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Tras el discurso del pasado viernes, 1° de marzo, del intendente Sergio Varisco en el Teatro 3 de Febrero en el marco de la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Paraná, el edil del Frente para la Victoria, Enrique Ríos señaló que “ lo hizo fiel a su estirpe política, con un relato lleno de virtudes para los complacientes oídos de muchos de sus partidarios presentes, pero totalmente disociado de la realidad que viven y sufren los paranaenses a diario”.
Enrique Ríos.
Texto completo:
Sobre el discurso del intendente Varisco en la apertura de las sesiones ordinarias del HCD de Paraná
El viernes pasado, 1° de marzo, el intendente Sergio Varisco en el Teatro 3 de Febrero brindó su mensaje de apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Paraná. Y lo hizo fiel a su estirpe política, con un relato lleno de virtudes para los complacientes oídos de muchos de sus partidarios presentes, pero totalmente disociado de la realidad que viven y sufren los paranaenses a diario.
Saludó y festejó la presencia de todos los concejales presentes, haciendo hincapié en los de la oposición, esa oposición a la que en sus tres años de gestión nunca recibió, ni escuchó y la misma oposición que mandó a callar por sus adeptos cuando no le gustaron las verdades que se decían y a la misma a la que no le contesta los numerosos pedidos de informes.
Pero Varisco se olvidó de mencionar a su concejal ausente, Pablo Hernández, y las razones por las cuales no estuvo en el lugar, como así también se olvidó de mencionar las causas que lo tienen como protagonista en la justica provincial y federal.
Habló de la construcción colectiva de la ciudad, cuando sistemáticamente ha coartado la participación ciudadana. Ejemplos claros que ponen en evidencia la falacia de su afirmación son la no implementación del presupuesto participativo, el veto a la participación de los usuarios en el órgano de Control y Monitoreo del SITU, la no integración de vecinos en la Comisión Asesora del Código Urbano y la no puesta en funcionamiento del Concejo de Seguridad Ciudadana, el Consejo de Tránsito y Transporte, o el Consejo Económico y social.
El Intendente reivindicó por otro lado el rol del trabajador municipal, concepto que compartimos desde el Frente para la Victoria; sin embargo nada dijo sobre la tercerización de la obra pública, el vaciamiento de Obras Sanitarias y Obras Viales municipales, porque es sabido que el 90 por ciento de la obra pública la realizan empresas privadas en desmedro del trabajador municipal.
No dijo nada tampoco sobre la falta de coacción interna, liderazgo y compromiso del equipo de conducción y menos de la concentración en pocas manos de las áreas ejecutivas que retrasan la ejecución y toma de decisiones.
Habló de planificación, cuando en verdad asistimos a un crecimiento anárquico y desproporcionado de la ciudad, colapsada en el área central, y abandonada a su suerte en la periferia, con los barrios desarticulados y sin conexión; al mismo tiempo que olvidó exponer sobre qué va a hacer con los edificios de altura en el área central, por ejemplo.
En otro orden mencionó como un hito la elaboración del nuevo código de Edificación que le llevó tres años y medio realizar, cuando éste es en un 95 por ciento réplica del código derogado al inicio de su gestión, igual que el código urbano aún en construcción.
No hay planificación estratégica ni táctica, no hay un perfil de ciudad definida, integrada, inclusiva y proyectada hacia el futuro. Cualquiera puede observar que a duras penas se cubren y atienden deficientemente las contingencias.
También le dedicó Varisco un párrafo a las “supuestas” bondades y beneficios de la nueva concesión del transporte público, pero esta vez se olvidó de anunciar cuándo y por dónde pasará el Metrobus, desoyendo las voces de cientos de paranaenses que a diario se quejan de un servicio de transporte ineficiente, ineficaz y caro.
Se refirió a la recuperación de los humedales y del relleno sanitario mostrando su cara en defensa del medio ambiente, pero olvidándose que fue él quien quiso ceder a manos privadas la reserva natural del Parque Nuevo o el Parque Botánico a ERSA, y nada dijo del cumplimiento de la sentencia judicial por el estado del Volcadero y la proliferación de microbasurales en la ciudad, más el abandono en que están sumidos el Parque Mutio y el Gazzano.
