Se cumplen 14 años del partido GEN

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Durante toda la mañana, las urnas que estaban depositadas en distintos puntos de la Escuela Técnica Nº 2 de Azul, fueron recibiendo las papeletas con las que los militantes (más de 1000) votaban sobre el nombre que tendría esta nueva expresión política y que tiempo después iba a terminar siendo el Partido GEN.

El Gen cumple 14 años

El Gen cumple 14 años

 

Habían llegado desde casi toda la provincia de Buenos Aires y también desde varias ciudades del país. Nos movilizaban ideales y ansias de cambio. Militábamos en una organización que ya no nos contenía, pero que, claramente, había formado nuestros caminos. Por algo, la frase más repetida era “somos genéticamente radicales, pero queremos formar parte de otro proyecto de país”.

Hace 14 años, pusimos en valor aquello que conjugaba doctrinas y conductas para transformarlo en un proyecto político que pudiera mirar al futuro. De ahí que nuestra sigla identificatoria contenía la palabra generación, y muchos jóvenes -mate en mano debajo de los árboles-, reclamaban más espacios de participación. Desde aquel tiempo, pensamos en un partido estructurado en tres ejes: el ideario, la organización y la práctica política.

Sobre el final de la tarde de aquel 12 de noviembre de 2005, un gran plenario de cierre en el salón del ex cine San Martín de la ciudad, colmado y con mucho entusiasmo, terminó de trazar el destino de este grupo que, poco tiempo después, se había afirmado como un partido político en la Provincia de Buenos Aires para alcanzar luego nuestra personería como Partido GEN Nacional.

Definimos entonces nuestras diferentes dimensiones: Ideológica: somos un partido de ideas. Organizativa: con un accionar sujeto a normas y democracia interna. Frentista: siempre nos sentimos parte de un espacio de encuentro nacional con otros. Ética: con la coherencia de predicar con la acción lo que se dice de palabra. Humanista y Progresista: con una agenda cruzada por los derechos humanos y la igualdad como horizonte.

Son muchas las caras que recuerdo. Muchas las que ya no están. Pero de todas aquellas, de los más locuaces, entusiasmado, sentado casi desparpajado sobre una barra, mesa o sobre el escenario, ahí tengo muy presente a Tomás Bulat, gran inspirador de nuestras luchas y decisiones disruptivas y con la enorme capacidad y generosidad para ayudarnos a entender los grandes problemas de la Argentina.

El recorrido de estos años tiene, como en todos los casos de construcciones similares, luces y sombras, aciertos y errores, avances y retrocesos, dulces y amargos.

Pero aquí estamos !! Firmes en las convicciones que fueron el sostén de todas nuestras decisiones, las que siempre se tomaron en el marco de la consulta y la decisión colectiva. Hicimos la campaña 2015 con las banderas de la Igualdad y la Decencia, que son las que hemos adoptado para que flameen siempre como la inspiración más auténtica de lo que somos y queremos. Nuestra identidad tiene que ver con eso. Distintas circunstancias nos pueden sacar temporariamente de los lugares donde se cocinan las grandes decisiones, pero nunca nos caímos del escenario de la política, hemos ocupado con reconocimientos todos los lugares que nos han correspondido. En todos los casos, los y las militantes del GEN honraron al Partido en cada función que ocuparon.

Hoy nuestro Partido puede exhibir un crecimiento importante como partido nacional, sobre todo por la consolidación de la estructura en varias Provincias que han llevado a cabo muy buenas campañas electorales. Y esto se va a poner de manifiesto a partir del 10 de diciembre cuando habremos de incrementar nuestras representaciones legislativas y también en la composición de algunos poderes ejecutivos. Estamos para apoyar a quienes llegan en esta oportunidad y para promover la formación de cuadros políticos que, en el futuro, también puedan alcanzar representaciones de gestión y parlamentarias.

Dentro de las dificultades, seguramente no hemos (o no he) tenido la capacidad para entender la importancia que tienen los contextos y nuestra debilidad para tratar de incidir sobre ellos, teniendo, en cambio, que reconocer cuánto esas situaciones inciden en nosotros, en nuestras decisiones y en nuestros resultados.

Lo importante es asumir todo eso como parte de los procesos de los que somos parte (políticos, sociales, económicos, culturales, electorales) y no hacerlo de manera individual sino colectivamente, como conjunto. Porque nuestros logros, como nuestras frustraciones, siempre no pertenecen, nos permiten avanzar o retroceder como partido.

No puedo negar el dolor que me causa cada deserción. No puedo dejar de asumir en esos casos los errores personales. Pero especialmente me afectan cuando encuentro en ellas un comportamiento claudicante, o de resignación o de mero emprendimiento individual. No es casual que sucede como resultado de nuevas opciones políticas que se instalan con fortaleza en las preferencias electorales y los nuevos esquemas de poder.

Así fue cuando Cambiemos llegó al gobierno. Y en igual sentido parece ahora descubrirse el progresismo de Fernández que llega de la mano de los Kirchner, los Manzur, los Insfran como tantos otros que nada tienen de aquello.

No quiero entrar en una descalificación. Porque la llegada de los demás proyectos indica con claridad nuestra incapacidad para instalar algo diferente. No haber ido a formar parte del gobierno de Cambiemos nos reafirmó en nuestra identidad igualitaria. Los resultados están a la vista cuando se van sin haber resuelto lo que recibieron y habiendo agravado la situación social de la mayoría de los argentinos. No formar parte del frente ganador ratifica con coherencia todo lo que hemos dicho. Porque también son un gobierno ya probado. Ojalá vuelvan para mostrar algo diferente. Comprendo la indulgencia de quienes creen, de quienes dicen desconocer lo que fueron y lo que hicieron. El GEN no puede negar esa parte de historia porque entonces se pasa a la categoría de aquellos a quienes la corrupción y la pobreza no les importan. Sí nos importa, a quienes no bajamos una bandera para seguir sosteniendo solo una. La Igualdad y la Decencia son las dos caras de una misma posición.

El contexto actual está marcado por dos grandes coaliciones, con una composición diversa y amplia. Casi no ha quedado margen para seguir ensayando otros caminos. Tenemos el próximo año para avanzar en una agenda que marque claramente nuestra identidad y el proyecto de país que soñamos.

Hacernos más fuertes en cada lugar; sostener ideas, principios y valores; saber encontrar nuevos liderazgos que, sumados a los que tenemos, nos permitan una mayor visibilidad y reconocimiento como expresión de reivindicaciones sociales, nuevos derechos, grupos de personas, y sobre todo, como hacedores de un futuro mejor para la Argentina.(Fuente: Gen)