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La Red por las personas en situación de calle, ámbito que integra la Defensoría del Pueblo de Paraná junto a una veintena de organizaciones e instituciones de la ciudad, presentó un proyecto en el marco de una convocatoria lanzada por la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), sobre Acciones de Extensión en la Emergencia, y fue seleccionado para su instrumentación en dos refugios municipales existentes, habilitados de forma especial en el marco del aislamiento preventivo y obligatorio.
La Defensoría del Pueblo de Paraná participa de un proyecto de extensión.
Sobre “habitar las calles” en épocas de pandemia es el título de la propuesta, que depende de la Facultad de Trabajo Social (FTS-UNER), y cuyos objetivos consisten en “habilitar espacios saludables tendientes a recrear prácticas de convivencia, reforzar vínculos y estimular proyectos a personas en situación de calle que actualmente y durante la cuarentena por el COVID-19 residen en refugios habilitados por el municipio local”.
Actualmente, unas 70 personas, en su mayoría hombres, permanecen en dos lugares: en el Centro Integrador Comunitario (CIC) Este, ubicado en calles Fermín Garay y Roque Sáenz Peña, y otro situado en la sede de Defensa Civil, en calle Enrique Carbó 945, habilitados en marzo, ante las medidas de aislamiento obligatorio dispuestas en el marco del COVID-19.
“Estas personas, muchas de ellas habituadas a vivir sin límites espaciales y temporales, hoy se encuentran conviviendo y compartiendo con muchos otros desconocidos un lugar con normas y límites de convivencias establecidas. La apuesta entonces es poder acompañar el transcurso de la vida cotidiana de los mismos, habilitando espacios desde donde construir / fortalecer vínculos que es uno de los aspectos de mayor vulnerabilidad en estos sujetos, recrear prácticas solidarias y cooperativas y cargar al tiempo ocioso de sentidos diferentes”, consigna una párrafo del proyecto.
La propuesta se enmarca en una perspectiva de promoción y restitución de derechos, con el objetivo de acompañar a quienes atraviesan “una de las manifestaciones más crudas de los procesos de exclusión social”. Se expone que son múltiples y heterogéneas las “razones por las cuales las personas llegan a estar en situación de calle: pérdida del trabajo, falta de contención afectiva, social y familiar, padecimientos psíquicos, consumo problemático de sustancias, fragilización y perdida de lazos sociales, entre otras. Las historias de vida de estas personas se encuentran signadas por la vulneración sucesiva de derechos humanos fundamentales”.
En qué consiste
La iniciativa consiste en una serie de talleres y actividades, que reúne a estudiantes avanzados de la carrera de Trabajo Social, integrantes de las distintas organizaciones de la Red y voluntarios. Para llevarla a cabo, se necesita de la comunidad la colaboración con materiales y herramientas.
El trabajo es en red con otras instituciones como, por ejemplo, el Hospital Escuela de Salud Mental y el Centro Huella, el Centro de Salud Malvinas Argentinas y el propio Centro Integrador Comunitario.
Las actividades previstas siguen tres líneas de trabajo: capacitación, recreativas, artísticas y culturales; reconstrucción de historias de vida y registros de las personas alojadas y actividades de articulación, acompañamiento y fortalecimiento del recurso humano y demás actores vinculados a la situación.
Se plantea otro eje de trabajo consistente en la realización de entrevistas para la organización de legajos que contengan las historias personales de los alojados y un espacio de gestiones y articulaciones para atender ciertas demandas vinculadas al acceso a derechos, como trámites para obtener DNI, tarjetas de colectivo, gestiones del Certificado Nacional de Discapacidad, de pensiones, tarjetas alimentarias, cobro en cajero, entre otras.
Actualmente se están desarrollando con buena respuesta: talleres de costura, huerta, panadería, carpintería, bijouterie y rap. Además, semanalmente, tienen lugar “asambleas convivenciales” y “círculos de conversación” que apuntan a establecer prácticas de diálogo, tramitación de emociones y generación de mirada a futuro a través de la circulación de la palabra y la construcción colectiva de la convivencia.
La Defensoría del Pueblo forma parte de la mesa de gestión del proyecto, colabora en la articulación para los trámites de validación de derechos y, además, un grupo de mediadores comunitarios voluntarios participa de los espacios semanales de conversación.
La duración del proyecto es de un trimestre y se espera que la experiencia genere el compromiso de parte del Municipio de garantizar la continuidad de la intervención sumando equipos propios. La coordinación está a cargo de la Trabajadora Social Verónica Rocha y los integrantes del equipo son: Delfina Recalde (Hospital Escuela de Salud Mental / FTS-UNER), Natalia Peter (Hospital Escuela de Salud Mental), Daniela Barreto (Red Puentes), Leandro Sarli (Responsable de Refugios, Municipalidad de Paraná), Aracelys Enriqueta Torné (Suma de Voluntades) e Irina Chausovsky (Defensoría del Pueblo Paraná).
Donaciones
Si bien el proyecto cuenta con financiamiento de parte del Consejo de Extensión de la UNER, dada la variedad de actividades en ejecución, crece la necesidad de materiales para su desarrollo, por lo que serán bienvenidas donaciones de la comunidad, especialmente las relativas a: telas, hilos, elástico, agujas, madera, pintura, pinceles, clavos, herramientas de carpintería y huerta, juegos de mesa, yerba, frazadas y ropa de abrigo.
