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Testigos que declararon en la primera jornada de la audiencia narraron el contexto de violencia en que vivía la expareja de Marcos Gabriel Milá y sus dos hijos. Milá es un docente de 36 años que comparece acusado de intentar ahorcar a su ex con una soga que pendía de un árbol.

Cuando declaró la víctima, el acusado fue desalojado de la sala de audiencias.
Marcos Gabriel Milá debió dejar la sala de audiencias cuando su expareja Sandra Silvina Olguín ingresó al recinto para prestar declaración testimonial. Para la testigo, las huellas de la violencia que dijo padecer, aún están frescas. Sin embargo, la mujer nada pudo aportar ante la Sala I en la Cámara del Crimen de Paraná, que está integrada por Miguel Ángel Giorgio, Elvio Garzón y Daniel Malatesta, de lo que supuestamente ocurrió en el período transcurrido entre las 22 del 15 de febrero de 2013 y las 4 del día siguiente, cuando fue hallada por su padre pendiendo de una soga que estaba asida a un árbol en el fondo de la casa de la pareja, ubicada en calle Los Eucaliptos y Los Zorzales de Oro Verde, localidad ubicada a 10 kilómetros de Paraná.
Al testimonio de Olguín se sumaron los de otros testigos que, de un lado o de otro refirieron, por sí o por terceras personas, tener conocimiento de distintos hechos de violencia familiar. Milá es juzgado por los delitos de Tentativa de homicidio agravado por alevosía y por tratarse la víctima de una mujer en situación de violencia de género, primer hecho, en concurso Ideal con Desobediencia judicial, segundo hecho, en concurso Real con Desobediencia judicial, tercer hecho, ocurridos entre el 15 y el 19 de febrero de 2013 en Oro Verde.
Sin registro. Ayer, Olguín manifestó ante el Tribunal y ante la acusación, a cargo de la fiscal coordinadora Carolina Castagno y el querellante particular Juan Cabrera, y la defensa, en manos de Marcos Rodríguez Allende y Walter Rolandelli, que fue víctima de numerosos hechos de violencia psicológica y física por parte del imputado. Sin embargo, cuando las partes le pidieron que narrara lo que pasó en las seis horas transcurridas entre las 22 del 15 de febrero y las 4 del 16, nada pudo aportar. “De esa noche me acuerdo de nada” sostuvo ayer, y lo atribuyó a “lagunas mentales” que le producirían los medicamentos que está ingiriendo en un tratamiento que está realizando en el Hospital Escuela Antonio Roballos. Tampoco recordó el tiempo que estuvo internada en el hospital San Martín.
De la declaración de la denunciante surge una serie de hechos de violencia ejercidos por el imputado contra ella y el hijo de la pareja y el hijo que Olguín tuvo con una pareja anterior. También se develó que la pareja consumía cocaína y psicofármacos, y que Milá también fumaba marihuana. “Milá me daba Tranquinal para que me tranquilizara cuando me pegaba y nos hacía tomar de las manos con los chicos y rezar”, recordó ayer en la primera jornada de la audiencia.
La testigo relató que el imputado le atribuía la responsabilidad por los hechos de violencia. “La culpa era mía porque decía que lo ponía nervioso. Me di cuenta que no era culpa mía. No me dejaba salir, tener amigas. Con la psicóloga empecé a ver cosas que antes no veía”, relató Olguín ante los presentes. Entre las situaciones de violencia que dijo sufrir, señaló que Milá no le daba el dinero de la cuota familiar por el hijo de ambos, sino que le hacía compras a su parecer en el supermercado, le entregaba la mercadería y también pagaba el alquiler. A raíz de esta situación reconoció que lo llamaba por teléfono o por mensaje de texto para avisarle que le faltaba algo para los niños.
El padre. También declaró José Lino Olguín, padre de la víctima, quien a diferencia de su hija dijo que ésta tuvo un intento de suicidio posterior al hecho, aunque no pudo precisar cuándo y a pesar de sostener que aquella “era muy emprendedora, trabajadora, con mucha vida; no tenía motivos para suicidarse”. La denunciante había negado intentar quitarse la vida, ante una pregunta de la fiscal.
El testigo fue quien encontró a su hija pendiendo de la soga aferrada a un árbol ubicado en el patio de la casa. Olguín dijo que recibió dos mensajes de texto aquella noche de parte de su hija en los que le advertía que se iba a suicidar. El hombre dijo que no creyó que fueran redactados por su hija porque manifestó “eran muy elaborados y pensé que no eran de mi hija”; por eso salió desde Paraná hacia Oro Verde para interiorizarse de la situación.
