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La versión se fortaleció ayer en medios de comunicación de circulación nacional. Se estima que sería para proyectarlo como candidato presidencial desde la jefatura del Gabinete de Cristina.

La versión se fortaleció ayer en medios de comunicación de circulación nacional.
La publicación ayer en el diario Clarín del dato que da cuenta de que el gobernador, Sergio Urribarri, podría transformarse en el jefe de un relanzado Gabinete Nacional a partir del 28 de octubre disparó una serie de elucubraciones y debates en el oficialismo entrerriano.
En rigor de verdad el dato no es nuevo. No se trata de una primicia. Este diario hizo referencia al tema en la sección Hoy por Hoy del martes -del periodista Carlos Matteoda- titulada La salud de Cristina acelera los tiempos de la interna; y tampoco puede decirse que en ese momento se haya tratado de una primicia. El rumor venía circulando desde unos días antes.
Claro que la publicación en Clarín le dio una entidad diferente, ya que se trata de la nave insignia del grupo empresario y periodístico enfrentado con el gobierno nacional.
La nota, básicamente, señala que Urribarri tiene “la cuota de kirchnerismo en sangre más alta entre todos los gobernadores y lo demuestra con sus discursos en cada encuentro peronista”. Tras lo cual destaca la postura del gobernador entrerriano en los últimos días frente al recrudecimiento del conflicto con Uruguay por el aumento de la contaminación originado por una mayor producción de pasta celulosa que afecta la biodiversidad en el Río de los Pájaros.
La hipótesis encuadra con lo que sostienen otros medios, respecto de que Urribarri es el “Plan A” del kirchnerismo, esto es, el candidato a presidente que quisieran tener en 2015; mientras el gobernador bonaerense Daniel Scioli es el “Plan B”, es decir, el candidato que podría llegar a tener el oficialismo como producto de una negociación en la que los kirchneristas lleguen con cierta debilidad.
Tomando este dato como cierto, las chances de que Cristina Fernández decida mostrar a Urribarri en la gran vidriera nacional apuntarían a su consolidación como candidato presidencial del sector. Está claro que desplazar a Juan Manuel Abal Medina de ese cargo no implica conflictos políticos territoriales, ya que más allá del célebre apellido, el exfuncionario de Fernando de la Rúa no tiene un respaldo político similar al de ningún gobernador peronista.
La mejor carta
Los argumentos que se esgrimen en la publicación de Clarín -atribuidos a una fuente innominada- son similares a los que se venían escuchando: “Abal Medina nunca logró brillo. No tiene peso entre los gobernadores ni en el peronismo. Urribarri sería mucho mejor carta para los dos años que vienen”.
El gran diario argentino destaca casi que por primera vez, el hecho de que Urribarri fue uno de los gobernadores oficialistas que le ofrendó a la Casa Rosada “una clara victoria por 22 puntos de distancia” en las elecciones primarias de agosto.
Tras ello, se repasan las características de dialoguista y componedor del Pato como presidente de la Cámara de Diputados entrerriana en la segunda gestión de Jorge, y luego como ministro político en la tercera gestión bustista. Se omite señalar que esas mismas condiciones lo caracterizaron como jefe del bloque opositor durante la recordada segunda gestión de Sergio Montiel, pero igualmente la nota de Leonardo Mindez deja en claro esas características del entrerriano.
Otros datos, tal vez ya conocidos en la provincia, le dan volumen a la información. Entre ellos, la lealtad al gobierno de Cristina durante el denominado conflicto del campo y el rol protagónico que asumió en la presente campaña electoral.
Como lo resumió el titular de la Anses, Diego Bossio, anteayer en Paraná. “Vemos en el Pato a alguien que no solo ha tenido una carrera de militancia y entrega hacia la política, sino también un fiel representante de aquellas banderas históricas del peronismo que revitalizó el kirchnerismo”.
La ecuación política
Las especulaciones se relanzaron con fuerza en las últimas horas en el oficialismo. La principal tiene que ver con la evaluación de los riesgos que podría implicar la jugada. Aunque ningún funcionario provincial admitió haber hablado del tema con Urribarri, la mayoría sopesó las ventajas y desventajas.
Las primeras son obvias. Dispondría el gobernador de un lugar para mostrarse durante dos años como gestor de temas complejos, como articulador del diálogo y como sostén de las principales políticas del kirchnerismo durante los últimos meses de la gestión de Cristina, en las que indudablemente la estrella política de la Presidenta comenzará a perder fulgor.