También se expresó sobre las denominadas ‘obras estratégicas’ como la reconstrucción de la Peatonal San Martín por 400 millones de pesos, mientras que muchos vecinos viven en calles intransitables, con aguas servidas en la vereda, sin alumbrado público ni recolección de la basura.
Habló de la continuidad de calle Crespo hasta calle Almafuerte, una obra de infraestructura que costará cientos de millones de pesos, pero nada dijo de cómo iba solucionar el estado de erosión de derrumbe en el Arroyo Colorado, más precisamente donde están en peligro latente de derrumbe 12 casas y nada se ha hecho, ni se planifica hacer.
El Intendente de Paraná se atribuyó además como propias obras de la gestión anterior y del gobierno nacional y provincial como son las del acceso a la ciudad, los jardines maternales y el centro de referencia para enfermos de Alzheimer.
Sí, en honor a la verdad, debo señalar que reconoció la crisis económica en la que estamos sumidos producto de la política económica del gobierno nacional, pero no dijo qué hacer para cambiarla, ni de la responsabilidad que le compete como representante del Gobierno Nacional y del presidente Mauricio Macri en la ciudad.
Podría decirse en suma que fue un buen discurso, que exaltó el ánimo de sus partidarios allí presentes, pero que estuvo totalmente alejado de la realidad que hoy vive nuestra ciudad, abandonada a su suerte frente a un Estado municipal desertor y ausente.
Debe admitir que coincido con la idea del Intendente acerca de que nuestra ciudad se asemeja a un gran obrador: con pozos y palos por todos lados, basura dispersa por doquier, con un arquitecto que no sabe lo quiere construir y unos directores de obra que no conducen, quizás por no saber qué es lo que se quiere realizar por la desidia, la apatía o la falta de compromiso.
Todo esto ocurre frente a la mirada atónita de nuestros vecinos, que asisten al deterioro de su calidad de vida y sin encontrar canales institucionales que les abran las puertas para encauzar sus demandas y propuestas
Sin lugar a dudas serán ellos, los paranaenses, quienes sabrán ver y evaluar las claras diferencias entre la ciudad virtual, la del relato de Sergio Varisco, y la ciudad real en la que viven y desarrollan su actividad todos los días.
“Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños.”
Saludó y festejó la presencia de todos los concejales presentes, haciendo hincapié en los de la oposición, esa oposición a la que en sus tres años de gestión nunca recibió, ni escuchó y la misma oposición que mandó a callar por sus adeptos cuando no le gustaron las verdades que se decían y a la misma a la que no le contesta los numerosos pedidos de informes.
Pero Varisco se olvidó de mencionar a su concejal ausente, Pablo Hernández, y las razones por las cuales no estuvo en el lugar, como así también se olvidó de mencionar las causas que lo tienen como protagonista en la justica provincial y federal.
Habló de la construcción colectiva de la ciudad, cuando sistemáticamente ha coartado la participación ciudadana. Ejemplos claros que ponen en evidencia la falacia de su afirmación son la no implementación del presupuesto participativo, el veto a la participación de los usuarios en el órgano de Control y Monitoreo del SITU, la no integración de vecinos en la Comisión Asesora del Código Urbano y la no puesta en funcionamiento del Concejo de Seguridad Ciudadana, el Consejo de Tránsito y Transporte, o el Consejo Económico y social.
El Intendente reivindicó por otro lado el rol del trabajador municipal, concepto que compartimos desde el Frente para la Victoria; sin embargo nada dijo sobre la tercerización de la obra pública, el vaciamiento de Obras Sanitarias y Obras Viales municipales, porque es sabido que el 90 por ciento de la obra pública la realizan empresas privadas en desmedro del trabajador municipal.
