Leido 13532 veces
*Por Enrique Kike Rios
Todas las personas usamos mecanismos de defensa diferentes para enfrentar las situaciones difíciles que provocan dolor, angustia, miedo; y el olvido es uno de ellos.
Es quizás, uno de los más recurrentes. El no querer recordar lo malo, lo doloroso, lo terrible es una forma de resguardarnos de protegernos, involuntariamente, que ocurre casi sin darnos cuenta. Pero cada diciembre, cada 19 y 20 más particularmente, mi cuerpo, mi corazón y mi mente, que tal vez permanecieron distantes, ocupados por el trajín de todos los días, cansados de la pelea diaria, se despiertan.
Pareciera ser, que un timbre interno se activa, que miles de voces y cantos se despiertan, que mi sangre fluye a borbotones, que el andar de tantas marchas me pasa por encima, me sacude entero, me estruja y me interpela, sobre lo que hecho y lo que he dejado de hacer en todo este tiempo. Me gritan, me siguen, me empujan a seguir, a no olvidar y que no olviden.
Viene a mí, el recuerdo de las históricas jornadas protagonizadas por el pueblo argentino en diciembre de 2001, que provocaron la caída del gobierno anti-popular, hambreador y entreguista de De la Rúa. Donde el pueblo argentino escribió con su protagonismo, en el libro de la historia, una de sus páginas más brillantes de lucha contra el hambre y la entrega, por la dignidad nacional avasallada, oponiéndose con firmeza al vergonzante Estado de Sitio y asumiendo bajo la forma de rebelión popular, en el ejercicio de una democracia directa, la defensa legitima de sus derechos e intereses
Nuestra Ciudad y nuestra Provincia no fueron ajenas a lo que sucedía en el País, fieles obedientes al Programa del Gobierno Nacional, ajuste y represión, hambre y pobreza eran la expresión local, como fiel reflejo de lo que ocurría en todo el país.
No se cómo, ni cuando, porque fue espontaneo, genuino, como un llamado interior que nos movilizaba, pero fuimos ganando la calle cien, cientos, miles de compañeras y compañeros, que enfrentábamos a un gobierno provincial represor, que hambreaba al pueblo, que había realizado ajuste y recortes criminales en el área de salud, educación y acción social, que había despedido arbitrariamente a miles de trabajadores, que no abonaba en tiempo y forma los salarios con meses de atraso y que inundaba nuestra provincia con el famoso “bono federal”, que cotizaba menos del 50 % de su valor nominal.
Así fue que, hermanados en una lucha, organizados en ATE y formando parte de la Multisectorial planteamos la resistencia y la lucha, por la dignidad avasallada, contra el hambre y la pobreza a donde nos querían llevar.
Y así fue que surgió un emblema de esta lucha “los chalecos verdes”
Y así nos encontró el 19 y 20 de diciembre, en algún corte, frente a los supermercados, en alguna toma.
En la calle: donde por convicción y compromiso militante habíamos decidido estar. Desde allí, nos fuimos enterando de la brutal y criminal represión nacional, del irracional y cobarde asesinato de Romina Iturain y Eloisa Paniagua.
Fuimos testigos de la represión desatada en toda la ciudad, la provincia y el país. La policía provincial disparando balas de plomo, para defender los intereses de Wall Mart era un ejemplo de al servicio de quien estaban y que interese protegían. Con el asesinato del compañero José Daniel Rodríguez quien reclama por alimentos junto a vecinos de la zona.
Cientos de detenidos, golpeados, reprimidos era el saldo de una ciudad en llamas, con un gobierno de oídos sordos a las demandas populares, cuya única respuesta fue la represión, la muerte y el Estado de Sitio.
El Gobernador Sergio Montiel, no solo felicitó el accionar de las fuerzas policiales comandadas por Victoriano Ojeda y el Ministro de Gobierno Alejandro Carbó, esas fuerzas policiales que dispararon las balas asesinas que terminaron con la vida de dos niñas de 13 y 15 años e hirieron a cientos de manifestantes, sino que justifico la represión indiscriminada contra el pueblo y pidió que se extendiera por mas días el Estado de Sitio en la provincia para facilitar su encubrimiento.
Pero no satisfechos con ello los partidarios de la UCR llevaron a su Gobernador y funcionarios en andas desde la sede partidaria hasta casa de gobierno sin avergonzarse, ni siquiera ruborizarse por lo que estaba sucediendo.