Las donaciones pueden acercarse a la sede del CIC, preferentemente por la mañana, o puede coordinarse su entrega/búsqueda telefónicamente comunicándose al número 4344777 los lunes, miércoles y viernes, de 8 a 11. (Fuente: Defensoria del Pueblo)
Talleres y espacios de encuentro con personas en situación de calle que permanecen en refugios
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La Red por las personas en situación de calle, ámbito que integra la Defensoría del Pueblo de Paraná junto a una veintena de organizaciones e instituciones de la ciudad, presentó un proyecto en el marco de una convocatoria lanzada por la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), sobre Acciones de Extensión en la Emergencia, y fue seleccionado para su instrumentación en dos refugios municipales existentes, habilitados de forma especial en el marco del aislamiento preventivo y obligatorio.
La Defensoría del Pueblo de Paraná participa de un proyecto de extensión.
Sobre “habitar las calles” en épocas de pandemia es el título de la propuesta, que depende de la Facultad de Trabajo Social (FTS-UNER), y cuyos objetivos consisten en “habilitar espacios saludables tendientes a recrear prácticas de convivencia, reforzar vínculos y estimular proyectos a personas en situación de calle que actualmente y durante la cuarentena por el COVID-19 residen en refugios habilitados por el municipio local”.
Actualmente, unas 70 personas, en su mayoría hombres, permanecen en dos lugares: en el Centro Integrador Comunitario (CIC) Este, ubicado en calles Fermín Garay y Roque Sáenz Peña, y otro situado en la sede de Defensa Civil, en calle Enrique Carbó 945, habilitados en marzo, ante las medidas de aislamiento obligatorio dispuestas en el marco del COVID-19.
“Estas personas, muchas de ellas habituadas a vivir sin límites espaciales y temporales, hoy se encuentran conviviendo y compartiendo con muchos otros desconocidos un lugar con normas y límites de convivencias establecidas. La apuesta entonces es poder acompañar el transcurso de la vida cotidiana de los mismos, habilitando espacios desde donde construir / fortalecer vínculos que es uno de los aspectos de mayor vulnerabilidad en estos sujetos, recrear prácticas solidarias y cooperativas y cargar al tiempo ocioso de sentidos diferentes”, consigna una párrafo del proyecto.
La propuesta se enmarca en una perspectiva de promoción y restitución de derechos, con el objetivo de acompañar a quienes atraviesan “una de las manifestaciones más crudas de los procesos de exclusión social”. Se expone que son múltiples y heterogéneas las “razones por las cuales las personas llegan a estar en situación de calle: pérdida del trabajo, falta de contención afectiva, social y familiar, padecimientos psíquicos, consumo problemático de sustancias, fragilización y perdida de lazos sociales, entre otras. Las historias de vida de estas personas se encuentran signadas por la vulneración sucesiva de derechos humanos fundamentales”.
En qué consiste
La iniciativa consiste en una serie de talleres y actividades, que reúne a estudiantes avanzados de la carrera de Trabajo Social, integrantes de las distintas organizaciones de la Red y voluntarios. Para llevarla a cabo, se necesita de la comunidad la colaboración con materiales y herramientas.
El trabajo es en red con otras instituciones como, por ejemplo, el Hospital Escuela de Salud Mental y el Centro Huella, el Centro de Salud Malvinas Argentinas y el propio Centro Integrador Comunitario.
Las actividades previstas siguen tres líneas de trabajo: capacitación, recreativas, artísticas y culturales; reconstrucción de historias de vida y registros de las personas alojadas y actividades de articulación, acompañamiento y fortalecimiento del recurso humano y demás actores vinculados a la situación.
Se plantea otro eje de trabajo consistente en la realización de entrevistas para la organización de legajos que contengan las historias personales de los alojados y un espacio de gestiones y articulaciones para atender ciertas demandas vinculadas al acceso a derechos, como trámites para obtener DNI, tarjetas de colectivo, gestiones del Certificado Nacional de Discapacidad, de pensiones, tarjetas alimentarias, cobro en cajero, entre otras.
Actualmente se están desarrollando con buena respuesta: talleres de costura, huerta, panadería, carpintería, bijouterie y rap. Además, semanalmente, tienen lugar “asambleas convivenciales” y “círculos de conversación” que apuntan a establecer prácticas de diálogo, tramitación de emociones y generación de mirada a futuro a través de la circulación de la palabra y la construcción colectiva de la convivencia.
La Defensoría del Pueblo forma parte de la mesa de gestión del proyecto, colabora en la articulación para los trámites de validación de derechos y, además, un grupo de mediadores comunitarios voluntarios participa de los espacios semanales de conversación.
La duración del proyecto es de un trimestre y se espera que la experiencia genere el compromiso de parte del Municipio de garantizar la continuidad de la intervención sumando equipos propios. La coordinación está a cargo de la Trabajadora Social Verónica Rocha y los integrantes del equipo son: Delfina Recalde (Hospital Escuela de Salud Mental / FTS-UNER), Natalia Peter (Hospital Escuela de Salud Mental), Daniela Barreto (Red Puentes), Leandro Sarli (Responsable de Refugios, Municipalidad de Paraná), Aracelys Enriqueta Torné (Suma de Voluntades) e Irina Chausovsky (Defensoría del Pueblo Paraná).
Donaciones
Si bien el proyecto cuenta con financiamiento de parte del Consejo de Extensión de la UNER, dada la variedad de actividades en ejecución, crece la necesidad de materiales para su desarrollo, por lo que serán bienvenidas donaciones de la comunidad, especialmente las relativas a: telas, hilos, elástico, agujas, madera, pintura, pinceles, clavos, herramientas de carpintería y huerta, juegos de mesa, yerba, frazadas y ropa de abrigo.
Las donaciones pueden acercarse a la sede del CIC, preferentemente por la mañana, o puede coordinarse su entrega/búsqueda telefónicamente comunicándose al número 4344777 los lunes, miércoles y viernes, de 8 a 11. (Fuente: Defensoria del Pueblo)