No dijo nada tampoco sobre la falta de coacción interna, liderazgo y compromiso del equipo de conducción y menos de la concentración en pocas manos de las áreas ejecutivas que retrasan la ejecución y toma de decisiones.
Habló de planificación, cuando en verdad asistimos a un crecimiento anárquico y desproporcionado de la ciudad, colapsada en el área central, y abandonada a su suerte en la periferia, con los barrios desarticulados y sin conexión; al mismo tiempo que olvidó exponer sobre qué va a hacer con los edificios de altura en el área central, por ejemplo.
En otro orden mencionó como un hito la elaboración del nuevo código de Edificación que le llevó tres años y medio realizar, cuando éste es en un 95 por ciento réplica del código derogado al inicio de su gestión, igual que el código urbano aún en construcción.
No hay planificación estratégica ni táctica, no hay un perfil de ciudad definida, integrada, inclusiva y proyectada hacia el futuro. Cualquiera puede observar que a duras penas se cubren y atienden deficientemente las contingencias.
También le dedicó Varisco un párrafo a las “supuestas” bondades y beneficios de la nueva concesión del transporte público, pero esta vez se olvidó de anunciar cuándo y por dónde pasará el Metrobus, desoyendo las voces de cientos de paranaenses que a diario se quejan de un servicio de transporte ineficiente, ineficaz y caro.
Se refirió a la recuperación de los humedales y del relleno sanitario mostrando su cara en defensa del medio ambiente, pero olvidándose que fue él quien quiso ceder a manos privadas la reserva natural del Parque Nuevo o el Parque Botánico a ERSA, y nada dijo del cumplimiento de la sentencia judicial por el estado del Volcadero y la proliferación de microbasurales en la ciudad, más el abandono en que están sumidos el Parque Mutio y el Gazzano.
También se expresó sobre las denominadas ‘obras estratégicas’ como la reconstrucción de la Peatonal San Martín por 400 millones de pesos, mientras que muchos vecinos viven en calles intransitables, con aguas servidas en la vereda, sin alumbrado público ni recolección de la basura.
Habló de la continuidad de calle Crespo hasta calle Almafuerte, una obra de infraestructura que costará cientos de millones de pesos, pero nada dijo de cómo iba solucionar el estado de erosión de derrumbe en el Arroyo Colorado, más precisamente donde están en peligro latente de derrumbe 12 casas y nada se ha hecho, ni se planifica hacer.
El Intendente de Paraná se atribuyó además como propias obras de la gestión anterior y del gobierno nacional y provincial como son las del acceso a la ciudad, los jardines maternales y el centro de referencia para enfermos de Alzheimer.
Sí, en honor a la verdad, debo señalar que reconoció la crisis económica en la que estamos sumidos producto de la política económica del gobierno nacional, pero no dijo qué hacer para cambiarla, ni de la responsabilidad que le compete como representante del Gobierno Nacional y del presidente Mauricio Macri en la ciudad.
Podría decirse en suma que fue un buen discurso, que exaltó el ánimo de sus partidarios allí presentes, pero que estuvo totalmente alejado de la realidad que hoy vive nuestra ciudad, abandonada a su suerte frente a un Estado municipal desertor y ausente.
Debe admitir que coincido con la idea del Intendente acerca de que nuestra ciudad se asemeja a un gran obrador: con pozos y palos por todos lados, basura dispersa por doquier, con un arquitecto que no sabe lo quiere construir y unos directores de obra que no conducen, quizás por no saber qué es lo que se quiere realizar por la desidia, la apatía o la falta de compromiso.
Todo esto ocurre frente a la mirada atónita de nuestros vecinos, que asisten al deterioro de su calidad de vida y sin encontrar canales institucionales que les abran las puertas para encauzar sus demandas y propuestas
Sin lugar a dudas serán ellos, los paranaenses, quienes sabrán ver y evaluar las claras diferencias entre la ciudad virtual, la del relato de Sergio Varisco, y la ciudad real en la que viven y desarrollan su actividad todos los días.
“Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños.”