Cuando llegó a la casa en Oro Verde se dirigió al patio, donde vio a su hija “colgada del árbol” y precisó que “estaba el cuerpo pesado pendiendo de una cuerda del árbol. Le tomé el pulso y para mí estaba muerta, miro para atrás y veo a uno de los chicos parado en la puerta del patio”. Olguín refirió que le llamó la atención el nudo de la soga, del que dijo que “tenía un entramado marinero, muy raro”. También dijo que “el cuerpo estaba en una posición que podía mantenerse parado (se levantó de la silla y explicó de pie la posición). Sólo se podía hacer daño si se desvanecía y se ahorcaba de a poco” especuló. El testigo dijo que uno de sus nietos le dijo que “el papá había estado esa noche en la casa y que discutió con mi hija por el hijo. Ella no se lo iba a dar si no le pasaba lo que corresponde”.
Testigos. También declararon Ángela Magdalena Sorbo, madre del imputado, quien refirió hechos de violencia de parte de Olguín hacia Milá y sostuvo una versión que dio cuenta que esa noche su hijo salió con su novia Gabriela Soledad Canosa y regresó tarde; José Carlos Rabuffetti, el remisero que llevó a Olguín a Oro Verde, allí lo ayudó a descolgar a su hija y le realizó respiración boca a boca, quien ratificó sus dichos en la instrucción y brindó precisiones sobre la complejidad el nudo de la soga, del que precisó que cuanto más se lo manipulaba, más se ajustaba. También declaró Canosa, quien dijo no conocer a la expareja de Milá, y refirió que este tenía buena relación con sus hijos pero ésta no era buena con su ex. La mujer sostuvo la versión que dio la madre del imputado respecto a que esa noche salieron a pasear y regresaron a su casa alrededor de la 1.40, hora en la que Milá habría vuelto a la casa de la madre.
Martín Federico Godoy, cuñado de la víctima, comprometió al imputado puesto que sostuvo que sus sobrinos, los hijos de Milá, le manifestaron que el padre estuvo en la casa esa noche, e incluso aseguró que uno de ellos le dijo “mi papá la quiso matar a mami” y el otro le contó que “la vio colgada”. Godoy sostuvo que los niños, que declararon en Cámara Gesell, le hicieron tales expresiones a la mañana siguiente del hecho.
Olguín declaró que Milá no parecía ser violento y que era muy querido en la familia. Así, dijo que no le guardaba “resentimiento por lo acontecido” a pesar que refirió distintas escenas de violencia contra su hija y sus nietos.
Hoy, a partir de las 8.30, continuará el debate con más testimoniales. (Fuente: El Diario)
Narran violento trasfondo en caso de intento de ahorcamiento en Oro Verde
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Testigos que declararon en la primera jornada de la audiencia narraron el contexto de violencia en que vivía la expareja de Marcos Gabriel Milá y sus dos hijos. Milá es un docente de 36 años que comparece acusado de intentar ahorcar a su ex con una soga que pendía de un árbol.
Cuando declaró la víctima, el acusado fue desalojado de la sala de audiencias.
Marcos Gabriel Milá debió dejar la sala de audiencias cuando su expareja Sandra Silvina Olguín ingresó al recinto para prestar declaración testimonial. Para la testigo, las huellas de la violencia que dijo padecer, aún están frescas. Sin embargo, la mujer nada pudo aportar ante la Sala I en la Cámara del Crimen de Paraná, que está integrada por Miguel Ángel Giorgio, Elvio Garzón y Daniel Malatesta, de lo que supuestamente ocurrió en el período transcurrido entre las 22 del 15 de febrero de 2013 y las 4 del día siguiente, cuando fue hallada por su padre pendiendo de una soga que estaba asida a un árbol en el fondo de la casa de la pareja, ubicada en calle Los Eucaliptos y Los Zorzales de Oro Verde, localidad ubicada a 10 kilómetros de Paraná.
Al testimonio de Olguín se sumaron los de otros testigos que, de un lado o de otro refirieron, por sí o por terceras personas, tener conocimiento de distintos hechos de violencia familiar. Milá es juzgado por los delitos de Tentativa de homicidio agravado por alevosía y por tratarse la víctima de una mujer en situación de violencia de género, primer hecho, en concurso Ideal con Desobediencia judicial, segundo hecho, en concurso Real con Desobediencia judicial, tercer hecho, ocurridos entre el 15 y el 19 de febrero de 2013 en Oro Verde.
Sin registro. Ayer, Olguín manifestó ante el Tribunal y ante la acusación, a cargo de la fiscal coordinadora Carolina Castagno y el querellante particular Juan Cabrera, y la defensa, en manos de Marcos Rodríguez Allende y Walter Rolandelli, que fue víctima de numerosos hechos de violencia psicológica y física por parte del imputado. Sin embargo, cuando las partes le pidieron que narrara lo que pasó en las seis horas transcurridas entre las 22 del 15 de febrero y las 4 del 16, nada pudo aportar. “De esa noche me acuerdo de nada” sostuvo ayer, y lo atribuyó a “lagunas mentales” que le producirían los medicamentos que está ingiriendo en un tratamiento que está realizando en el Hospital Escuela Antonio Roballos. Tampoco recordó el tiempo que estuvo internada en el hospital San Martín.
