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Malibú y Marumbá son los dos clásicos que tiene Hasenkamp. Ambas comparsas, con imponentes y hermosas carrozas, bailarinas y bailarines con un despliegue fabuloso de trajes, lentejuelas y plumas, garantizan la espectacularidad del evento.
En una de las carrozas de Marumbá
Los precios son: estacionamiento sobre Avenida San Martín: $50; entradas: mayores $150 y menores $70. Sillas: primera fila: $50, segunda fila: $35, tercera fila: $25 y palcos: $500 (mesa y cinco sillas, con atención personalizada de un mozo).
En la primera noche, como estaba previsto, a las 22.30 abrió la noche la comparsa Marumbá, bajo el tema “Soñada”, en referencia a los sueños que son el empuje de la vida, invitando a los espectadores a volar por el inmenso mundo de sueños.
En la apertura el animador planteó que “El hombre que olvidó sus sueños pierde lentamente frustrado por el miedo que paraliza. Quien se anima a soñar abre su imaginación para disfrutar de este maravilloso mundo que trae Marumá”. Así, la histórica comparsa hizo su desfile de brillo y color.
Luego fue el turno de Malibú, que presentó su temática “Jasón y los Argonautas: El Vellocino de Oro…”, que narra una leyenda en la que Jasón está destinado a ser rey de Tesalia, pero Pelias, un usurpador, no puede permitirlo, así que engaña al héroe haciéndose pasar por noble y diciéndole que el tirano se rendirá si encuentra el místico y misterioso vellocino de oro. Jasón organiza el viaje y escoge como tripulación a cincuenta y cinco héroes de toda Grecia, entre los que se encuentran Castor, Peleo e incluso el mismísimo Hércules.
Renacer una y otra vez
En una de las carrozas de Marumbá estuvo nuevamente, formando parte de la propuesta, Fátima Heinze, joven entrerriana a la que a los 8 años le diagnosticaron Fibrosis Quística y que en 2014 recibió un trasplante bipulmonar que le permitió mejorar su calidad de vida, convirtiéndose además en la referente más importante de la Asociación de Lucha contra la Fibrosis Quística “Alguien como Yo FQ”.
Comentó a Paralelo 32 que “Llegó enero y con los carnavales, recuerdo como si fuera ayer esa primera vez en la que participé en las carrozas de las comparsas Malibú y Marumbá, tan solo siete meses después de aquel renacimiento. No me importaba estar hecha un “palito” de flaca ni que vieran las cicatrices que había trazado en mi pecho con tanto amor y vocación ese ser inmenso que es el Dr. Bertolotti. Sólo quería contarle al mundo mi felicidad, agradecer a la gente de Fundación Favaloro y a mi ángel donante por esa oportunidad de vivir. No imaginé jamás estar siete meses después en una carroza llena de plumas y lentejuelas bailando, respirando y riendo sin que me falte el aire”.
Recordó que, “Haber llegado a Hasenkamp no fue casualidad. En esas charlas que voy dando por las escuelas, en 2014 en El Pingo me encontré con Teresa Alcoba, una mamá hasenkampense que donó los órganos de su hijo tras un accidente en moto. Ella estaba ahí para contar como su hijo salvó vidas y como ante el dolor pudo dar amor. Y yo estaba para contar como mi ángel me salvó la vida. Las dos caras de la moneda: dar y recibir. Desde ese momento quedamos conectadas y Teresa fue quien habló con la comisión de carnavales y con cada comparsa y en enero de 2015 viví por primera vez el carnaval. En 2016 volví y me gustó más. Y este 2017 no quería dejar de estar. Conocí gente hermosa, bailo celebrando la vida, pero sobre todo mostrando lo que hace posible la donación de órganos, para así seguir concientizando sobre la fibrosis quística y llevando un mensaje esperanzador para quienes aún esperan su soplo. Jamás imaginé todo esto y es muy especial para mí recorrer el corsódromo respirando, sonriendo y sobre todo, agradeciendo a la vida”.
Sobre el trabajo de las comparsas, Heinze indicó que “Trabajan con mucho esfuerzo para estas cinco maravillosas noches que esperamos todo un año, para salir a desplegar brillo, color, pasión y alegría. Es un hermoso espectáculo para la familia y para compartir con amigos. Tenemos que hacer llegar muy lejos el carnaval que es nuestro y lo tenemos cerquita”.
A la hora de los agradecimientos, sumó a “Hasenkamp, a la comisión de carnavales, a los integrantes de ambas comparsas por la buena onda, a Marumbá, que es mi comparsa, a Teresa Alcoba y a su esposo Teco, a Mónica Cura, presidente de Marumbá; a la diseñadora Tania Ruiz Moreno y a Vanesa Bacigalupe. También a todos los que trabajan en la comparsa, no en la pista, pero a que hacen posible que nosotros salgamos a disfrutar el corsódromo. Al querido “Tano” Geminiani por tanta calidez y por siempre nombrar a Alguien Como Yo FQ y por hablar de la importancia de donar órganos, por entender que los órganos no van al cielo, se quedan en la tierra y salvan vidas. No es eso una orden, es una súplica. También a mis compañeros Roxy, Iván, Cristian, Walter, Martín, Miguel, Horacio, Francisco, Melisa, Caro y muy especialmente a Victoria Monzón, que es un ser lleno de luz. Esto hace el carnaval”, dijo.(Fuente: Paralelo 32)
Fátima Heinze fue una de las protagonistas del Carnaval de Hasenkamp
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Malibú y Marumbá son los dos clásicos que tiene Hasenkamp. Ambas comparsas, con imponentes y hermosas carrozas, bailarinas y bailarines con un despliegue fabuloso de trajes, lentejuelas y plumas, garantizan la espectacularidad del evento.
