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En Cerrito, desde hace algunos años se vienen realizando diversas actividades por la semana de la miel. Pero en este contexto tan particular, atravesado por la Pandemia del Coronavirus, en el cual no está permitida la aglomeración de personas, se ha pensado una alternativa para que esta fecha no pase desapercibida.
Zaccagnini abordó temas de sumo interés
Para esta ocasión el Ing. Ag. Roberto Ludi de la Oficina Técnica, visitó a la Bióloga María Elena Zaccagnini, para charlar sobre la abeja, como instrumento fundamental para nuestro medio ambiente.
La experta en Biodiversidad, Manejo de Vida Silvestre y Gestión Ambiental de Agroecosistemas comienza su exposición explicando que “la abeja es el ícono de los polinizadores, pero hay muchos más insectos y animales que polinizan el 70% de las plantas con flores que hay en el planeta. Entonces pensemos: si perdemos los polinizadores, un porcentaje enorme de la flora mundial colapsa, y en Argentina, prácticamente el 20% de la producción de alimentos disminuiría”. Y agrega: “En esta época donde está en crisis la conservación de la biodiversidad, poner en agenda estos temas es muy importantes para que la gente tome conciencia”.
En este sentido, recuerda que si bien, en las últimas décadas, la producción de alimentos de cultivos dependientes de polinizadores se ha incrementado en un 300%, se ha reducido la cantidad de polinizadores que ayudan a sostener la reproducción. Esto puede corroborarse en documentos que indican que el 40% de estos colaboradores, están en peligro o en vías de extinción, y “sin polinizadores no hay reproducción, no hay semilla, no hay frutos, ni alimentos, ni la regeneración de la vida. Es decir, los procesos ecológicos deben mantenerse con cierta integridad y calidad para que la vida sobre el planeta siga y se mantenga auto-regenerándose”.
Siguiendo este planteo, el Ing. Ludi añade que, “en los últimos 25 años, la abeja viene teniendo menos posibilidades de desarrollo debido a la reducción de esos sitios donde ella trabaja y recolecta su néctar, lo que genera inconvenientes en el trabajo del apicultor. Por ello es importante rescatar el Día Mundial de la Abeja para crear conciencia del valor extraordinario que significa mantenerlas en esa biodiversidad y en ecosistemas resilientes”.
De acuerdo con estas palabras, María Elena hace hincapié en que “es fundamental conservar no solo la biodiversidad de los ambientes, sino también la de sus integrantes, de las relaciones que hay entre ellos y hacer un llamado a la responsabilidad de los ciudadanos”.
Además, menciona que, “los apicultores han perdido prácticamente el 50 o 60% de la productividad de la colmena. Eso se debe, en general, a las sustancias contaminante, algunas totalmente desconocidas, que se agregan al ambiente, sin conocimientos y con total despreocupación”. Por esta razón, “tenemos que apelar a ser una ciudadanía informada y comprometida, con comportamiento ético y pensando en el bien común, porque este planeta es finito y ya hemos superado su capacidad de carga, lo que significa que en unos años más, el planeta no podrá contener a las sociedades humanas”, manifiesta.
Esperando movilizar un cambio para lograr un futuro más resiliente, con capacidad para adaptarnos positivamente a las situaciones adversas, María Elena, señala que la educación es primordial. Una educación que enseñe a reflexionar y problematizar, que sea adecuada al contexto de incertidumbre y complejidad en el que vivimos, que prepare a los chicos para tomar decisiones coherentes ante los cambios bruscos de la realidad.
“Si como sociedad no cambiamos el sistema extractivista en el que estamos, sino tomamos conciencia de que somos elementos fundamentales de su conservación en pos de nuestra propia sobrevivencia, la situación será muy complicada”, pronostica la integrante del plantel Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes). Pero a la vez aporta que “no está todo perdido, hay mucho por hacer y cambiar, hoy mismo, sin esperar… Hay un menú de opciones en pos de un futuro más resiliente, haciendo cosas por el bien común, tomando conciencia y siendo responsables”.(Fuente: Municipalidad de Cerrito)
Conciencia, biodiversidad y ecosistemas resilientes
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En Cerrito, desde hace algunos años se vienen realizando diversas actividades por la semana de la miel. Pero en este contexto tan particular, atravesado por la Pandemia del Coronavirus, en el cual no está permitida la aglomeración de personas, se ha pensado una alternativa para que esta fecha no pase desapercibida.
