Leido 53667 veces
* Por Flavia Barbieri, Joel Tornero, Marcos Menegozzi, Oscar “Patita” Barbieri
Criminalizar y estigmatizar a los sectores excluidos, no es más que un intento de resolución fallido ante el malestar y los conflictos sociales, que profundiza la marginalidad. Emergen de modo diseñado conceptos poco claros como la “mano dura” y “tolerancia cero” como estrategias de disuasión y control sobre el sujeto, que no hacen más que ocultar la verdadera fuente de malestar en nuestra sociedad.
Un debate serio implicaría poder cuestionarse acerca de cuáles son las condiciones que propician que un menor se vea involucrado en situaciones delictivas, lo cual significa profundizar la discusión acerca de las políticas económicas, educativas, de salud, sociales que han conducidos a los sectores más vulnerables a la marginación (no sólo económica). Esto Implica visibilizar el impacto que produce la caída de la esperanza en un futuro mejor, a sabiendas de que, en palabras de Silvia Bleichmar “el ser humano actúa movido por experiencias pasadas y expectativas futuras que modelizan el presente”.
Implica también cuestionarse acerca de la ilegalidad y la impunidad de atraviesa a los propios gobernantes de turno y a las instituciones del propio estado que conducen, factores que también hace en materia de seguridad.
Debatir la baja de la edad de imputabilidad y un régimen socioeducativo y terapéutico de tolerancia cero, sin encarar estas otras discusiones que hacen al trasfondo de la problemática, nuevamente vulneran los derechos y garantías de los niños y adolescentes, quedando otra vez expuestos a una situación de desemparo, atrapados y atravesados por la nefasta experiencia del accionar arbitrario de adultos e instituciones, que no saben o peor aún no quieren abrir verdaderos caminos de solución real a los problemas de fondo.
Una propuesta tendiente a bajar la edad de imputabilidad es claramente una nueva “cortina de humo” frente a los problemas socio económicos de real relevancia para nuestro país que sin lugar a duda son la pobreza, el desempleo, los tarifazos y la inflación, entre tanas otros, obviando abordar con seriedad acerca de problemáticas más profundas que hacen a la verdadera inseguridad, la inseguridad alimentaria, la inseguridad que genera la exclusión a la salud y la educación, etc.
Es el Estado (los tres poderes) y quienes nos representan los que se corren insensiblemente del eje de la discusión y de sus responsabilidades, que incluye el garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños y adolescentes, y bregar por el bienestar común.
Debemos ser capaces de dar estas discusiones, de generar alternativas creativas a viejos problemas que nos persiguen, para finalmente dar un paso hacia una sociedad inclusiva, que viva en paz, respetándonos los unos a los otros.
*Agrupación Alternativa Peronista
De la Imputabilidad. Corriendo el eje
Leido 53667 veces
* Por Flavia Barbieri, Joel Tornero, Marcos Menegozzi, Oscar “Patita” Barbieri
Criminalizar y estigmatizar a los sectores excluidos, no es más que un intento de resolución fallido ante el malestar y los conflictos sociales, que profundiza la marginalidad. Emergen de modo diseñado conceptos poco claros como la “mano dura” y “tolerancia cero” como estrategias de disuasión y control sobre el sujeto, que no hacen más que ocultar la verdadera fuente de malestar en nuestra sociedad.
Un debate serio implicaría poder cuestionarse acerca de cuáles son las condiciones que propician que un menor se vea involucrado en situaciones delictivas, lo cual significa profundizar la discusión acerca de las políticas económicas, educativas, de salud, sociales que han conducidos a los sectores más vulnerables a la marginación (no sólo económica). Esto Implica visibilizar el impacto que produce la caída de la esperanza en un futuro mejor, a sabiendas de que, en palabras de Silvia Bleichmar “el ser humano actúa movido por experiencias pasadas y expectativas futuras que modelizan el presente”.
Implica también cuestionarse acerca de la ilegalidad y la impunidad de atraviesa a los propios gobernantes de turno y a las instituciones del propio estado que conducen, factores que también hace en materia de seguridad.
Debatir la baja de la edad de imputabilidad y un régimen socioeducativo y terapéutico de tolerancia cero, sin encarar estas otras discusiones que hacen al trasfondo de la problemática, nuevamente vulneran los derechos y garantías de los niños y adolescentes, quedando otra vez expuestos a una situación de desemparo, atrapados y atravesados por la nefasta experiencia del accionar arbitrario de adultos e instituciones, que no saben o peor aún no quieren abrir verdaderos caminos de solución real a los problemas de fondo.
Una propuesta tendiente a bajar la edad de imputabilidad es claramente una nueva “cortina de humo” frente a los problemas socio económicos de real relevancia para nuestro país que sin lugar a duda son la pobreza, el desempleo, los tarifazos y la inflación, entre tanas otros, obviando abordar con seriedad acerca de problemáticas más profundas que hacen a la verdadera inseguridad, la inseguridad alimentaria, la inseguridad que genera la exclusión a la salud y la educación, etc.
Es el Estado (los tres poderes) y quienes nos representan los que se corren insensiblemente del eje de la discusión y de sus responsabilidades, que incluye el garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños y adolescentes, y bregar por el bienestar común.
Debemos ser capaces de dar estas discusiones, de generar alternativas creativas a viejos problemas que nos persiguen, para finalmente dar un paso hacia una sociedad inclusiva, que viva en paz, respetándonos los unos a los otros.
*Agrupación Alternativa Peronista