Leido 17 veces
*Por Octavio Halle

En Oro Verde, los números hablan claro: menos participación, voto disperso y un peronismo que todavía busca reencontrarse con los vecinos. Detrás del mito de la unidad, se esconden viejos reflejos y nuevas preguntas.
Hay algo que los números dicen aunque uno no quiera escucharlos. A veces son como ese vecino que te suelta la posta sin anestesia: “mirá, esto no cambia más”. Y eso, justamente, pasa si se comparan las elecciones legislativas nacionales de 2025 con las generales de 2023 en Oro Verde.
Repasando números
La participación bajó del 83% en 2023 al 73% este año. Diez puntos menos. Muchas personas no se sintieron motivadas para ir a ejercer su voto. En un pueblo como el nuestro, eso se siente. Menos autos en el camino al polideportivo, menos charla en la fila, menos ruido de boletas dobladas.
Pero donde el dato se pone interesante es en el análisis de las derechas locales. En 2025, la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA) cosechó unos 2700 votos. En 2023, sumando los mismos espacios, habían alcanzado 2750. Es decir: ni fu ni fa. Con toda la máquina mediática, la ola Milei y las promesas de cambio, en Oro Verde el resultado fue brutal: no sumaron nada, ni perdieron nada.
Se quedaron con la misma porción de torta, quizás hasta un poco más chica. Esto desarma esa idea simplona de que la unidad de la derecha local es un cheque al portador. Los votos no se suman por decreto ni por «pacto de caballeros».
En el peronismo, la cosa no fue un festejo, pero tampoco un derrumbe. Su desempeño, en cambio, se movió dentro del margen, demostrando cierta fidelidad que suele aparecer oculta: 1240 votos para diputados y 1464 para senadores. En 2023 había logrado 1442 en diputados. Si se comparan manzanas con manzanas, son unos 200 votos menos. Pero si se mira el cuadro completo —senadores incluidos— el caudal se mantiene. Claro que el nuevo sistema de votación jugó su parte: hubo boletas incompletas, gente que marcó solo una categoría y otras confusiones que dejaron su huella en el conteo final. Al final no «son todos gorilas” como suelen soltar livianamente algunos.
Odiosas comparaciones
Aquí es donde el mapa municipal se vuelve más interesante que el nacional. En las elecciones de 2023, donde sí hubo elección local (Intendente y Concejales), el peronismo obtuvo unos 576 votos para Intendente y 579 para Concejales. Si restamos esos 579 de los aproximadamente 1400 votos, 1464 para ser exactos, que obtuvo la fuerza provincial en la categoría nacional de 2025, nos queda un resto de unos 821 votos que el PJ de Oro Verde no captura en las municipales.
Pero hay que ir más fino. La lista de la Unión Vecinal, no participa de las elecciones legislativas aunque siempre es un factor clave en las urnas locales. De esos 821 votos, un análisis razonable nos dice que entre 300 y 400 votos van a la Unión Vecinal en las elecciones municipales. Otro puñado (200-300) se va al voto en blanco y el resto se expresa para la municipal pero no ahora y va al ausentismo, que, como vimos, aumentó un 10%. Esto nos muestra algo estructural: el peronismo de Oro Verde tiene un caudal que se desdibuja al bajar a lo municipal. O, dicho de otra forma, la Unión Vecinal capitaliza un electorado descontento que vota peronismo provincial/nacional, pero no le tiene fe a las propuestas locales del PJ.
De unidades y colectoras
En la provincia, el peronismo acudió a las urnas con un par de listas testimoniales impulsadas por el descontento ante la designación de candidatos. Estas alternativas internas por fuera de la alianza principal buscaban «enfrentar con dureza» la lista de Karina (alias 3%) Milei, pero no impidieron su triunfo ni modificaron la cantidad de Senadores y Diputados que el PJ renovó finalmente. En ese sentido, la Lista de Fuerza Entre Ríos cumplió el objetivo de aportar a ambas Cámaras de la manera que lo venía haciendo: fue «puesto por puesto», como se dice en el fútbol.
