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Se retiró Matilde Aranda, la cocinera de la Escuela Nº109 que durante 32 años llegó a caballo para preparar el desayuno y el almuerzo de generaciones de alumnos. Su compromiso diario en Lucas Norte dejó una huella imborrable en la comunidad educativa.

Matilde Adelina Aranda cerró una etapa que marcó la historia de la Escuela Nº109 “Granaderos de San Martín”, ubicada en Lucas Norte, departamento Villaguay. El viernes 14 de noviembre fue su último día como cocinera del establecimiento, donde trabajó durante más de 32 años. Su entrega y constancia hicieron de su despedida un momento cargado de emoción para toda la comunidad educativa.
Treinta y dos años a caballo, cada día
El director del establecimiento recordó que “más de 32 años cumpliendo su trabajo de cocinera en este establecimiento educativo, ubicado en Lucas Norte” definieron la vida laboral de Matilde. Su historia se volvió ejemplar no solo por la continuidad del servicio, sino por la manera en que lo sostenía.
“Su único medio de transporte fue y es el caballo”, explicó el directivo. Como en tantas zonas rurales, los caminos no siempre fueron sencillos, pero Matilde hizo del trayecto una parte más de su rutina diaria, lloviera, tronara o el sol golpeara fuerte. Así llegó, durante más de tres décadas, para preparar el desayuno y el almuerzo que generaciones de gurises disfrutaron.
Cada plato que elaboraba llevaba el esfuerzo silencioso de ese recorrido, la dedicación de quien sabe que, en las escuelas rurales, el comedor es también un espacio de contención y de oportunidades.
Una compañera para alumnos y docentes
Su presencia marcó a docentes, alumnos y familias. “Fue compañera de los alumnos y docentes, faltaba solo por fuerza mayor”, recordó el director. La escuela la vio llegar con la primera luz del día, la vio acompañar recreos, cuidar con discreción y ofrecer un gesto amable a quien lo necesitara.
El compromiso de Matilde se reflejó incluso en los momentos difíciles. “Hace dos años tuvo un accidente y aún toda lastimada quería cumplir con su trabajo”, relató el directivo. Esa actitud resume su identidad: una mujer que entendió su tarea como un servicio esencial y que lo sostuvo con fortaleza, aun cuando su salud ya le pedía descanso.
Un adiós que deja huella
Su despedida no pasó inadvertida. La comunidad educativa la despidió con afecto y reconocimiento. A sus años, y luego de tantas jornadas de trabajo físico y dedicación cotidiana, Matilde inicia una nueva etapa, mientras la escuela queda atravesada por su ejemplo.
“Este viernes 14 de noviembre, fue su último día en la escuela como cocinera, ella es Matilde Adelina Aranda”, cerró el director en su mensaje, sintetizando en esa simple frase el inmenso valor de su trayectoria. (Fuente: AP Noticias)
Se jubiló la cocinera que viajó durante 32 años a caballo para trabajar en comedor escolar
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Se retiró Matilde Aranda, la cocinera de la Escuela Nº109 que durante 32 años llegó a caballo para preparar el desayuno y el almuerzo de generaciones de alumnos. Su compromiso diario en Lucas Norte dejó una huella imborrable en la comunidad educativa.
Matilde Adelina Aranda cerró una etapa que marcó la historia de la Escuela Nº109 “Granaderos de San Martín”, ubicada en Lucas Norte, departamento Villaguay. El viernes 14 de noviembre fue su último día como cocinera del establecimiento, donde trabajó durante más de 32 años. Su entrega y constancia hicieron de su despedida un momento cargado de emoción para toda la comunidad educativa.
Treinta y dos años a caballo, cada día
El director del establecimiento recordó que “más de 32 años cumpliendo su trabajo de cocinera en este establecimiento educativo, ubicado en Lucas Norte” definieron la vida laboral de Matilde. Su historia se volvió ejemplar no solo por la continuidad del servicio, sino por la manera en que lo sostenía.
“Su único medio de transporte fue y es el caballo”, explicó el directivo. Como en tantas zonas rurales, los caminos no siempre fueron sencillos, pero Matilde hizo del trayecto una parte más de su rutina diaria, lloviera, tronara o el sol golpeara fuerte. Así llegó, durante más de tres décadas, para preparar el desayuno y el almuerzo que generaciones de gurises disfrutaron.
Cada plato que elaboraba llevaba el esfuerzo silencioso de ese recorrido, la dedicación de quien sabe que, en las escuelas rurales, el comedor es también un espacio de contención y de oportunidades.
Una compañera para alumnos y docentes
Su presencia marcó a docentes, alumnos y familias. “Fue compañera de los alumnos y docentes, faltaba solo por fuerza mayor”, recordó el director. La escuela la vio llegar con la primera luz del día, la vio acompañar recreos, cuidar con discreción y ofrecer un gesto amable a quien lo necesitara.
El compromiso de Matilde se reflejó incluso en los momentos difíciles. “Hace dos años tuvo un accidente y aún toda lastimada quería cumplir con su trabajo”, relató el directivo. Esa actitud resume su identidad: una mujer que entendió su tarea como un servicio esencial y que lo sostuvo con fortaleza, aun cuando su salud ya le pedía descanso.
Un adiós que deja huella
Su despedida no pasó inadvertida. La comunidad educativa la despidió con afecto y reconocimiento. A sus años, y luego de tantas jornadas de trabajo físico y dedicación cotidiana, Matilde inicia una nueva etapa, mientras la escuela queda atravesada por su ejemplo.
“Este viernes 14 de noviembre, fue su último día en la escuela como cocinera, ella es Matilde Adelina Aranda”, cerró el director en su mensaje, sintetizando en esa simple frase el inmenso valor de su trayectoria. (Fuente: AP Noticias)