Acerca de la presentación del libro “Las huellas de sus miradas” en UPCN

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Ella sostiene la hoja con fuerza suave, como si en esas palabras pudiera encontrar una respuesta o una explicación. El silencio del salón la envuelve, pero dentro de ella no hay silencio: hay recuerdos, hay voces, hay ausencias.

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Relata su historia con la voz templada pero firme. Cuenta las noches en las que, como trabajadores esenciales, salían a la calle mientras el mundo se cerraba.

Cuenta el miedo de dejar a sus hijos solos frente a una pantalla, intentando aprender, intentando no sentir la soledad. Cuenta cómo se abrazaban en la puerta antes de irse, prometiendo volver sanos, prometiendo estar fuertes.

Y ahí, al leer esa parte, su mirada se queda quieta en el papel. Ese renglón donde aparece su nombre junto al de él. Su marido. Su compañero. Su fuerza.

Hace dos años que ya no está, pero en ese instante vuelve a aparecer. Y ella lo siente. Lo siente tan cerca que duele. Duele como aquel primer día, como cada mañana en la que su lado de la cama está frío, como cada vez que sus hijos preguntan sin preguntar.

Ella respira. Traga el nudo. Sabe que está frente a todos, pero de repente es solo ella y el papel. Ella y él. Él que ya no está, él que se fue con una enfermedad que ella siempre relacionará con esos días. Con el virus que lo cambió todo, que les cambió la vida, que se llevó demasiado.

Su voz se quiebra. Su imaginación lo trae al presente, como tantas veces en silencio, o quizás como nunca tan claramente. Lo ve sonreír, lo escucha hablar, siente su mano en la suya. Una ilusión tan viva que por un segundo el mundo se detiene, y es él, otra vez, respirando a su lado.

El dolor se aferra. La angustia crece. El salón se vuelve pequeño y el silencio, gigante. Es ella mirando un papel, sosteniendo una historia que pesa más que el mundo. Es ella soñando que aún lo tiene, aunque la realidad le recuerde que solo quedan recuerdos, nombres escritos, y una vida que tuvo que seguir sin él.

Pero aun así, sigue leyendo. Porque en esa hoja, en esa memoria y en esa herida abierta, también está la fuerza. La que tuvo, la que tiene, la que necesita. Porque hablar de él no es perderlo: es traerlo, aunque duela, aunque quiebre, aunque llueva por dentro.

“Las huellas de sus miradas” recopila los relatos en primera persona de trabajadores del sector salud del Estado entrerriano que cumplieron funciones durante la pandemia de coronavirus. La obra fue presentada este jueves en un muy emotivo evento encabezado por el Secretario General, José Allende, y que contó con la presencia de los protagonistas, la esposa del doctor Carlos Bantar –en aquel entonces director del Hospital San Martín, fallecido en el año 2022–, el Ministro de Salud Daniel Blanzaco y autoridades del Gobierno provincial.

La Licenciada en Psicología del Hospital San Martín de Paraná, Fernanda Correa fue una de las personas que conto su experiencia en Pandemia al igual que el Licenciado en Enfermería del Hospital 9 de Julio de La Paz Alejandro Barolín.

Fernanda contó lo que la pandemia provocó en ella y muy emocionada, comentó que su esposo, que falleció recientemente, se enfermó en aquel tiempo y expresó: “No lo mató la pandemia, pero lo enfermó”.

La obra fue producida por la Subsecretaria de Capacitación del Sindicato, Patricia Sanabria, quien encabezó la presentación que se desarrolló este jueves en la sede gremial”. (Fuente: Teletipo Digital)

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