(Fuente: Debate Abierto)
Ríos cuestionó el mensaje de apertura de sesiones ordinarias del HCD de Varisco
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Tras el discurso del pasado viernes, 1° de marzo, del intendente Sergio Varisco en el Teatro 3 de Febrero en el marco de la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Paraná, el edil del Frente para la Victoria, Enrique Ríos señaló que “ lo hizo fiel a su estirpe política, con un relato lleno de virtudes para los complacientes oídos de muchos de sus partidarios presentes, pero totalmente disociado de la realidad que viven y sufren los paranaenses a diario”.
Enrique Ríos.
Texto completo:
Sobre el discurso del intendente Varisco en la apertura de las sesiones ordinarias del HCD de Paraná
El viernes pasado, 1° de marzo, el intendente Sergio Varisco en el Teatro 3 de Febrero brindó su mensaje de apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Paraná. Y lo hizo fiel a su estirpe política, con un relato lleno de virtudes para los complacientes oídos de muchos de sus partidarios presentes, pero totalmente disociado de la realidad que viven y sufren los paranaenses a diario.
Saludó y festejó la presencia de todos los concejales presentes, haciendo hincapié en los de la oposición, esa oposición a la que en sus tres años de gestión nunca recibió, ni escuchó y la misma oposición que mandó a callar por sus adeptos cuando no le gustaron las verdades que se decían y a la misma a la que no le contesta los numerosos pedidos de informes.
Pero Varisco se olvidó de mencionar a su concejal ausente, Pablo Hernández, y las razones por las cuales no estuvo en el lugar, como así también se olvidó de mencionar las causas que lo tienen como protagonista en la justica provincial y federal.
Habló de la construcción colectiva de la ciudad, cuando sistemáticamente ha coartado la participación ciudadana. Ejemplos claros que ponen en evidencia la falacia de su afirmación son la no implementación del presupuesto participativo, el veto a la participación de los usuarios en el órgano de Control y Monitoreo del SITU, la no integración de vecinos en la Comisión Asesora del Código Urbano y la no puesta en funcionamiento del Concejo de Seguridad Ciudadana, el Consejo de Tránsito y Transporte, o el Consejo Económico y social.
El Intendente reivindicó por otro lado el rol del trabajador municipal, concepto que compartimos desde el Frente para la Victoria; sin embargo nada dijo sobre la tercerización de la obra pública, el vaciamiento de Obras Sanitarias y Obras Viales municipales, porque es sabido que el 90 por ciento de la obra pública la realizan empresas privadas en desmedro del trabajador municipal.
No dijo nada tampoco sobre la falta de coacción interna, liderazgo y compromiso del equipo de conducción y menos de la concentración en pocas manos de las áreas ejecutivas que retrasan la ejecución y toma de decisiones.
Habló de planificación, cuando en verdad asistimos a un crecimiento anárquico y desproporcionado de la ciudad, colapsada en el área central, y abandonada a su suerte en la periferia, con los barrios desarticulados y sin conexión; al mismo tiempo que olvidó exponer sobre qué va a hacer con los edificios de altura en el área central, por ejemplo.
En otro orden mencionó como un hito la elaboración del nuevo código de Edificación que le llevó tres años y medio realizar, cuando éste es en un 95 por ciento réplica del código derogado al inicio de su gestión, igual que el código urbano aún en construcción.
No hay planificación estratégica ni táctica, no hay un perfil de ciudad definida, integrada, inclusiva y proyectada hacia el futuro. Cualquiera puede observar que a duras penas se cubren y atienden deficientemente las contingencias.
También le dedicó Varisco un párrafo a las “supuestas” bondades y beneficios de la nueva concesión del transporte público, pero esta vez se olvidó de anunciar cuándo y por dónde pasará el Metrobus, desoyendo las voces de cientos de paranaenses que a diario se quejan de un servicio de transporte ineficiente, ineficaz y caro.