Miembros de esta sociedad pacata, se horrorizaron por la quema de la puerta de casa de Gobierno, pero no dijeron nada por la represión y el asesinato de Romina, Eloísa y José Daniel. Fueron parte de ese silencio cómplice que avalo todo, mirando para otro lado.
Se habló del valor historio de la puerta, de cómo estaba tallada, pero nada se dijo sobre las vidas segadas, sobre esas flores primaverales que fueron cortadas al ras, por esas muertes injustas.
Hoy, hay una nueva puerta, eso se puedo reemplazar, pero como remplazar las vidas, como sanar el dolor por sus pérdidas……………..
Como no recordar a Pocho Lepratti “el angel de la bicicleta”, que lo mataron por pedir que cese la represión y los disparos de armas de fuego contra un comedor comunitario y todas las víctimas de la represión
Sus recuerdos nos interpelan, nos movilizan, nos señalan el camino a seguir
Hoy como en el 2001 vivimos momentos difíciles, de aumento creciente de la pobreza, desocupación, recesión económica, un gobierno entreguista aliado a los centros de poder económico mundial, que impulsa la judicialización y represión de la protesta social.
Es por eso que no podemos olvidar, debemos recuperar de la memoria colectiva los sucesos del 2001, afianzar la unidad para dar pelea en la resistencia y fortalecer la lucha para alcanzar la victoria final.
Por la memoria de los que estuvieron y ya no están, como José Lambarri, Máximo Ibarra, León Montaldo, Susana “Peta” Acevedo, Fredy Giménez, Jano Medrano, el Gorra Figueroa y otros tantos, por el compromiso de los que siguen luchando sin arrear las banderas, ni bajar los brazos.
NO AL OLVIDO, NO AL PERDON
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
Por Romina, Eloisa, José Daniel, “Pocho” Lepratti y todos los compañeros víctimas de la represión por defender los intereses del Pueblo.
Por los 30.000 compañeros Desparecidos.
Compañeros desparecidos: “PRESENTE, HOY Y SIEMPRE”
HASTA LA VICTORIA FINAL
“Y SEPAN QUE SOLO MUERO,
SI USTEDES VAN AFLOJANDO,
PORQUE EL QUE MURIÓ PELEANDO
VIVE EN CADA COMPAÑERO”
Milonga del fusilado.
*Concejal FPV Paraná
Recuerdos del 19 y 20 de Diciembre de 2001
Leido 13532 veces
*Por Enrique Kike Rios
Todas las personas usamos mecanismos de defensa diferentes para enfrentar las situaciones difíciles que provocan dolor, angustia, miedo; y el olvido es uno de ellos.
Es quizás, uno de los más recurrentes. El no querer recordar lo malo, lo doloroso, lo terrible es una forma de resguardarnos de protegernos, involuntariamente, que ocurre casi sin darnos cuenta. Pero cada diciembre, cada 19 y 20 más particularmente, mi cuerpo, mi corazón y mi mente, que tal vez permanecieron distantes, ocupados por el trajín de todos los días, cansados de la pelea diaria, se despiertan.
Pareciera ser, que un timbre interno se activa, que miles de voces y cantos se despiertan, que mi sangre fluye a borbotones, que el andar de tantas marchas me pasa por encima, me sacude entero, me estruja y me interpela, sobre lo que hecho y lo que he dejado de hacer en todo este tiempo. Me gritan, me siguen, me empujan a seguir, a no olvidar y que no olviden.
Viene a mí, el recuerdo de las históricas jornadas protagonizadas por el pueblo argentino en diciembre de 2001, que provocaron la caída del gobierno anti-popular, hambreador y entreguista de De la Rúa. Donde el pueblo argentino escribió con su protagonismo, en el libro de la historia, una de sus páginas más brillantes de lucha contra el hambre y la entrega, por la dignidad nacional avasallada, oponiéndose con firmeza al vergonzante Estado de Sitio y asumiendo bajo la forma de rebelión popular, en el ejercicio de una democracia directa, la defensa legitima de sus derechos e intereses
Nuestra Ciudad y nuestra Provincia no fueron ajenas a lo que sucedía en el País, fieles obedientes al Programa del Gobierno Nacional, ajuste y represión, hambre y pobreza eran la expresión local, como fiel reflejo de lo que ocurría en todo el país.
No se cómo, ni cuando, porque fue espontaneo, genuino, como un llamado interior que nos movilizaba, pero fuimos ganando la calle cien, cientos, miles de compañeras y compañeros, que enfrentábamos a un gobierno provincial represor, que hambreaba al pueblo, que había realizado ajuste y recortes criminales en el área de salud, educación y acción social, que había despedido arbitrariamente a miles de trabajadores, que no abonaba en tiempo y forma los salarios con meses de atraso y que inundaba nuestra provincia con el famoso “bono federal”, que cotizaba menos del 50 % de su valor nominal.
