Leido 29614 veces
*Por Alberto Rotman
Con asombro e indignación tomo conocimiento que desde el palco oficial de la Sociedad Rural de Federal un empresario ganadero reivindicó el accionar de las Fuerzas Armadas que un 24 de marzo de 1976, actuando como salteadores, tomaron las instituciones de la Nación, derrocando a una presidente elegida por el pueblo.
Se dio comienzo así, a la peor persecución ideológica de la historia de nuestro país, donde se torturó con métodos aberrantes, se violó a jóvenes indefensas, se adueñaron de sus bienes y de sus bebés.
A quienes resistían la tortura los ejecutaban y de esa forma desaparecieron miles de argentinos que aspiraban y creían en un mundo más justo, la mayoría estudiantes, obreros y jóvenes cuyo único pecado era no estar de acuerdo con un régimen militar.
A partir de ahí todos nos convertimos en sospechosos; solamente por ser joven y tener el cabello largo era peligroso, también lo era toda familia que hacía reuniones hasta tarde en la noche, en su casa.
Los concordienses debemos recordar, cuando por la TV local aparecía el Teniente Coronel Dasso, jefe del regimiento local, pidiendo a las empleadas domésticas que debían denunciar todo acto sospechoso en la casa donde trabajaba, dando a continuación las causas del mismo.
Todo esto ocurrió y a esto no se lo puede reivindicar. Por suerte, estos acontecimientos, no pasarán NUNCA MÁS en nuestra patria.
Le debemos esto a un presidente omo fue Raúl Alfonsín, quien tuvo el coraje de enviar a los responsables de este genocidio, a los tribunales de la Democracia, que fueron juzgados y condenados, con leyes de la Democracia, además creó la CONADEP (Consejo Nacional de Desaparición de Personas) presidida por Ernesto Sábato, que elaboró el histórico Nunca Más que fue el fundamento para juzgar las aberrantes atrocidades de la dictadura militar.
Como radical, hombre de la Democracia no puedo dejar pasar declaraciones públicas, vertidas en una Institución con historia donde se reivindique a quienes fueron asesinos, ladrones y perversos, quienes creyéndose dueños de vidas y haciendas realizaron las atrocidades más despreciables que pueda realizar el ser humano. Es mentira además, que nos salvaron del comunismo, éste ya había comenzado a implosionar en el mundo entero.
Por ello repudio enfáticamente estas expresiones que reivindicaron a las Juntas Militares que llevaron a miles de argentinos, -la gran mayoría inocentes, y que creían en un mundo mejor- a la muerte.
Los crímenes de Lesa Humanidad deben ser condenados con el mayor rigor (en nuestro país, condena perpetua con cumplimiento obligatoria). Así quedo establecido después del histórico juicio de Núremberg que juzgó y condenó a los genocidas Nazis. Por eso los genocidas de nuestro país, condenados por crímenes contra la humanidad estuvieron y están muy bien presos, no como venganza, sino para que sepan las nuevas generaciones lo que Nunca Más debe pasar.
Sin memoria no hay futuro.
*Diputado provincial Cambiemos
Sin memoria no hay futuro
Leido 29614 veces
*Por Alberto Rotman
Con asombro e indignación tomo conocimiento que desde el palco oficial de la Sociedad Rural de Federal un empresario ganadero reivindicó el accionar de las Fuerzas Armadas que un 24 de marzo de 1976, actuando como salteadores, tomaron las instituciones de la Nación, derrocando a una presidente elegida por el pueblo.
Se dio comienzo así, a la peor persecución ideológica de la historia de nuestro país, donde se torturó con métodos aberrantes, se violó a jóvenes indefensas, se adueñaron de sus bienes y de sus bebés.
A quienes resistían la tortura los ejecutaban y de esa forma desaparecieron miles de argentinos que aspiraban y creían en un mundo más justo, la mayoría estudiantes, obreros y jóvenes cuyo único pecado era no estar de acuerdo con un régimen militar.
A partir de ahí todos nos convertimos en sospechosos; solamente por ser joven y tener el cabello largo era peligroso, también lo era toda familia que hacía reuniones hasta tarde en la noche, en su casa.
Los concordienses debemos recordar, cuando por la TV local aparecía el Teniente Coronel Dasso, jefe del regimiento local, pidiendo a las empleadas domésticas que debían denunciar todo acto sospechoso en la casa donde trabajaba, dando a continuación las causas del mismo.
Todo esto ocurrió y a esto no se lo puede reivindicar. Por suerte, estos acontecimientos, no pasarán NUNCA MÁS en nuestra patria.
Le debemos esto a un presidente omo fue Raúl Alfonsín, quien tuvo el coraje de enviar a los responsables de este genocidio, a los tribunales de la Democracia, que fueron juzgados y condenados, con leyes de la Democracia, además creó la CONADEP (Consejo Nacional de Desaparición de Personas) presidida por Ernesto Sábato, que elaboró el histórico Nunca Más que fue el fundamento para juzgar las aberrantes atrocidades de la dictadura militar.
Como radical, hombre de la Democracia no puedo dejar pasar declaraciones públicas, vertidas en una Institución con historia donde se reivindique a quienes fueron asesinos, ladrones y perversos, quienes creyéndose dueños de vidas y haciendas realizaron las atrocidades más despreciables que pueda realizar el ser humano. Es mentira además, que nos salvaron del comunismo, éste ya había comenzado a implosionar en el mundo entero.
Por ello repudio enfáticamente estas expresiones que reivindicaron a las Juntas Militares que llevaron a miles de argentinos, -la gran mayoría inocentes, y que creían en un mundo mejor- a la muerte.
Los crímenes de Lesa Humanidad deben ser condenados con el mayor rigor (en nuestro país, condena perpetua con cumplimiento obligatoria). Así quedo establecido después del histórico juicio de Núremberg que juzgó y condenó a los genocidas Nazis. Por eso los genocidas de nuestro país, condenados por crímenes contra la humanidad estuvieron y están muy bien presos, no como venganza, sino para que sepan las nuevas generaciones lo que Nunca Más debe pasar.
Sin memoria no hay futuro.
*Diputado provincial Cambiemos