Cambiemos reedita su mesa de conducción política en Entre Ríos

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Ya se había conformado, pero no mantuvo un funcionamiento periódico. Se reunían sólo cuando la agenda de Frigerio lo permitía. Ahora hay voluntad de darle una organicidad, como espacio donde coordinar decisiones políticas de la coalición en la provincia.

Buscan más diálogo interno.

Buscan más diálogo interno.

El tema fue tratado en la reunión que mantuvo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con los presidentes de los partidos que integran Cambiemos, durante su última visita a Paraná, ocurrida el martes y miércoles posterior al congreso radical que hizo temblar a la coalición, al aprobar la conformación de un interbloque en la legislatura.

En aquel congreso, la necesidad de que funcione la Mesa de Cambiemos, como instancia de conducción política de la coalición, fue planteada por muchos sectores, incluido dirigentes que, como el intendente de Paraná, Sergio Varisco, se opusieron a la conformación de un interbloque.

En las horas calientes que siguieron al congreso, Frigerio tomó nota de esa necesidad y pidió a legisladores, intendentes, concejales, presidentes de los partidos de Cambiemos que se organicen y no lo esperen para reunirse.

Se aguarda que esta semana se produzca una convocatoria desde la UCR y el PRO para el relanzamiento de la Mesa de Cambiemos, que en estos tres años de vida de la coalición fue reiteradamente reclamada desde el radicalismo, en particular por el senador Raymundo Kisser, que en principio lo planteó como necesaria para coordinar posiciones en la legislatura, donde hubo muchas veces diferencias de criterios entre diputados y senadores del mismo espacio político.

Para qué

Hasta ahora, la Mesa de Cambiemos se reunió sólo cuando Frigerio visitó la provincia. Y no siempre se contó con el tiempo suficiente como para tratar adecuadamente algunos asuntos.

Muchos creen que varios cortocircuitos internos se podrían haber evitado si Cambiemos estuviera institucionalizada en la provincia y su Mesa de conducción se hubiera reunido con periodicidad. Por caso:

¿Se ratifica sin más a Urribarri en la presidencia de la Cámara? ¿O hay que generar algún hecho político similar al que Cambiemos tuvo en el Congreso de la Nación?

¿Cuál debe ser el vínculo de Macri/Frigerio con Bordet? ¿Dónde se resuelve que a Bordet hay que tratarlo casi como a un aliado?

¿En qué ámbito se acuerda una vista a Concordia, una reunión con el intendente peronista Enrique Cresto de la que el radicalismo se desayuna por los medios?

¿En qué espacio se define que no es necesario avisar a los socios radicales de las visitas de funcionarios nacionales o ministros a distintos puntos del territorio?

¿La posición de Cambiemos sobre la reforma electoral es la que sostiene el concejal Emanuel Gainza en una reunión con la ministra Rosario Romero? ¿O la tienen que manifestar los legisladores, que son los que van a votarla?

La institucionalización de Cambiemos implicaría un salto de calidad en la alianza formada en 2015 y la aproximaría más a una verdadera coalición política. Sería un paso que obligaría a buscar consensos internos, a rendir cuentas y que limitaría la discrecionalidad con la que se ha manejado el hombre con más poder dentro del espacio en muchas oportunidades y que tanto malestar ha causado en la dirigencia que no forma parte de su círculo más cercano.

¿Se hubiera evitado llegar a una instancia como la del congreso radical del 17 de marzo? Nadie lo puede saber. Quizás los problemas en el bloque de diputados se podrían haber sorteado en una mesa de conducción política, o al menos la discusión en el congreso radical hubiera llegado de otro modo.

La institucionalización de Cambiemos pasó ahora a ser el reclamo principal del postulante a la gobernación Atilio Benedetti. Entiende que es la garantía de que la alianza electoral pueda afrontar el proceso electoral que viene con “reglas de juego claras” a fin de evitar la repetición de “errores” como el de 2015. (Fuente: Página Política)