Zaccagnini abordó temas de sumo interés
Para esta ocasión el Ing. Ag. Roberto Ludi de la Oficina Técnica, visitó a la Bióloga María Elena Zaccagnini, para charlar sobre la abeja, como instrumento fundamental para nuestro medio ambiente.
La experta en Biodiversidad, Manejo de Vida Silvestre y Gestión Ambiental de Agroecosistemas comienza su exposición explicando que “la abeja es el ícono de los polinizadores, pero hay muchos más insectos y animales que polinizan el 70% de las plantas con flores que hay en el planeta. Entonces pensemos: si perdemos los polinizadores, un porcentaje enorme de la flora mundial colapsa, y en Argentina, prácticamente el 20% de la producción de alimentos disminuiría”. Y agrega: “En esta época donde está en crisis la conservación de la biodiversidad, poner en agenda estos temas es muy importantes para que la gente tome conciencia”.
En este sentido, recuerda que si bien, en las últimas décadas, la producción de alimentos de cultivos dependientes de polinizadores se ha incrementado en un 300%, se ha reducido la cantidad de polinizadores que ayudan a sostener la reproducción. Esto puede corroborarse en documentos que indican que el 40% de estos colaboradores, están en peligro o en vías de extinción, y “sin polinizadores no hay reproducción, no hay semilla, no hay frutos, ni alimentos, ni la regeneración de la vida. Es decir, los procesos ecológicos deben mantenerse con cierta integridad y calidad para que la vida sobre el planeta siga y se mantenga auto-regenerándose”.
Siguiendo este planteo, el Ing. Ludi añade que, “en los últimos 25 años, la abeja viene teniendo menos posibilidades de desarrollo debido a la reducción de esos sitios donde ella trabaja y recolecta su néctar, lo que genera inconvenientes en el trabajo del apicultor. Por ello es importante rescatar el Día Mundial de la Abeja para crear conciencia del valor extraordinario que significa mantenerlas en esa biodiversidad y en ecosistemas resilientes”.
De acuerdo con estas palabras, María Elena hace hincapié en que “es fundamental conservar no solo la biodiversidad de los ambientes, sino también la de sus integrantes, de las relaciones que hay entre ellos y hacer un llamado a la responsabilidad de los ciudadanos”.
Además, menciona que, “los apicultores han perdido prácticamente el 50 o 60% de la productividad de la colmena. Eso se debe, en general, a las sustancias contaminante, algunas totalmente desconocidas, que se agregan al ambiente, sin conocimientos y con total despreocupación”. Por esta razón, “tenemos que apelar a ser una ciudadanía informada y comprometida, con comportamiento ético y pensando en el bien común, porque este planeta es finito y ya hemos superado su capacidad de carga, lo que significa que en unos años más, el planeta no podrá contener a las sociedades humanas”, manifiesta.
Esperando movilizar un cambio para lograr un futuro más resiliente, con capacidad para adaptarnos positivamente a las situaciones adversas, María Elena, señala que la educación es primordial. Una educación que enseñe a reflexionar y problematizar, que sea adecuada al contexto de incertidumbre y complejidad en el que vivimos, que prepare a los chicos para tomar decisiones coherentes ante los cambios bruscos de la realidad.
“Si como sociedad no cambiamos el sistema extractivista en el que estamos, sino tomamos conciencia de que somos elementos fundamentales de su conservación en pos de nuestra propia sobrevivencia, la situación será muy complicada”, pronostica la integrante del plantel Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes). Pero a la vez aporta que “no está todo perdido, hay mucho por hacer y cambiar, hoy mismo, sin esperar… Hay un menú de opciones en pos de un futuro más resiliente, haciendo cosas por el bien común, tomando conciencia y siendo responsables”.(Fuente: Municipalidad de Cerrito)