test de ida y vuelta de 20 metros. Cada test se midió dos veces en cada sujeto en el mismo momento, con excepción del Course Navette que se evaluó una sola vez.
—¿Cómo se debería trabajar y planificar para mejorar esta situación de salud pública?
—Desde mi perspectiva, la clave para mejorar o producir cambios saludables en la sociedad está en la educación y formación de hábitos saludables, que deben ser promovidos por la familia y la escuela. El problema es que la “primera institución” (la familia) y como consecuencia la segunda (la escuela) están en crisis. Educar y reeducar el gusto por las cosas buenas, como el consumo de frutas, verduras, semillas y cereales, el placer del ejercicio al aire libre y programas de actividad física en familia.
Factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares
—¿Los riesgos cardiovasculares son cada vez mayores, a menor edad?
—Se ha demostrado por evidencia en disección de cadáveres que la enfermedad de las arterias coronarias tiene su origen a edades tempranas, aún en la infancia. Sin embargo los efectos y manifestaciones de esta enfermedad por lo general se producen en los adultos de mediana edad. De ahí la importancia de la prevención a edades tempranas, en cuanto a la importancia de los hábitos alimentación y ejercicio, con el objetivo de evitar o retrasar la aparición de estas enfermedades.
Existen varios indicadores o factores que están asociados a un mayor o menor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en el presente o en el futuro: uno de ellos es la capacidad aeróbica que en adultos es un fuerte indicador y pronosticador de mortalidad prematura. Sin embargo en niños y adolescentes la mortalidad por enfermedad cardiovascular es relativamente baja y no hay estudios que asocien a la capacidad aeróbica con la mortalidad cardiovascular, en esta población. Sin embargo la capacidad aeróbica en niños y adolescentes está relacionada con un perfil metabólico, bioquímico y morfológico que son desencadenantes de enfermedades crónicas no transmisibles como el síndrome metabólico, la hipertensión, la diabetes, entre otras.
Es importante aclarar que hablar de riesgos o factores de riesgos no es lo mismo que hablar de enfermedad diagnosticada. Un factor de riesgo es una característica que está relacionada con una mayor probabilidad de desarrollar una enfermedad, que si esa característica estuviera ausente. Desde ese punto de vista podemos mencionar a la inactividad física, la obesidad infantil, la hipertensión y a la falta de control metabólico como factores que están en aumento en la población pediátrica. (Fuente: Diario Uno)
Una investigación entrerriana obtuvo la máxima distinción en Pediatría
Leido 342 veces
El profesor Jeremías Secchi de Libertador San Martín recibió el 1º premio en el 36º Congreso Argentino de Pediatría. Propone un sistema de evaluación de condición física en las escuelas.
El profesor Jeremías Secchi recibió el 1º premio en el 36º Congreso Argentino de Pediatría.
La Sociedad Argentina de Pediatría otorgó al docente universitario entrerriano Jeremías Secchi el 1º premio al mejor trabajo de investigación, en el marco del 36º Congreso Argentino de Pediatría. En el evento realizado en setiembre –organizado por una de las instituciones médicas más importantes del país–, participaron 6.007 inscriptos, de los cuales el 74% correspondía a médicos pediatras y el resto estaba compuesto por enfermeros, nutricionistas, estudiantes y profesionales de otras áreas.
Secchi es docente de la Universidad Adventista del Plata, institución que financió el estudio, que también tuvo como coautores a Gastón García de la provincia de Mendoza y dos investigadores europeos: Vanesa España-Romero y José Castro-Piñero, que trabajan en importantes y reconocidas instituciones de salud como es el Instituto Karolinska (Suecia), la Universidad de Cádiz (España) y la Universidad de Cambridge (Inglaterra).
Entre 658 trabajos de investigación presentados sobresalió la producción de Secchi, un estudio de campo sobre la capacidad aeróbica de niños y adolescentes, es decir, las condiciones del corazón, vasos sanguíneos y pulmones para funcionar eficientemente.
La evaluación que originalmente se iba a realizar en Libertador San Martín, abarcó finalmente a 1.867 chicos entre los 6 y 19 años, de cinco provincias: Entre Ríos, Buenos Aires, Mendoza, Misiones y Santa Cruz. En total, se indagó en 16 escuelas (10 públicas y seis privadas) de las cuales ocho eran de nivel Primario y dos de zona rural.
“La idea de realizar una evaluación a gran escala en las que estén involucradas varias provincias del país siempre estuvo presente. Las cosas se fueron dando y pudimos contar con la colaboración de nueve profesores de Educación Física, además del licenciado Gastón García. Conformamos un equipo de 11 evaluadores para el trabajo de campo y la recolección de los datos en las diferentes escuelas”, contó a UNO el profesor de la Universidad Adventista del Plata.
Entre las conclusiones salientes, se planteó que tanto a nivel público como privado, no existe la aplicación de una batería de medición de condición física válida y confiable, lo que afecta las tareas de prevención de salud y de seguimiento de casos.
“Los profesores de Educación Física, que evalúan la condición física en sus escuelas –si es que lo hacen, aclaró– eligen los tests que a su criterio les parecen bien, pero no existe una estandarización de los protocolos y pruebas que permitan realizar comparaciones y realizar seguimientos en el tiempo. Esta es una de las razones por las cuales hoy en día existe una carencia de valores de referencia de condición física en la población pediátrica argentina. Ademas no hay estudios científicos serios publicados sobre condición física en esta población. Así, lo que se ha investigado y publicado acerca de los cambios en los niveles de condición física a nivel mundial, el país no figura entre los países analizados simplemente porque no hay datos, no hay gente que investigue y publique en esta área”, explicó Secchi.