Pero el espejo local fue cruel. La lista que se vendió como la «gran novedad» o el «verdadero peronismo descontento», la lista Ahora 503, impulsada por agrupaciones de larga trayectoria en la ciudad, apenas sacó 153 votos, poco más que la décima parte de lo que sacó la lista peronista de Bahl y Michel y solo dos votos más que la Nueva Izquierda, de la que no se conoce un solo referente local. En la categoría Diputados, esa supuesta «novedad» quedó en quinto lugar, ¡detrás del Partido Socialista!
El pueblo, con su voto (o con su abstención), le dio un golpe de realidad a quienes se llenan la boca hablando de «sectores» y «unidad» para derrotar a la gestión municipal. El ingenio popular no perdona: la única unidad posible del peronismo es con el vecino, no con quienes se inflan el pecho del kilómetro 5 y medio para afuera.
Desafíos para 2027
El peronismo de Oro Verde, con su nueva conducción, tiene un trabajo que es mucho más que mover cemento y apilar ladrillos o pegar carteles: tiene que ir a buscar esos votos que hoy se dispersan.
La tarea es construir una representación de las nuevas demandas de la población, dejando atrás ese peronismo localista adormecido y complaciente con las gestiones municipales de turno. Tienen que superar el reflejo de las discusiones nimias y, sobre todo, desenmascarar a esos pequeños grupos que, en nombre de un supuesto descontento, solo dividen y capitalizan espacios para beneficio propio y aún hoy intentan neutralizar cualquier intento organizativo real.
Oro Verde cambió. Creció, se expandió, se mezcló. Ya no alcanza con repetir viejas fórmulas ni con nombrar apellidos conocidos. Hay que hablar de trabajo, de alquileres imposibles, de transporte, de qué ciudad queremos ser dentro de diez años. Si el peronismo logra reconectarse con eso —con la vida real de cada vecino— tiene futuro. Si no, seguirá discutiendo entre cuatro paredes mientras los votos se escapan por la puerta de atrás.
Porque los números, al final, no mienten. Pero tampoco te salvan. Lo que importa es lo que uno hace con ellos.
* Periodista, ciclista amateur, observador desde las orillas. Fundador y Director de Emisora Regional 97.3. En este espacio escribo con libertad y humor, sin compromisos de cobertura ni solemnidad.
Elecciones 2025: El mito de la unidad peronista y la realidad del voto en Oro Verde
Leido 17 veces
*Por Octavio Halle
En Oro Verde, los números hablan claro: menos participación, voto disperso y un peronismo que todavía busca reencontrarse con los vecinos. Detrás del mito de la unidad, se esconden viejos reflejos y nuevas preguntas.
Hay algo que los números dicen aunque uno no quiera escucharlos. A veces son como ese vecino que te suelta la posta sin anestesia: “mirá, esto no cambia más”. Y eso, justamente, pasa si se comparan las elecciones legislativas nacionales de 2025 con las generales de 2023 en Oro Verde.
Repasando números
La participación bajó del 83% en 2023 al 73% este año. Diez puntos menos. Muchas personas no se sintieron motivadas para ir a ejercer su voto. En un pueblo como el nuestro, eso se siente. Menos autos en el camino al polideportivo, menos charla en la fila, menos ruido de boletas dobladas.
Pero donde el dato se pone interesante es en el análisis de las derechas locales. En 2025, la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA) cosechó unos 2700 votos. En 2023, sumando los mismos espacios, habían alcanzado 2750. Es decir: ni fu ni fa. Con toda la máquina mediática, la ola Milei y las promesas de cambio, en Oro Verde el resultado fue brutal: no sumaron nada, ni perdieron nada.
Se quedaron con la misma porción de torta, quizás hasta un poco más chica. Esto desarma esa idea simplona de que la unidad de la derecha local es un cheque al portador. Los votos no se suman por decreto ni por «pacto de caballeros».
En el peronismo, la cosa no fue un festejo, pero tampoco un derrumbe. Su desempeño, en cambio, se movió dentro del margen, demostrando cierta fidelidad que suele aparecer oculta: 1240 votos para diputados y 1464 para senadores. En 2023 había logrado 1442 en diputados. Si se comparan manzanas con manzanas, son unos 200 votos menos. Pero si se mira el cuadro completo —senadores incluidos— el caudal se mantiene. Claro que el nuevo sistema de votación jugó su parte: hubo boletas incompletas, gente que marcó solo una categoría y otras confusiones que dejaron su huella en el conteo final. Al final no «son todos gorilas” como suelen soltar livianamente algunos.
