Elecciones: el 2015 ya empezó

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*Por Carlos Matteoda

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Con matices, los dirigentes políticos con aspiraciones electorales para el año que viene comenzaron a transitar estrategias que van desde el tejido de alianzas que les permita calificar para la disputa electoral hasta acciones que -para el caso de los que están en función de gobierno- les permitan tener una mayor visibilidad en la escena política. Mientras el radicalismo sigue inmerso en la discusión sobre la posible incorporación del ruralista Alfredo De Ángeli a la versión entrerriana del Frente Amplio UNEN (Faunen), lo que en los hechos se convierte en una especie de campaña a favor de De Ángeli, (que tal vez no sea efectiva para mejorar su imagen, pero sí para instalarla); el dirigente agrario avanza por las suyas para consolidar su aspiración de gobernar Entre Ríos. Suma por los dos lados y el viernes se mostró en Concordia con Mauricio Macri, a quien acompaña con su candidatura presidencial. Los radicales que apuestan a una alianza con De Ángeli ya no hablan de la posibilidad del desdoblamiento electoral en la provincia, pero todos los días le prenden una vela a Santo Tomás Moro pidiéndole que el gobernador Sergio Urribarri convoque a los entrerrianos a votar en marzo. Esa situación les permitiría saldar el problema de que el PRO no integra Faunen. Si bien De Ángeli podría jugar a favor de la candidatura presidencial de Macri en octubre y sumarse al frente electoral provincial con su agrupación Pancho Ramírez. Otra ventaja sería una competencia que en el sector consideran casi exclusiva con quien sea el candidato del oficialismo, porque entienden que los otros aspirantes opositores tendrían menos tiempo para instalarse. Y encima, no pesaría el arrastre electoral que significaría eventualmente en la boleta sábana el nombre de referencias nacionales fuertes, principalmente Sergio Massa. Sin embargo, Urribarri parece tener pocos motivos para concretar un adelantamiento electoral como ocurrió en marzo 2007. El único argumento que se escucha en el oficialismo es el que indica que le vendría bien llegar a las PASO presidenciales de agosto habiendo ganado por amplio margen la elección de gobernador. Obvio, a través del candidato que él impulse y con un porcentaje mayor al 50%.

Los plazos. Juega en contra de esta especulación que la elección “adelantada” debería realizarse el tercer domingo de marzo porque la todavía vigente Ley Nº 2.988 de Elecciones Provinciales -sancionada en 1934- establece que la elecciones provinciales se realicen el tercer domingo de marzo, que en 2013 cae el 15. Razonablemente uno puede preguntarse qué recuerdo quedará para agosto de un triunfo del urribarrismo ocurrido cinco meses antes en una provincia que representa el 3,4% del padrón nacional. Si existiera tal efecto, deberían programarse las elecciones provinciales para el último domingo de julio, pero no es posible. La otra fecha posible es el 18 de octubre de 2015, cuando posiblemente se realicen las elecciones nacionales, ya que la también vigente la Ley N° 4.414, -sancionada el 13 noviembre de 1961- agregó a la redacción original del artículo 94 de la 2.988 la posibilidad de que el Poder Ejecutivo decida realizarlas en forma conjunta con las elecciones nacionales. Por imperio de la nunca bien ponderara Ley N° 9.659 más conocida como Castrillón, los plazos previstos por ley indican que las elecciones internas, abiertas y simultáneas que deben realizar todos los partidos políticos deben realizarse “con una antelación no menor a 60 días corridos del acto eleccionario general y no mayor a 90 días corridos”, la fecha de las mismas se ubicaría entre el 14 de diciembre y el 11 de enero de 2015. Suponiendo que se eligiera la fecha más cercana por razones climáticas y para evitar que la elección coincida con el período de vacaciones; la convocatoria a esas elecciones internas provinciales de fecha debe realizarse, de acuerdo al artículo 3 de la Ley Castrillón “con una antelación no mayor a 120 días y no menor a 90 días de la fecha de realización de la misma”. Es decir, que la convocatoria a esas primarias debería ocurrir en el próximo mes, antes del 14 de setiembre. Parece poco probable. En el camino está la promesa de reformar la ley electoral provincial, hecha por Urribarri en febrero, que hasta el momento no encuentra un correlato en la Legislatura. Varios dirigentes oficialistas se pronunciaron reclamando “reglas claras” para las elecciones del año que viene.