Así fue que, hermanados en una lucha, organizados en ATE y formando parte de la Multisectorial planteamos la resistencia y la lucha, por la dignidad avasallada, contra el hambre y la pobreza a donde nos querían llevar.
Y así fue que surgió un emblema de esta lucha “los chalecos verdes”
Y así nos encontró el 19 y 20 de diciembre, en algún corte, frente a los supermercados, en alguna toma.
En la calle: donde por convicción y compromiso militante habíamos decidido estar. Desde allí, nos fuimos enterando de la brutal y criminal represión nacional, del irracional y cobarde asesinato de Romina Iturain y Eloisa Paniagua.
Fuimos testigos de la represión desatada en toda la ciudad, la provincia y el país. La policía provincial disparando balas de plomo, para defender los intereses de Wall Mart era un ejemplo de al servicio de quien estaban y que interese protegían. Con el asesinato del compañero José Daniel Rodríguez quien reclama por alimentos junto a vecinos de la zona.
Cientos de detenidos, golpeados, reprimidos era el saldo de una ciudad en llamas, con un gobierno de oídos sordos a las demandas populares, cuya única respuesta fue la represión, la muerte y el Estado de Sitio.
El Gobernador Sergio Montiel, no solo felicitó el accionar de las fuerzas policiales comandadas por Victoriano Ojeda y el Ministro de Gobierno Alejandro Carbó, esas fuerzas policiales que dispararon las balas asesinas que terminaron con la vida de dos niñas de 13 y 15 años e hirieron a cientos de manifestantes, sino que justifico la represión indiscriminada contra el pueblo y pidió que se extendiera por mas días el Estado de Sitio en la provincia para facilitar su encubrimiento.
Pero no satisfechos con ello los partidarios de la UCR llevaron a su Gobernador y funcionarios en andas desde la sede partidaria hasta casa de gobierno sin avergonzarse, ni siquiera ruborizarse por lo que estaba sucediendo.
Miembros de esta sociedad pacata, se horrorizaron por la quema de la puerta de casa de Gobierno, pero no dijeron nada por la represión y el asesinato de Romina, Eloísa y José Daniel. Fueron parte de ese silencio cómplice que avalo todo, mirando para otro lado.
Se habló del valor historio de la puerta, de cómo estaba tallada, pero nada se dijo sobre las vidas segadas, sobre esas flores primaverales que fueron cortadas al ras, por esas muertes injustas.
Hoy, hay una nueva puerta, eso se puedo reemplazar, pero como remplazar las vidas, como sanar el dolor por sus pérdidas……………..
Como no recordar a Pocho Lepratti “el angel de la bicicleta”, que lo mataron por pedir que cese la represión y los disparos de armas de fuego contra un comedor comunitario y todas las víctimas de la represión
Sus recuerdos nos interpelan, nos movilizan, nos señalan el camino a seguir
Hoy como en el 2001 vivimos momentos difíciles, de aumento creciente de la pobreza, desocupación, recesión económica, un gobierno entreguista aliado a los centros de poder económico mundial, que impulsa la judicialización y represión de la protesta social.
Es por eso que no podemos olvidar, debemos recuperar de la memoria colectiva los sucesos del 2001, afianzar la unidad para dar pelea en la resistencia y fortalecer la lucha para alcanzar la victoria final.
Por la memoria de los que estuvieron y ya no están, como José Lambarri, Máximo Ibarra, León Montaldo, Susana “Peta” Acevedo, Fredy Giménez, Jano Medrano, el Gorra Figueroa y otros tantos, por el compromiso de los que siguen luchando sin arrear las banderas, ni bajar los brazos.
NO AL OLVIDO, NO AL PERDON
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
Por Romina, Eloisa, José Daniel, “Pocho” Lepratti y todos los compañeros víctimas de la represión por defender los intereses del Pueblo.
Por los 30.000 compañeros Desparecidos.
Compañeros desparecidos: “PRESENTE, HOY Y SIEMPRE”
HASTA LA VICTORIA FINAL
“Y SEPAN QUE SOLO MUERO,
SI USTEDES VAN AFLOJANDO,
PORQUE EL QUE MURIÓ PELEANDO
VIVE EN CADA COMPAÑERO”
Milonga del fusilado.
*Concejal FPV Paraná