Para la tarea de campo, en base al contacto con investigadores europeos especialistas en condición física y salud de niños y adolescentes, se aplicó la batería denominada Alpha, sigla en inglés que significa Evaluación de los Niveles de Actividad y Condición Física. “Lo interesante es que los test incluidos en esta batería son válidos, confiables, seguros y fáciles de aplicar. Además todos los test incluidos se ha demostrado que tienen alguna relación con la salud presente y futura de los niños y adolescentes. Por esta razón la batería Alpha será aplicada en los próximos años en varios países de la Unión Europea, reemplazando al antiguo sistema Eurofit”.
Además de la necesidad de presentar valores normativos de condición física en una muestra de niños y adolescentes argentinos, la investigación tuvo también como objetivo secundario establecer la proporción de jóvenes con un nivel de capacidad aeróbica indicativo de riesgo cardiovascular futuro. Aproximadamente uno de cada tres sujetos (31,6%) tuvo un nivel de capacidad aeróbica indicativo de riesgo cardiovascular futuro.
—¿Qué resultados arrojó esta investigación?
—Son muchos los datos y resultados que se desprenden. Desde el punto de vista aplicativo, el aporte más importante del estudio son las tablas obtenidas con los valores de condición física que permitirán categorizar los niveles de salud de la población escolar. Con ellas, podrá interpretarse el nivel de condición física alcanzado y realizar comparaciones con futuros estudios.
Otro de los resultados interesantes fue que los participantes con niveles de capacidad aeróbica saludable tuvieron mayores niveles de fuerza y velocidad/agilidad; un menor índice de masa corporal, perímetro de cintura y la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue significativamente menor en comparación a los jóvenes con bajos niveles de capacidad aeróbica. Estos resultados apoyan la importancia que tiene promover la actividad física en el ámbito escolar, tratando de incrementar los niveles de capacidad aeróbica y fuerza muscular, proponiendo estímulos (clases de Educación Física) con la frecuencia, intensidad y duración adecuada.
Si comparamos nuestros datos con los de otros 13 países, nos encontramos entre aquellos con niveles de condición física más bajos.
—¿Qué se observa en relación a la condición física de los niños y adolescentes? ¿Hay cambios perceptibles respecto de los últimos años?
–A nivel mundial investigadores reconocidos en Fisiología Pediátrica sostienen que el descenso en el rendimiento aeróbico no es producido por un cambio en el VO2 pico (consumo máximo de oxígeno pico), sino que puede ser atribuido a los incrementos en la prevalencia e incidencia de sobrepeso y obesidad de la población. Este incremento está asociado a los bajos niveles de actividad física y a una alimentación no saludable.
—¿A qué tipo de evaluación se sometieron los chicos?
—Los chicos fueron evaluados en cuatro componentes de la condición física, aplicando la batería Alpha de alta prioridad, en este orden:
*Componente morfológico: se midió el peso, la talla y el perímetro de cintura.
*Componente muscular: se midió el salto de longitud como indicador de la fuerza en miembros inferiores.
*Componente motor: se midió el test 4×10 metros, como indicador de la velocidad/agilidad y coordinación de los sujetos.
*Componente cardiorrespiratorio: se evaluó con el test de Course Navette o test de ida y vuelta de 20 metros. Cada test se midió dos veces en cada sujeto en el mismo momento, con excepción del Course Navette que se evaluó una sola vez.
—¿Cómo se debería trabajar y planificar para mejorar esta situación de salud pública?
—Desde mi perspectiva, la clave para mejorar o producir cambios saludables en la sociedad está en la educación y formación de hábitos saludables, que deben ser promovidos por la familia y la escuela. El problema es que la “primera institución” (la familia) y como consecuencia la segunda (la escuela) están en crisis. Educar y reeducar el gusto por las cosas buenas, como el consumo de frutas, verduras, semillas y cereales, el placer del ejercicio al aire libre y programas de actividad física en familia.
Factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares
—¿Los riesgos cardiovasculares son cada vez mayores, a menor edad?
—Se ha demostrado por evidencia en disección de cadáveres que la enfermedad de las arterias coronarias tiene su origen a edades tempranas, aún en la infancia. Sin embargo los efectos y manifestaciones de esta enfermedad por lo general se producen en los adultos de mediana edad. De ahí la importancia de la prevención a edades tempranas, en cuanto a la importancia de los hábitos alimentación y ejercicio, con el objetivo de evitar o retrasar la aparición de estas enfermedades.
Existen varios indicadores o factores que están asociados a un mayor o menor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en el presente o en el futuro: uno de ellos es la capacidad aeróbica que en adultos es un fuerte indicador y pronosticador de mortalidad prematura. Sin embargo en niños y adolescentes la mortalidad por enfermedad cardiovascular es relativamente baja y no hay estudios que asocien a la capacidad aeróbica con la mortalidad cardiovascular, en esta población. Sin embargo la capacidad aeróbica en niños y adolescentes está relacionada con un perfil metabólico, bioquímico y morfológico que son desencadenantes de enfermedades crónicas no transmisibles como el síndrome metabólico, la hipertensión, la diabetes, entre otras.
Es importante aclarar que hablar de riesgos o factores de riesgos no es lo mismo que hablar de enfermedad diagnosticada. Un factor de riesgo es una característica que está relacionada con una mayor probabilidad de desarrollar una enfermedad, que si esa característica estuviera ausente. Desde ese punto de vista podemos mencionar a la inactividad física, la obesidad infantil, la hipertensión y a la falta de control metabólico como factores que están en aumento en la población pediátrica. (Fuente: Diario Uno)