Documento de UCR Activa: “Ficha limpia, la hipocresía de la lucha contra la corrupción”

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“La discusión en torno a la ley de “Ficha Limpia” ha puesto en evidencia la hipocresía de ciertos sectores políticos que, bajo la fachada de lucha contra la corrupción, no buscan una verdadera purificación del sistema, sino más bien la manipulación política de un tema sensible para consolidar sus propios intereses”, sostuvo el espacio radical en un documento.

ucr activa

El texto sobre este proyecto de ley rechazado en el Senado es el siguiente:

Esta maniobra de transparencia selectiva ha tenido como principales actores a figuras como Mauricio Macri, Silvia Lospenato, Cristian Ritondo, Javier Milei y la propia Cristina Kirchner, cuyas posturas, aunque en ocasiones contrapuestas, convergen en un punto clave: el beneficio político del antagonismo.

El cinismo de los promotores: Ritondo y la trampa del PRO

Cristian Ritondo, como líder del bloque del PRO en Diputados, fue uno de los principales impulsores de la ley de “Ficha Limpia”, una propuesta que se pretendía vender como un avance en la lucha contra la corrupción. Sin embargo, su historial de vínculos con personajes y situaciones controvertidas, incluyendo denuncias por defensa de funcionarios judiciales vinculados al narcotráfico, lo convierte en un ejemplo claro de cinismo político. Ritondo, deja al descubierto una doble moral: presentar una ley que supuestamente atacaría a la corrupción, mientras se protege  a aquellos sectores y personajes que comparten los mismos intereses.

Cristina Kirchner y el pacto con Milei: la conveniencia del antagonismo.

Por otro lado, Cristina Kirchner, inicialmente perjudicada por la propuesta de “Ficha Limpia”, encontraba una posible salida judicial a través de la sanción de la ley. Sin embargo, su maniobra fue más compleja. Al igual que Javier Milei, la ex presidenta se ha beneficiado del antagonismo polarizado entre kirchnerismo y antikirchnerismo. Ambos sectores, en su lucha por la supremacía, han logrado consolidar su base electoral y mantener sus posiciones en la arena política. Esta polarización no sólo favorece a Cristina Kirchner y a Javier Milei, sino que también ha sido aprovechada por Mauricio Macri, quien ha sabido beneficiarse electoralmente de este antagonismo. Durante su gestión habilitó mecanismos institucionales de endeudamiento, espionaje ilegal y manipulación judicial, y dejó el poder con múltiples causas judiciales abiertas, lo que vuelve insostenible su uso de la bandera anticorrupción, especialmente al no haber rendido cuentas por sus actos.

Tanto él como las figuras del PRO han utilizado este enfrentamiento como herramienta para mantenerse vigentes y resguardar sus propios intereses, muchas veces bloqueando la aparición de nuevas ideas que podrían renovar la política nacional.

La verdadera lucha contra la corrupción: un debate necesario

Este antagonismo forzado ha llevado a que los problemas estructurales del país, como la corrupción, se reduzcan a un juego de intereses personales y partidos, más que a una verdadera lucha por el bienestar común.

La falta de una verdadera propuesta transformadora, en la que se prioricen los intereses nacionales por encima de los personales, deja a la Argentina atrapada en una dinámica de cinismo político, donde las leyes como “Ficha Limpia” solo sirven para mantener la polarización en lugar de erradicar la corrupción de raíz. Tal el caso de la protección a figuras como Karina Milei, pese a señalamientos graves.

En este escenario, la lucha contra la corrupción se ha convertido en un instrumento de manipulación política, donde no solo se trata de quién tiene la razón, sino de quién puede usar mejor el discurso para seguir perpetuando un sistema de poder que beneficia a unos pocos.

La sociedad argentina merece una verdadera reforma del sistema, no más juegos de intereses disfrazados de principios éticos.

Por una lucha coherente, sin disfraces ni claudicaciones

La Unión Cívica Radical nació para combatir la corrupción, no para usarla como herramienta facciosa. En 1892, nuestra Carta Orgánica fundacional hablaba de moral administrativa, cumplimiento honrado de la ley y soberanía popular.

Desde UCRAER reafirmamos esos principios:

No queremos fichas que limpien discursos sucios, ni pactos que blinden a los poderosos.

Queremos instituciones fuertes, una justicia independiente y una política que se mire al espejo sin vergüenza. Solo así podremos volver a honrar la palabra democracia. (Fuente: Debate Abierto)

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