De la declaración de la denunciante surge una serie de hechos de violencia ejercidos por el imputado contra ella y el hijo de la pareja y el hijo que Olguín tuvo con una pareja anterior. También se develó que la pareja consumía cocaína y psicofármacos, y que Milá también fumaba marihuana. “Milá me daba Tranquinal para que me tranquilizara cuando me pegaba y nos hacía tomar de las manos con los chicos y rezar”, recordó ayer en la primera jornada de la audiencia.
La testigo relató que el imputado le atribuía la responsabilidad por los hechos de violencia. “La culpa era mía porque decía que lo ponía nervioso. Me di cuenta que no era culpa mía. No me dejaba salir, tener amigas. Con la psicóloga empecé a ver cosas que antes no veía”, relató Olguín ante los presentes. Entre las situaciones de violencia que dijo sufrir, señaló que Milá no le daba el dinero de la cuota familiar por el hijo de ambos, sino que le hacía compras a su parecer en el supermercado, le entregaba la mercadería y también pagaba el alquiler. A raíz de esta situación reconoció que lo llamaba por teléfono o por mensaje de texto para avisarle que le faltaba algo para los niños.
El padre. También declaró José Lino Olguín, padre de la víctima, quien a diferencia de su hija dijo que ésta tuvo un intento de suicidio posterior al hecho, aunque no pudo precisar cuándo y a pesar de sostener que aquella “era muy emprendedora, trabajadora, con mucha vida; no tenía motivos para suicidarse”. La denunciante había negado intentar quitarse la vida, ante una pregunta de la fiscal.
El testigo fue quien encontró a su hija pendiendo de la soga aferrada a un árbol ubicado en el patio de la casa. Olguín dijo que recibió dos mensajes de texto aquella noche de parte de su hija en los que le advertía que se iba a suicidar. El hombre dijo que no creyó que fueran redactados por su hija porque manifestó “eran muy elaborados y pensé que no eran de mi hija”; por eso salió desde Paraná hacia Oro Verde para interiorizarse de la situación.
Cuando llegó a la casa en Oro Verde se dirigió al patio, donde vio a su hija “colgada del árbol” y precisó que “estaba el cuerpo pesado pendiendo de una cuerda del árbol. Le tomé el pulso y para mí estaba muerta, miro para atrás y veo a uno de los chicos parado en la puerta del patio”. Olguín refirió que le llamó la atención el nudo de la soga, del que dijo que “tenía un entramado marinero, muy raro”. También dijo que “el cuerpo estaba en una posición que podía mantenerse parado (se levantó de la silla y explicó de pie la posición). Sólo se podía hacer daño si se desvanecía y se ahorcaba de a poco” especuló. El testigo dijo que uno de sus nietos le dijo que “el papá había estado esa noche en la casa y que discutió con mi hija por el hijo. Ella no se lo iba a dar si no le pasaba lo que corresponde”.
Testigos. También declararon Ángela Magdalena Sorbo, madre del imputado, quien refirió hechos de violencia de parte de Olguín hacia Milá y sostuvo una versión que dio cuenta que esa noche su hijo salió con su novia Gabriela Soledad Canosa y regresó tarde; José Carlos Rabuffetti, el remisero que llevó a Olguín a Oro Verde, allí lo ayudó a descolgar a su hija y le realizó respiración boca a boca, quien ratificó sus dichos en la instrucción y brindó precisiones sobre la complejidad el nudo de la soga, del que precisó que cuanto más se lo manipulaba, más se ajustaba. También declaró Canosa, quien dijo no conocer a la expareja de Milá, y refirió que este tenía buena relación con sus hijos pero ésta no era buena con su ex. La mujer sostuvo la versión que dio la madre del imputado respecto a que esa noche salieron a pasear y regresaron a su casa alrededor de la 1.40, hora en la que Milá habría vuelto a la casa de la madre.
Martín Federico Godoy, cuñado de la víctima, comprometió al imputado puesto que sostuvo que sus sobrinos, los hijos de Milá, le manifestaron que el padre estuvo en la casa esa noche, e incluso aseguró que uno de ellos le dijo “mi papá la quiso matar a mami” y el otro le contó que “la vio colgada”. Godoy sostuvo que los niños, que declararon en Cámara Gesell, le hicieron tales expresiones a la mañana siguiente del hecho.
Olguín declaró que Milá no parecía ser violento y que era muy querido en la familia. Así, dijo que no le guardaba “resentimiento por lo acontecido” a pesar que refirió distintas escenas de violencia contra su hija y sus nietos.
Hoy, a partir de las 8.30, continuará el debate con más testimoniales. (Fuente: El Diario)