En ese contexto, Urribarri podría mostrarse como el adecuado continuador del modelo.
El riesgo, en tanto, está relacionado con el desgaste que esta situación pueda traer aparejada. Se sabe que el final de una gestión puede incluir medidas antipáticas -por ejemplo, el tan mentado sinceramiento tarifario- y en ese caso el efecto podría no ser tan beneficioso.
Efecto dominó
A su vez, este “anticipo” de Urribarri en la liga nacional de la política podría también acelerar definiciones en la provincia, ya que la mayor certeza del protagonismo del entrerriano en el plano nacional podría alentar a los aspirantes a la Casa Gris a actuar con más velocidad. La candidatura seguirá siendo una chance entre varias, pero estará definitivamente instalado en la mesa de decisión, lo que en la hipótesis de mínima lo posicionaría incluso como un eventual funcionario de peso del eventual gobierno de Scioli.
Tal vez muchos de los que discreparon con el intendente villaguayense Adrián Fuertes, que es el único que lanzó su postulación a gobernador para 2015; deban ahora pensar en imitarlo.
También está claro que la eventual inclusión de Urribarri en el gabinete de Cristina no implicaría que en Entre Ríos cada quien haga lo que quiera, sino por el contrario, la conducción política que ejerce del oficialismo entrerriano se vería claramente fortalecida.
En tanto, el manejo del gobierno, en manos de muchos funcionarios que él designó, y garantizado en la conducción del leal vicegobernador José Cáceres, no debería pasar zozobras.
Los entendidos de estas cuestiones dicen que el tren pasa una sola vez, y hay que saber subirse. Por ahora, solo se ha escuchado el silbato, pero los allegados a Urribarri sostienen que al oriundo de Barú le sobra audacia política para intentarlo.
Si se repasa la carrera política de quien es hoy el principal habitante de la Casa Gris se puede observar que en otras situaciones, ha tenido la decisión de determinación y el olfato necesarios para llegar al lugar donde esta hoy.
En caso de que el ofrecimiento de conducir el Gabinete nacional se concrete, esas condiciones estarán nuevamente puestas a prueba. (Fuente: Diario Uno)
Urribarri sería parte de un relanzado gabinete nacional
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La versión se fortaleció ayer en medios de comunicación de circulación nacional. Se estima que sería para proyectarlo como candidato presidencial desde la jefatura del Gabinete de Cristina.
La versión se fortaleció ayer en medios de comunicación de circulación nacional.
La publicación ayer en el diario Clarín del dato que da cuenta de que el gobernador, Sergio Urribarri, podría transformarse en el jefe de un relanzado Gabinete Nacional a partir del 28 de octubre disparó una serie de elucubraciones y debates en el oficialismo entrerriano.
En rigor de verdad el dato no es nuevo. No se trata de una primicia. Este diario hizo referencia al tema en la sección Hoy por Hoy del martes -del periodista Carlos Matteoda- titulada La salud de Cristina acelera los tiempos de la interna; y tampoco puede decirse que en ese momento se haya tratado de una primicia. El rumor venía circulando desde unos días antes.
Claro que la publicación en Clarín le dio una entidad diferente, ya que se trata de la nave insignia del grupo empresario y periodístico enfrentado con el gobierno nacional.
La nota, básicamente, señala que Urribarri tiene “la cuota de kirchnerismo en sangre más alta entre todos los gobernadores y lo demuestra con sus discursos en cada encuentro peronista”. Tras lo cual destaca la postura del gobernador entrerriano en los últimos días frente al recrudecimiento del conflicto con Uruguay por el aumento de la contaminación originado por una mayor producción de pasta celulosa que afecta la biodiversidad en el Río de los Pájaros.
La hipótesis encuadra con lo que sostienen otros medios, respecto de que Urribarri es el “Plan A” del kirchnerismo, esto es, el candidato a presidente que quisieran tener en 2015; mientras el gobernador bonaerense Daniel Scioli es el “Plan B”, es decir, el candidato que podría llegar a tener el oficialismo como producto de una negociación en la que los kirchneristas lleguen con cierta debilidad.
Tomando este dato como cierto, las chances de que Cristina Fernández decida mostrar a Urribarri en la gran vidriera nacional apuntarían a su consolidación como candidato presidencial del sector. Está claro que desplazar a Juan Manuel Abal Medina de ese cargo no implica conflictos políticos territoriales, ya que más allá del célebre apellido, el exfuncionario de Fernando de la Rúa no tiene un respaldo político similar al de ningún gobernador peronista.
