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“Se han dicho de mí las barbaridades más grandes sobre un ser humano. Pero en esta, en particular, se ha superado el límite”, apuntó el ministro de Gobierno. Enseguida, dijo: “No tengo absolutamente nada que ver con las actividades irregulares que se mencionan. Quieren manchar mi imagen”. Y agregó: “No he salido antes porque uno por ahí no le da lugar a unos trascendidos, pero ante las dimensiones he decidido salir”.

Urribarri se mostró “muy tranquilo” con su “accionar como secretario de la Cámara de Senadores y como ministro de Gobierno”.

Ante la pregunta  si podía desconocer algo así, como una mesa de dinero o financiera. El ministro y entonces secretario del Senado, respondió: “El mencionado (en la publicación), Juan Sebastián Robledo, con el que no tengo relación alguna, formaba parte de las oficinas de la prosecretaría de Lautaro Schiavoni. Fue él quien me puso al tanto (de lo que estaba pasando) y lo fui a ver a quien era la autoridad máxima, José Cáceres”.

Urribarri contó que cuando “los supuestos damnificados”, es decir quienes colocaron dólares y no le devolvieron ni los intereses ni el capital, lo fueron a ver con un representante de apellido Brasca. Los atendió “para ver cómo podía ayudarlos”, según dijo.

“Querían denunciar acciones sumarias sobre Robledo y les dije que con todo gusto, pero que primero había que hacer una denuncia”, narró. Y añadió: “Pasaron tres años y medio. Había un abogado con una supuesta maniobra irregular. Le dije: vamos a iniciar las acciones una vez que tengamos el instrumento formal para avanzar sobre este hecho”.

Urribarri insistió: “Yo en todo momento informé a José Cáceres”.

La semana pasada, Cáceres habló sobre el tema y dio una versión similar. “Yo creía que el tema era entre particulares. A mí me dijo uno de mis colaboradores que había gente llorando, y que decían que habían entregado plata por dólares y ahora no se los iban a dar. Ellos estaban pidiendo reunirse conmigo. Les dije que primero hagan la denuncia. Pero me parecía un tema entre particulares. Después el muchacho (Robledo) se fue, pero no sabía que se había ido a Brasil. Luego ningún empleado me dijo que seguía teniendo problemas con esta persona”, se explayó el ex vicegobernador.

“Creo que ese mismo día que me enteré o al día siguiente, lo llamé a Mauro (Urribarri) para hablar, para preguntarle si sabía algo, que me diga cómo era. Él no estaba en Paraná pero cuando volvió al día siguiente o dos días, no recuerdo, él fue automáticamente a verme. Le dije lo que me había enterado, él me respondió que le llegó lo mismo pero que no tenía idea. Le marqué que esa oficina (de Robledo) estaba cerca de la suya y él me dijo que ni sabía quién estaba en ese lugar”, recordó Cáceres y agregó: “Mauro tenía muchísimas actividades y varias eran fuera de la Cámara de Senadores, porque acompañó muchísimo a nuestro gobierno, hacía reuniones con organizaciones políticas, sociales, tenía un activismo muy presente en todo lo que tenía que ver con el gobierno de su padre”.

“Mauro me dijo que no sabía más de lo que ya me habían contado”, recalcó Cáceres y mencionó “que había gente que lo estaba buscando (a Robledo), que estaba muy enojada”. Luego de eso, el ex vicegobernador señaló que Mauro Urribarri le prometió averiguar “y cualquier cosa me contaba, porque él era el responsable administrativo”. “No tenía motivos para no creerle, aún hoy le creo a Mauro, tengo mucha confianza en sus palabras”, afirmó.

El ex vicegobernador dijo desconocer cuándo se incorporó a Juan Sebastián Robledo como empleado del Senado y si pertenece a planta. “En la revista se dice que es de planta, pero no sé en qué período entró. Y debe haber estado trabajando en administración del Senado. Pero si lo cruzo en la calle no lo conozco”, afirmó. (Fuente: Página Política-En el dos mil también)