Se refirió a la recuperación de los humedales y del relleno sanitario mostrando su cara en defensa del medio ambiente, pero olvidándose que fue él quien quiso ceder a manos privadas la reserva natural del Parque Nuevo o el Parque Botánico a ERSA, y nada dijo del cumplimiento de la sentencia judicial por el estado del Volcadero y la proliferación de microbasurales en la ciudad, más el abandono en que están sumidos el Parque Mutio y el Gazzano.
También se expresó sobre las denominadas ‘obras estratégicas’ como la reconstrucción de la Peatonal San Martín por 400 millones de pesos, mientras que muchos vecinos viven en calles intransitables, con aguas servidas en la vereda, sin alumbrado público ni recolección de la basura.
Habló de la continuidad de calle Crespo hasta calle Almafuerte, una obra de infraestructura que costará cientos de millones de pesos, pero nada dijo de cómo iba solucionar el estado de erosión de derrumbe en el Arroyo Colorado, más precisamente donde están en peligro latente de derrumbe 12 casas y nada se ha hecho, ni se planifica hacer.
El Intendente de Paraná se atribuyó además como propias obras de la gestión anterior y del gobierno nacional y provincial como son las del acceso a la ciudad, los jardines maternales y el centro de referencia para enfermos de Alzheimer.
Sí, en honor a la verdad, debo señalar que reconoció la crisis económica en la que estamos sumidos producto de la política económica del gobierno nacional, pero no dijo qué hacer para cambiarla, ni de la responsabilidad que le compete como representante del Gobierno Nacional y del presidente Mauricio Macri en la ciudad.
Podría decirse en suma que fue un buen discurso, que exaltó el ánimo de sus partidarios allí presentes, pero que estuvo totalmente alejado de la realidad que hoy vive nuestra ciudad, abandonada a su suerte frente a un Estado municipal desertor y ausente.
Debe admitir que coincido con la idea del Intendente acerca de que nuestra ciudad se asemeja a un gran obrador: con pozos y palos por todos lados, basura dispersa por doquier, con un arquitecto que no sabe lo quiere construir y unos directores de obra que no conducen, quizás por no saber qué es lo que se quiere realizar por la desidia, la apatía o la falta de compromiso.
Todo esto ocurre frente a la mirada atónita de nuestros vecinos, que asisten al deterioro de su calidad de vida y sin encontrar canales institucionales que les abran las puertas para encauzar sus demandas y propuestas
Sin lugar a dudas serán ellos, los paranaenses, quienes sabrán ver y evaluar las claras diferencias entre la ciudad virtual, la del relato de Sergio Varisco, y la ciudad real en la que viven y desarrollan su actividad todos los días.
“Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños.”
Saludó y festejó la presencia de todos los concejales presentes, haciendo hincapié en los de la oposición, esa oposición a la que en sus tres años de gestión nunca recibió, ni escuchó y la misma oposición que mandó a callar por sus adeptos cuando no le gustaron las verdades que se decían y a la misma a la que no le contesta los numerosos pedidos de informes.
Pero Varisco se olvidó de mencionar a su concejal ausente, Pablo Hernández, y las razones por las cuales no estuvo en el lugar, como así también se olvidó de mencionar las causas que lo tienen como protagonista en la justica provincial y federal.
Habló de la construcción colectiva de la ciudad, cuando sistemáticamente ha coartado la participación ciudadana. Ejemplos claros que ponen en evidencia la falacia de su afirmación son la no implementación del presupuesto participativo, el veto a la participación de los usuarios en el órgano de Control y Monitoreo del SITU, la no integración de vecinos en la Comisión Asesora del Código Urbano y la no puesta en funcionamiento del Concejo de Seguridad Ciudadana, el Consejo de Tránsito y Transporte, o el Consejo Económico y social.
El Intendente reivindicó por otro lado el rol del trabajador municipal, concepto que compartimos desde el Frente para la Victoria; sin embargo nada dijo sobre la tercerización de la obra pública, el vaciamiento de Obras Sanitarias y Obras Viales municipales, porque es sabido que el 90 por ciento de la obra pública la realizan empresas privadas en desmedro del trabajador municipal.