La mejor carta
Los argumentos que se esgrimen en la publicación de Clarín -atribuidos a una fuente innominada- son similares a los que se venían escuchando: “Abal Medina nunca logró brillo. No tiene peso entre los gobernadores ni en el peronismo. Urribarri sería mucho mejor carta para los dos años que vienen”.
El gran diario argentino destaca casi que por primera vez, el hecho de que Urribarri fue uno de los gobernadores oficialistas que le ofrendó a la Casa Rosada “una clara victoria por 22 puntos de distancia” en las elecciones primarias de agosto.
Tras ello, se repasan las características de dialoguista y componedor del Pato como presidente de la Cámara de Diputados entrerriana en la segunda gestión de Jorge, y luego como ministro político en la tercera gestión bustista. Se omite señalar que esas mismas condiciones lo caracterizaron como jefe del bloque opositor durante la recordada segunda gestión de Sergio Montiel, pero igualmente la nota de Leonardo Mindez deja en claro esas características del entrerriano.
Otros datos, tal vez ya conocidos en la provincia, le dan volumen a la información. Entre ellos, la lealtad al gobierno de Cristina durante el denominado conflicto del campo y el rol protagónico que asumió en la presente campaña electoral.
Como lo resumió el titular de la Anses, Diego Bossio, anteayer en Paraná. “Vemos en el Pato a alguien que no solo ha tenido una carrera de militancia y entrega hacia la política, sino también un fiel representante de aquellas banderas históricas del peronismo que revitalizó el kirchnerismo”.
La ecuación política
Las especulaciones se relanzaron con fuerza en las últimas horas en el oficialismo. La principal tiene que ver con la evaluación de los riesgos que podría implicar la jugada. Aunque ningún funcionario provincial admitió haber hablado del tema con Urribarri, la mayoría sopesó las ventajas y desventajas.
Las primeras son obvias. Dispondría el gobernador de un lugar para mostrarse durante dos años como gestor de temas complejos, como articulador del diálogo y como sostén de las principales políticas del kirchnerismo durante los últimos meses de la gestión de Cristina, en las que indudablemente la estrella política de la Presidenta comenzará a perder fulgor.
En ese contexto, Urribarri podría mostrarse como el adecuado continuador del modelo.
El riesgo, en tanto, está relacionado con el desgaste que esta situación pueda traer aparejada. Se sabe que el final de una gestión puede incluir medidas antipáticas -por ejemplo, el tan mentado sinceramiento tarifario- y en ese caso el efecto podría no ser tan beneficioso.
Efecto dominó
A su vez, este “anticipo” de Urribarri en la liga nacional de la política podría también acelerar definiciones en la provincia, ya que la mayor certeza del protagonismo del entrerriano en el plano nacional podría alentar a los aspirantes a la Casa Gris a actuar con más velocidad. La candidatura seguirá siendo una chance entre varias, pero estará definitivamente instalado en la mesa de decisión, lo que en la hipótesis de mínima lo posicionaría incluso como un eventual funcionario de peso del eventual gobierno de Scioli.
Tal vez muchos de los que discreparon con el intendente villaguayense Adrián Fuertes, que es el único que lanzó su postulación a gobernador para 2015; deban ahora pensar en imitarlo.
También está claro que la eventual inclusión de Urribarri en el gabinete de Cristina no implicaría que en Entre Ríos cada quien haga lo que quiera, sino por el contrario, la conducción política que ejerce del oficialismo entrerriano se vería claramente fortalecida.
En tanto, el manejo del gobierno, en manos de muchos funcionarios que él designó, y garantizado en la conducción del leal vicegobernador José Cáceres, no debería pasar zozobras.
Los entendidos de estas cuestiones dicen que el tren pasa una sola vez, y hay que saber subirse. Por ahora, solo se ha escuchado el silbato, pero los allegados a Urribarri sostienen que al oriundo de Barú le sobra audacia política para intentarlo.
Si se repasa la carrera política de quien es hoy el principal habitante de la Casa Gris se puede observar que en otras situaciones, ha tenido la decisión de determinación y el olfato necesarios para llegar al lugar donde esta hoy.
En caso de que el ofrecimiento de conducir el Gabinete nacional se concrete, esas condiciones estarán nuevamente puestas a prueba. (Fuente: Diario Uno)