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*Por Alberto D. Rotman
El día 12 de este mes el Gobernador Gustavo Bordet se expresó públicamente a favor de la provincialización de la Represa de Salto Grande, comprometiéndose a impulsar además, la navegación aguas arriba y abajo de la Represa, anunciando también, que esto será una Política de Estado de su Gobierno, manifestando, que “tiene un profundo compromiso personal con esto”.
Me satisface plenamente escuchar estos anuncios, que espero, no sean utilizados solamente para adornar el discurso. Esta satisfacción puede sonar, sólo para algunos, un tanto extraño que venga de un opositor. Sin dudas, soy opositor, pero también tengo memoria y lucha que argumenta mi proceder y cada una de mis palabras. Salto Grande siempre ha sido una bandera de unidad para los sectores mayoritarios de nuestro país y también de nuestra provincia.
En la década del 90 cuando el proyecto del menemismo avanzaba sobre las joyas de la abuela, y el ingeniero Carlos Bastos, secretario de Energía de ese gobierno, nos espetaba en la cara a los que integrábamos la comisión de defensa de Salto Grande, que si era necesario, estaba de acuerdo con dividir la represa y que Uruguay haga lo que quiera.
El 14 de mayo se cumplieron 25 años que la región dijo NO a la privatización de Salto Grande en una consulta popular a través de una ordenanza de mi autoría. La gente se expresó claramente, en más del 90 %, que no querían que Salto Grande se vendiera.
No sólo era venderla, era entregar un bien estratégico del Estado. Todos sabemos que si el Estado se retira quedamos en manos del mercado. Esto lo sabemos, lo aprendimos, y además lo sufrimos casi todos los días.
Tan importante como marcar el destino para Salto Grande es clarificar los objetivos que no pueden ser otros que los expresados en 1946 y que hoy adquieren una notable re-significación.
1) Usos domésticos y sanitarios de las aguas.2) Navegación.3) Producción de Energía.4) Riego
Además de la conservación de la riqueza ictícola y toda política que propenda al desarrollo regional.
Por esos objetivos se movilizó el pueblo para pedir la construcción de Salto Grande, por esos objetivos se enfrentó a la privatización.
Si los objetivos del gobierno provincial son los mismos, el pueblo seguramente va a acompañar.
Para aquellos que militamos toda la vida en partidos políticos y básicamente como yo, en la UCR, pensamos en el bienestar de las mayorías, sabemos que energía y transporte fluvial a muy bajo costo son vitales para desarrollarnos y competir en el mundo.
Si esa es la política, voy a acompañar, porque Salto Grande nos une.
*Ex Diputado provincial Cambiemos
La provincialización de Salto Grande y la hidrovía del Uruguay es un desafío para todos los entrerrianos
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*Por Alberto D. Rotman
El día 12 de este mes el Gobernador Gustavo Bordet se expresó públicamente a favor de la provincialización de la Represa de Salto Grande, comprometiéndose a impulsar además, la navegación aguas arriba y abajo de la Represa, anunciando también, que esto será una Política de Estado de su Gobierno, manifestando, que “tiene un profundo compromiso personal con esto”.
Me satisface plenamente escuchar estos anuncios, que espero, no sean utilizados solamente para adornar el discurso. Esta satisfacción puede sonar, sólo para algunos, un tanto extraño que venga de un opositor. Sin dudas, soy opositor, pero también tengo memoria y lucha que argumenta mi proceder y cada una de mis palabras. Salto Grande siempre ha sido una bandera de unidad para los sectores mayoritarios de nuestro país y también de nuestra provincia.
En la década del 90 cuando el proyecto del menemismo avanzaba sobre las joyas de la abuela, y el ingeniero Carlos Bastos, secretario de Energía de ese gobierno, nos espetaba en la cara a los que integrábamos la comisión de defensa de Salto Grande, que si era necesario, estaba de acuerdo con dividir la represa y que Uruguay haga lo que quiera.
El 14 de mayo se cumplieron 25 años que la región dijo NO a la privatización de Salto Grande en una consulta popular a través de una ordenanza de mi autoría. La gente se expresó claramente, en más del 90 %, que no querían que Salto Grande se vendiera.
No sólo era venderla, era entregar un bien estratégico del Estado. Todos sabemos que si el Estado se retira quedamos en manos del mercado. Esto lo sabemos, lo aprendimos, y además lo sufrimos casi todos los días.
Tan importante como marcar el destino para Salto Grande es clarificar los objetivos que no pueden ser otros que los expresados en 1946 y que hoy adquieren una notable re-significación.
1) Usos domésticos y sanitarios de las aguas.2) Navegación.3) Producción de Energía.4) Riego
Además de la conservación de la riqueza ictícola y toda política que propenda al desarrollo regional.
Por esos objetivos se movilizó el pueblo para pedir la construcción de Salto Grande, por esos objetivos se enfrentó a la privatización.
Si los objetivos del gobierno provincial son los mismos, el pueblo seguramente va a acompañar.
Para aquellos que militamos toda la vida en partidos políticos y básicamente como yo, en la UCR, pensamos en el bienestar de las mayorías, sabemos que energía y transporte fluvial a muy bajo costo son vitales para desarrollarnos y competir en el mundo.
Si esa es la política, voy a acompañar, porque Salto Grande nos une.
*Ex Diputado provincial Cambiemos