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El tercer testimonio propuesto por la defensa en la audiencia de este martes fue Alejandro Ocampo. Los padres de Molaro coincidieron en que él era el “único” amigo de su hijo.
Declaró el amigo de Molaro
El aporte que realizó fue concreto, no sólo sabía de manifestaciones violentas en contra de su amigo por parte de Céparo, sino que también manifestó ser víctima de “Domi” en reiteradas ocasiones de maltrato, gritos y empujones. El fiscal se dedicó a interrogar en busca de alguna contradicción entre los testimonios, aunque no llegó a buen término.
Por último, el abogado querellante Ladislado Uzín Olleros solicitó un llamado de atención por “falso testimonio” en referencia a lo expresado por Ocampo en la sala, en comparación con lo dicho en la etapa de instrucción ante el juez Elvio Garzón, aunque dicha denuncia no llegó a buen puerto por no comprenderse de forma concreta y clara dónde se hallaba la contradicción.
Los peritos respondieron sobre su dictamen
Cerca de las 13, los peritos María Eugenia Londero, Sebastián Coll y María Zelmina Barbagelata expusieron el dictamen del informe psiquiátrico-psicológico que le realizaron a Molaro. En ese marco ratificaron que los recuerdos del imputado “se encuentran dañados en forma parcial” y que el daño emocional “le impide” rememorar los “trazos vacíos de contenido”. Este diagnóstico justificó la declaración del acusado, quien afirmó que no recuerda qué fue lo que pasó después de dispararle a su víctima.
Ante este punto, el juez Bonazzola consultó si las fallas de la memoria pueden ser simuladas, a lo que respondieron que sí, pero que en este caso se percibió que “no son fingidas, sino provocadas por un trauma”.
Los profesionales indicaron que Molaro padece de “trastorno de personalidad esquizoide que implica retraimiento, dificultad para relacionarse con los demás y aislamiento”.
Comunicaron que a través de las diferentes técnicas realizadas, percibieron que “vivenció instancias de hostigamiento en su historia vital”. Sin embargo aclararon que ellos constataron lo que el imputado registró en su psiquismo y que eso no significa que “haya correlato con la realidad”.
Tras el informe de los peritos, la idea de bullying quedó tambaleando por escueta, ya que dijeron que este fenómeno sólo se da en el ámbito escolar y que a través de las entrevistas percibieron que Molaro vivió “hostigamiento en todos los ámbitos”.
Dio la sensación de que la querella intentó instalar la hipótesis de que los traumas que evidencia Molaro fueron producidos en su ámbito familiar ya que en varias oportunidades consultó si éstos pueden generarse en dicho espacio. A esto, los profesionales afirmaron que los vínculos primarios “son los principales, pero no los únicos que estructuran la personalidad”.
Para cerrar, Uzín Olleros denunció que una integrante de la familia Céparo recibió 11 mensajes intimidatorios y que ya están en poder de la fiscalía para averiguar si están vinculados con la causa.(Fuente: Análisis Digital)
Causa Alexis Céparo – Declaró el amigo de Molaro
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El tercer testimonio propuesto por la defensa en la audiencia de este martes fue Alejandro Ocampo. Los padres de Molaro coincidieron en que él era el “único” amigo de su hijo.
Declaró el amigo de Molaro
El aporte que realizó fue concreto, no sólo sabía de manifestaciones violentas en contra de su amigo por parte de Céparo, sino que también manifestó ser víctima de “Domi” en reiteradas ocasiones de maltrato, gritos y empujones. El fiscal se dedicó a interrogar en busca de alguna contradicción entre los testimonios, aunque no llegó a buen término.
Por último, el abogado querellante Ladislado Uzín Olleros solicitó un llamado de atención por “falso testimonio” en referencia a lo expresado por Ocampo en la sala, en comparación con lo dicho en la etapa de instrucción ante el juez Elvio Garzón, aunque dicha denuncia no llegó a buen puerto por no comprenderse de forma concreta y clara dónde se hallaba la contradicción.
Los peritos respondieron sobre su dictamen
Cerca de las 13, los peritos María Eugenia Londero, Sebastián Coll y María Zelmina Barbagelata expusieron el dictamen del informe psiquiátrico-psicológico que le realizaron a Molaro. En ese marco ratificaron que los recuerdos del imputado “se encuentran dañados en forma parcial” y que el daño emocional “le impide” rememorar los “trazos vacíos de contenido”. Este diagnóstico justificó la declaración del acusado, quien afirmó que no recuerda qué fue lo que pasó después de dispararle a su víctima.
Ante este punto, el juez Bonazzola consultó si las fallas de la memoria pueden ser simuladas, a lo que respondieron que sí, pero que en este caso se percibió que “no son fingidas, sino provocadas por un trauma”.
Los profesionales indicaron que Molaro padece de “trastorno de personalidad esquizoide que implica retraimiento, dificultad para relacionarse con los demás y aislamiento”.
Comunicaron que a través de las diferentes técnicas realizadas, percibieron que “vivenció instancias de hostigamiento en su historia vital”. Sin embargo aclararon que ellos constataron lo que el imputado registró en su psiquismo y que eso no significa que “haya correlato con la realidad”.
Tras el informe de los peritos, la idea de bullying quedó tambaleando por escueta, ya que dijeron que este fenómeno sólo se da en el ámbito escolar y que a través de las entrevistas percibieron que Molaro vivió “hostigamiento en todos los ámbitos”.
Dio la sensación de que la querella intentó instalar la hipótesis de que los traumas que evidencia Molaro fueron producidos en su ámbito familiar ya que en varias oportunidades consultó si éstos pueden generarse en dicho espacio. A esto, los profesionales afirmaron que los vínculos primarios “son los principales, pero no los únicos que estructuran la personalidad”.
Para cerrar, Uzín Olleros denunció que una integrante de la familia Céparo recibió 11 mensajes intimidatorios y que ya están en poder de la fiscalía para averiguar si están vinculados con la causa.(Fuente: Análisis Digital)