Donde comen dos, comen tres. En el espectro del massismo por un lado se consolidan los precandidatos lanzados, Adrián Fuertes y Gustavo Zavallo, pero a la vez se afianza la chance de un tercer aspirante cuya definición se produciría en pocos días más. El intendente de Villaguay, Fuertes, sigue trabajando con la intención de hacer pie en todas las localidades de la provincia e incluso en la semana que termina exhibió haber sumado a su proyecto a militantes paranaenses originariamente enrolados con De Ángeli. Fuertes intenta transformar en fortaleza lo que inicialmente podría considerarse una debilidad, sumando en algunas ciudades -como Paraná- a varios precandidatos a intendente, sin que surja una figura. Zavallo, por su parte, recorre la provincia para hacerse conocer, bajo el paraguas del bustismo. La tarea que asume el exdiputado nacional resulta novedosa, con un Busti que aparece por primera vez en tres décadas sin protagonizar las candidaturas principales a nivel provincial, más allá de las especulaciones que puedan tejerse en caso de que Massa acceda a la Presidencia. El sector sumaría en pocos días más a un tercer candidato, que ya tuvo incluso su conversación con Massa, y que reconoce vinculación con el grupo que integra, entre otros dirigentes, Emilio Martínez Garbino, Luis Leissa y Juan Domingo Zacarías.

Con pie de plomo. En el oficialismo, en tanto, hay que andar con pies de plomo para que las lógicas aspiraciones de los aspirantes a la Gobernación no aparezcan entorpeciendo la precandidatura nacional de Urribarri. Este tiempo será para mostrarse, pero no para hablar en público, al menos en primera persona. En la semana el que dio la nota fue el senador Juan Carlos Brambilla, quien en declaraciones al portal Debate Abierto jugó las fichas por el ministro de Gobierno, Adán Bahl. No es secreto para nadie que en el gabinete hay tres aspirantes a la sucesión. Bahl, a quien se le reconoce una gran capacidad de gestión; el ministro de Comunicación y Cultura, Pedro Baéz, a quien se lo señala como un referente ideológico del urrikirchnerismo; y el ministro de Educación, José Lauritto, quien cabalga sobre la suposición de una alta imagen pública en Concepción del Uruguay y la costa este de la provincia. En el oficialismo se alistan también el diputado nacional Julio Solanas, quien recorre la provincia en el marco del desarrollo de su gestión, pero con un objetivo claro en cuanto a lo electoral. El tino que se le reconoce al exintendente de Paraná dentro de la interna oficialista, es manejarse con cautela, sobre todo en lo que refiere a la interna de Paraná, con el objetivo de no aparecer afectando la gestión de Blanca Osuna.En la grilla aparece también el diputado provincial Marcelo Bisogni, quien se hizo más conocido en Paraná al poner su rostro en la parte trasera de los colectivos del transporte urbano de pasajeros. La duda es lo que intenta conseguir el dos veces intendente de La Histórica. Muchos en el oficialismo opinan que su candidatura es una presión directa a la de Lauritto, dado que es difícil sostener dos postulantes a gobernador de una misma ciudad. La idea es que si Lauritto resigna intervenir en las candidaturas del oficialismo en Concepción del Uruguay, dejando todo para el grupo Scelzi-Bisogni, el Monito desistiría de su aspiración. El vicegobernador, José Cáceres, también integra la nómina de probables candidatos, igualmente sujeto a la norma de mostrarse y cerrar acuerdos, pero no oficializar nada todavía. Cierran la lista -que no obedece a ningún criterio, ni de probabilidades ni cronológico- el intendente de Concordia, Gustavo Bordet; y el de Gualeguaychú, Juan José Bahillo. En el primer caso, las hipótesis de muchos justicialistas, señalan que Bordet puede verse favorecido por la preeminencia que siempre tuvo el justicialismo de Concordia a la hora de ganar elecciones provinciales. Algo parecido a pensar que si el mecanismo funcionó cada vez que el peronismo ganó en Entre Ríos, no habría razones para cambiarlo. Claro que un dato clave es quién se queda con la candidatura oficialista a intendente de Concordia, para la que se nombra desde hace rato al senador por el Departamento, Enrique Cresto, y a Mauro Urribarri. Bahillo, por su parte, dejó trascender que ejecuta una estrategia destinada a provincializar su imagen, de modo de no quedar fuera de la lista de potenciales candidatos.

*Periodista