Odiosas comparaciones
Aquí es donde el mapa municipal se vuelve más interesante que el nacional. En las elecciones de 2023, donde sí hubo elección local (Intendente y Concejales), el peronismo obtuvo unos 576 votos para Intendente y 579 para Concejales. Si restamos esos 579 de los aproximadamente 1400 votos, 1464 para ser exactos, que obtuvo la fuerza provincial en la categoría nacional de 2025, nos queda un resto de unos 821 votos que el PJ de Oro Verde no captura en las municipales.
Pero hay que ir más fino. La lista de la Unión Vecinal, no participa de las elecciones legislativas aunque siempre es un factor clave en las urnas locales. De esos 821 votos, un análisis razonable nos dice que entre 300 y 400 votos van a la Unión Vecinal en las elecciones municipales. Otro puñado (200-300) se va al voto en blanco y el resto se expresa para la municipal pero no ahora y va al ausentismo, que, como vimos, aumentó un 10%. Esto nos muestra algo estructural: el peronismo de Oro Verde tiene un caudal que se desdibuja al bajar a lo municipal. O, dicho de otra forma, la Unión Vecinal capitaliza un electorado descontento que vota peronismo provincial/nacional, pero no le tiene fe a las propuestas locales del PJ.
De unidades y colectoras
En la provincia, el peronismo acudió a las urnas con un par de listas testimoniales impulsadas por el descontento ante la designación de candidatos. Estas alternativas internas por fuera de la alianza principal buscaban «enfrentar con dureza» la lista de Karina (alias 3%) Milei, pero no impidieron su triunfo ni modificaron la cantidad de Senadores y Diputados que el PJ renovó finalmente. En ese sentido, la Lista de Fuerza Entre Ríos cumplió el objetivo de aportar a ambas Cámaras de la manera que lo venía haciendo: fue «puesto por puesto», como se dice en el fútbol.
Pero el espejo local fue cruel. La lista que se vendió como la «gran novedad» o el «verdadero peronismo descontento», la lista Ahora 503, impulsada por agrupaciones de larga trayectoria en la ciudad, apenas sacó 153 votos, poco más que la décima parte de lo que sacó la lista peronista de Bahl y Michel y solo dos votos más que la Nueva Izquierda, de la que no se conoce un solo referente local. En la categoría Diputados, esa supuesta «novedad» quedó en quinto lugar, ¡detrás del Partido Socialista!
El pueblo, con su voto (o con su abstención), le dio un golpe de realidad a quienes se llenan la boca hablando de «sectores» y «unidad» para derrotar a la gestión municipal. El ingenio popular no perdona: la única unidad posible del peronismo es con el vecino, no con quienes se inflan el pecho del kilómetro 5 y medio para afuera.
Desafíos para 2027
El peronismo de Oro Verde, con su nueva conducción, tiene un trabajo que es mucho más que mover cemento y apilar ladrillos o pegar carteles: tiene que ir a buscar esos votos que hoy se dispersan.
La tarea es construir una representación de las nuevas demandas de la población, dejando atrás ese peronismo localista adormecido y complaciente con las gestiones municipales de turno. Tienen que superar el reflejo de las discusiones nimias y, sobre todo, desenmascarar a esos pequeños grupos que, en nombre de un supuesto descontento, solo dividen y capitalizan espacios para beneficio propio y aún hoy intentan neutralizar cualquier intento organizativo real.
Oro Verde cambió. Creció, se expandió, se mezcló. Ya no alcanza con repetir viejas fórmulas ni con nombrar apellidos conocidos. Hay que hablar de trabajo, de alquileres imposibles, de transporte, de qué ciudad queremos ser dentro de diez años. Si el peronismo logra reconectarse con eso —con la vida real de cada vecino— tiene futuro. Si no, seguirá discutiendo entre cuatro paredes mientras los votos se escapan por la puerta de atrás.
Porque los números, al final, no mienten. Pero tampoco te salvan. Lo que importa es lo que uno hace con ellos.
* Periodista, ciclista amateur, observador desde las orillas. Fundador y Director de Emisora Regional 97.3. En este espacio escribo con libertad y humor, sin compromisos de cobertura ni solemnidad.