El año de Rogelio Frigerio con Javier Milei

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El gobernador llegó al poder después de 20 años de peronismo y le toca lidiar con Milei.

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Rogelio Frigerio cursa su primer año de gestión al frente del Sillón de Urquiza, que le arrebató al peronismo luego de 20 años en el ejercicio del poder, en un inusual escenario de motosierra paleolibertaria que comanda con tanta inexperiencia como determinación Javier Milei.

Así y todo, la relación entre el gobernador de Entre Ríos y el presidente de la Nación, con al altibajos, puede afirmarse que tiene un saldo positivo. Frigerio repite que comparte con Milei “un norte de país a seguir”, que tiene que ver con el déficit cero y el combate a la inflación, entre otros aspectos globales.

Al tiempo, sigue reclamando las casi 200 obras prometidas por el jefe de Gabinete Guillermo Francos, la compensación del consenso fiscal de 2017, los fondos para la Caja de Jubilaciones y la cuestión de Salto Grande. Esta última y los fondos que adeuda ANSES fueron temas judicializados en la Corte, algo de lo que también hace gala la Casa Gris al mencionar que fueron los primeros en reclamar al poder central, aun en estos tiempos de motosierra y castigos a los díscolos.

El vinculo entre Milei, y el entrerriano pasó del afectuoso “¿qué haces, Roger?”, que se viralizó, del libertario hacia el gobernador de Entre Ríos en el primer encuentro del jefe de Estado con mandatarios provinciales en la Casa Rosada, a la sequía de mensajes hasta el día en que se firmó el Pacto de Mayo, en la ya lejana medianoche del 9 de julio, en Tucumán. Fue también, el entrerriano, el primero en firmar un acuerdo con Francos para traspasar obras de Nación a la provincia. Aunque todavía no se pudo concretar ningún convenio particular. Un clásico del desorden libertario: Fotos para acuerdos que nunca se concretan. O pactos firmados con funcionarios que son eyectados cuando aún la tinta está fresca.

La relación entre ambos mandatarios es referida en la provincia como “cordial, donde hay coincidencias y también diferencias” que “las expresó yendo a fondo con demandas ante el gobierno nacional y no hay ninguna duda que lo va a seguir haciendo”, dice alguien que acompaña todo el tiempo a Frigerio. “No se puede decir que hablan todos los días pero tampoco es distante. Es cordial”, refuerzan sobre el dialogo entre el gobernador y el Presidente.

Así, la relación entre la Rosada y la provincia durante el 2025 se vislumbra con los desafíos propios de un año electoral. La foto de Frigerio junto a Karina Milei en Buenos Aires abrió un mar de especulaciones respecto de un acuerdo electoral. Especulaciones que no cesarán, posiblemente, hasta la noche misma del cierre de listas. En el entorno del gobernador repiten que dividir el voto entre LLA y Juntos puede hacer que el peronismo recupere las dos bancas en el Senado, un escenario que no conviene ni a unos ni a otros. En tanto, cuando Martín Menem visitó la provincia picanteó con un “estamos dispuestos a abrazar y abrirles las puertas a todos”. De todos modos, los actores locales de un bando y del otro están condicionados por los acuerdo macro que se den, o no, en el plano nacional. Aunque, estos condicionantes se conviertan en determinantes para los libertarios y no así para Frigerio, que tiene más margen de autonomía que sus eventuales socios.

Como activos, Frigerio tiene para mostrar en su primer año de gobierno el avance del proyecto de reforma política, que cuando se vote en la Legislatura antes de la Navidad significará un cambio histórico para los entrerrianos cuando deban ir a las urnas. El proyecto de ley de fitosanitarios, también pronto a aprobarse, también era -es aún- una deuda de la política entrerriana con el sector productivo, uno de los pilares de la economía de esta geografía. La relación con los sindicatos docentes, que tuvo momentos de máxima tensión, logró encaminarse y arreglarse para convenir incluso un buen comienzo del ciclo lectivo en el año próximo. (Fuente: Entre Ríos Diario)