Evaluar no es un castigo en la sociedad educativa

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*Por Hugo Pais

Prof Hugo Pais (1)

Estamos asistiendo a un debate en materia educativa, que considero absurdo e innecesario, y que presumo es un modo de desviar la atención, de las cuestiones esenciales de lo que ocurre al interior del Sistema Educativo y de las Escuelas.

Es bueno poder analizar, que se ha dicho que con el Sistema de Evaluación, lanzado en la Provincia de Buenos Aires, que no es otra cosa que lo aprobado por los Señores Ministros de las diversas jurisdicciones, se ha significado que la modificación que se pretende implementar, es en razón que la calificación estigmatiza al niño y/o al adolescente

Y precisamente conviene enunciar, para que el común de las personas, comprendan de que se habla al utilizar el  término “estigmatizar”, decir que el mismo proviene del griego: “stigmatisein” que toma del latín y lo convierte en “stigma – stigmatis”. En ambos casos, su significado es picadura, marca con hierro candente y del verbo latino deriva el sentido de heridas sangrantes que aparecen en algunos santos en los costados, manos, pies, cabeza. Por ello podemos aplicar el término como la acción de marcar a alguien con un hierro produciéndole herida

Sociológicamente, “estigma” se lo aplica a una persona o grupo de personas, que desaprueban severamente características o creencias personales. Y la gravedad del uso de este término para aplicarlo al sistema de logros en la la evaluación es desconocer, que en la vida, en lo cotidiano, y en todo lo que implique la relación del hombre con el mundo, de la sociedad con otras sociedades, se mesura, evalúa y califican las relaciones, hay un orden, hay normas que cumplir y la vida misma no es un jugar al como si.

Si realmente vemos que en nombre de la inclusión se cae en el absurdo del no calificar y no evaluar, sinceramente hemos perdido el rumbo en un país donde la educación ha sido uno de los más preciados tesoros y ha tenido la más alta calificación entro otros del mundo, pero evidentemente, venimos en educación, en caída libre, precisamente en tiempos donde la inversión en educación ha sido la mayor, pero evidentemente sin el acierto adecuado.

El nivel de retención en el sistema educativo, es forzado,  los chicos y jóvenes vegetan y a veces los obligan a emerger, no digo promover,  precisamente, lo que falta es promoción humana por la educación de nuestros ciudadanos. Decimos esto, por que lo que la Ley sostiene es garantizar la universalidad de ingreso, permanencia y egreso al Sistema Educativo  de todos, ahora bien, hay muchos que no ingresan nunca, hay otros que no se promocionan nunca del nivel primario y la mayoría de la Secundaria, pero aún es más grave la situación en las Universidades del Estado.

Si nos quedamos con el tema del estigma, caeremos en justificar que los niños y jóvenes son devaluados, rechazados y denigrados en el Sistema Educativo, que le destruimos la autoestima, que son llevados  a ser menos afortunados. Soy un convencido, que debemos retomar, la cultura del trabajo, del esfuerzo y por parte de los educadores, del acompañamiento, la orientación, la promoción y el apoyo a aprender con recursos diversos, pero a que los chicos aprendan, desarrollen competencias, habilidades, que tengan fortalezas por y en sí mismo y no que crean que pueden lo que aún no han logrado.

Es correcto asumir, que todo proceso de evaluación, supone un juicio de valor, que al asignar una calificación hay una lectura crítica, desde una perspectiva pensada, planeada y deseada por docente y alumno, por la sociedad misma, que al evaluar hay un proceso de comprensión de lo que se ha logrado y de lo que se debe re – trabajar, en un diálogo sincero entre quien educa y quien se educa. No podemos dejar de mirar la necesidad de un ejercicio responsable de la evaluación educativa por que queramos aplicar un término, que termina siendo un agravio a la función del educador.

Como antes, más y mejor que antes, la educación argentina, debe ser, de calidad para todos, no solo para quienes tienen la oportunidad de acceder a medios, academias y tareas complementarias que enmiendan la labor que no se da al interior de la Escuela, es hora de dejarnos de decir cuestiones que nos desnaturalizan la realidad del proceso de educar, podemos pensar en ciclos, en la evaluación, en re graduar los niveles de enseñanza para acompañar los tiempos de aprendizaje de los alumnos, pero nunca entrar a divagar que evaluar y calificar es estigmatizar.

 

(*) Docente e Investigador en Educación UCSF