No dijo nada tampoco sobre la falta de coacción interna, liderazgo y compromiso del equipo de conducción y menos de la concentración en pocas manos de las áreas ejecutivas que retrasan la ejecución y toma de decisiones.
Habló de planificación, cuando en verdad asistimos a un crecimiento anárquico y desproporcionado de la ciudad, colapsada en el área central, y abandonada a su suerte en la periferia, con los barrios desarticulados y sin conexión; al mismo tiempo que olvidó exponer sobre qué va a hacer con los edificios de altura en el área central, por ejemplo.
En otro orden mencionó como un hito la elaboración del nuevo código de Edificación que le llevó tres años y medio realizar, cuando éste es en un 95 por ciento réplica del código derogado al inicio de su gestión, igual que el código urbano aún en construcción.
No hay planificación estratégica ni táctica, no hay un perfil de ciudad definida, integrada, inclusiva y proyectada hacia el futuro. Cualquiera puede observar que a duras penas se cubren y atienden deficientemente las contingencias.
También le dedicó Varisco un párrafo a las “supuestas” bondades y beneficios de la nueva concesión del transporte público, pero esta vez se olvidó de anunciar cuándo y por dónde pasará el Metrobus, desoyendo las voces de cientos de paranaenses que a diario se quejan de un servicio de transporte ineficiente, ineficaz y caro.
Se refirió a la recuperación de los humedales y del relleno sanitario mostrando su cara en defensa del medio ambiente, pero olvidándose que fue él quien quiso ceder a manos privadas la reserva natural del Parque Nuevo o el Parque Botánico a ERSA, y nada dijo del cumplimiento de la sentencia judicial por el estado del Volcadero y la proliferación de microbasurales en la ciudad, más el abandono en que están sumidos el Parque Mutio y el Gazzano.
También se expresó sobre las denominadas ‘obras estratégicas’ como la reconstrucción de la Peatonal San Martín por 400 millones de pesos, mientras que muchos vecinos viven en calles intransitables, con aguas servidas en la vereda, sin alumbrado público ni recolección de la basura.
Habló de la continuidad de calle Crespo hasta calle Almafuerte, una obra de infraestructura que costará cientos de millones de pesos, pero nada dijo de cómo iba solucionar el estado de erosión de derrumbe en el Arroyo Colorado, más precisamente donde están en peligro latente de derrumbe 12 casas y nada se ha hecho, ni se planifica hacer.
El Intendente de Paraná se atribuyó además como propias obras de la gestión anterior y del gobierno nacional y provincial como son las del acceso a la ciudad, los jardines maternales y el centro de referencia para enfermos de Alzheimer.
Sí, en honor a la verdad, debo señalar que reconoció la crisis económica en la que estamos sumidos producto de la política económica del gobierno nacional, pero no dijo qué hacer para cambiarla, ni de la responsabilidad que le compete como representante del Gobierno Nacional y del presidente Mauricio Macri en la ciudad.
Podría decirse en suma que fue un buen discurso, que exaltó el ánimo de sus partidarios allí presentes, pero que estuvo totalmente alejado de la realidad que hoy vive nuestra ciudad, abandonada a su suerte frente a un Estado municipal desertor y ausente.
Debe admitir que coincido con la idea del Intendente acerca de que nuestra ciudad se asemeja a un gran obrador: con pozos y palos por todos lados, basura dispersa por doquier, con un arquitecto que no sabe lo quiere construir y unos directores de obra que no conducen, quizás por no saber qué es lo que se quiere realizar por la desidia, la apatía o la falta de compromiso.
Todo esto ocurre frente a la mirada atónita de nuestros vecinos, que asisten al deterioro de su calidad de vida y sin encontrar canales institucionales que les abran las puertas para encauzar sus demandas y propuestas
Sin lugar a dudas serán ellos, los paranaenses, quienes sabrán ver y evaluar las claras diferencias entre la ciudad virtual, la del relato de Sergio Varisco, y la ciudad real en la que viven y desarrollan su actividad todos los días.
“Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños.”
(Fuente: Debate Abierto)