En una de las carrozas de Marumbá
Los precios son: estacionamiento sobre Avenida San Martín: $50; entradas: mayores $150 y menores $70. Sillas: primera fila: $50, segunda fila: $35, tercera fila: $25 y palcos: $500 (mesa y cinco sillas, con atención personalizada de un mozo).
En la primera noche, como estaba previsto, a las 22.30 abrió la noche la comparsa Marumbá, bajo el tema “Soñada”, en referencia a los sueños que son el empuje de la vida, invitando a los espectadores a volar por el inmenso mundo de sueños.
En la apertura el animador planteó que “El hombre que olvidó sus sueños pierde lentamente frustrado por el miedo que paraliza. Quien se anima a soñar abre su imaginación para disfrutar de este maravilloso mundo que trae Marumá”. Así, la histórica comparsa hizo su desfile de brillo y color.
Luego fue el turno de Malibú, que presentó su temática “Jasón y los Argonautas: El Vellocino de Oro…”, que narra una leyenda en la que Jasón está destinado a ser rey de Tesalia, pero Pelias, un usurpador, no puede permitirlo, así que engaña al héroe haciéndose pasar por noble y diciéndole que el tirano se rendirá si encuentra el místico y misterioso vellocino de oro. Jasón organiza el viaje y escoge como tripulación a cincuenta y cinco héroes de toda Grecia, entre los que se encuentran Castor, Peleo e incluso el mismísimo Hércules.
Renacer una y otra vez
En una de las carrozas de Marumbá estuvo nuevamente, formando parte de la propuesta, Fátima Heinze, joven entrerriana a la que a los 8 años le diagnosticaron Fibrosis Quística y que en 2014 recibió un trasplante bipulmonar que le permitió mejorar su calidad de vida, convirtiéndose además en la referente más importante de la Asociación de Lucha contra la Fibrosis Quística “Alguien como Yo FQ”.
Comentó a Paralelo 32 que “Llegó enero y con los carnavales, recuerdo como si fuera ayer esa primera vez en la que participé en las carrozas de las comparsas Malibú y Marumbá, tan solo siete meses después de aquel renacimiento. No me importaba estar hecha un “palito” de flaca ni que vieran las cicatrices que había trazado en mi pecho con tanto amor y vocación ese ser inmenso que es el Dr. Bertolotti. Sólo quería contarle al mundo mi felicidad, agradecer a la gente de Fundación Favaloro y a mi ángel donante por esa oportunidad de vivir. No imaginé jamás estar siete meses después en una carroza llena de plumas y lentejuelas bailando, respirando y riendo sin que me falte el aire”.
Recordó que, “Haber llegado a Hasenkamp no fue casualidad. En esas charlas que voy dando por las escuelas, en 2014 en El Pingo me encontré con Teresa Alcoba, una mamá hasenkampense que donó los órganos de su hijo tras un accidente en moto. Ella estaba ahí para contar como su hijo salvó vidas y como ante el dolor pudo dar amor. Y yo estaba para contar como mi ángel me salvó la vida. Las dos caras de la moneda: dar y recibir. Desde ese momento quedamos conectadas y Teresa fue quien habló con la comisión de carnavales y con cada comparsa y en enero de 2015 viví por primera vez el carnaval. En 2016 volví y me gustó más. Y este 2017 no quería dejar de estar. Conocí gente hermosa, bailo celebrando la vida, pero sobre todo mostrando lo que hace posible la donación de órganos, para así seguir concientizando sobre la fibrosis quística y llevando un mensaje esperanzador para quienes aún esperan su soplo. Jamás imaginé todo esto y es muy especial para mí recorrer el corsódromo respirando, sonriendo y sobre todo, agradeciendo a la vida”.
Sobre el trabajo de las comparsas, Heinze indicó que “Trabajan con mucho esfuerzo para estas cinco maravillosas noches que esperamos todo un año, para salir a desplegar brillo, color, pasión y alegría. Es un hermoso espectáculo para la familia y para compartir con amigos. Tenemos que hacer llegar muy lejos el carnaval que es nuestro y lo tenemos cerquita”.
A la hora de los agradecimientos, sumó a “Hasenkamp, a la comisión de carnavales, a los integrantes de ambas comparsas por la buena onda, a Marumbá, que es mi comparsa, a Teresa Alcoba y a su esposo Teco, a Mónica Cura, presidente de Marumbá; a la diseñadora Tania Ruiz Moreno y a Vanesa Bacigalupe. También a todos los que trabajan en la comparsa, no en la pista, pero a que hacen posible que nosotros salgamos a disfrutar el corsódromo. Al querido “Tano” Geminiani por tanta calidez y por siempre nombrar a Alguien Como Yo FQ y por hablar de la importancia de donar órganos, por entender que los órganos no van al cielo, se quedan en la tierra y salvan vidas. No es eso una orden, es una súplica. También a mis compañeros Roxy, Iván, Cristian, Walter, Martín, Miguel, Horacio, Francisco, Melisa, Caro y muy especialmente a Victoria Monzón, que es un ser lleno de luz. Esto hace el carnaval”, dijo.(Fuente: Paralelo 32)