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* Por Cristina Cremer de Busti

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, me encuentro reflexionando sobre la figura que más quiero en la historia argentina, cuya huella permanece imborrable en nuestra sociedad: Eva Perón. A más de 70 años de su partida, Evita sigue siendo un símbolo de lucha y justicia, no solo para las mujeres, sino para todos aquellos que creemos en la igualdad y la dignidad. Ella, con su incansable trabajo, logró trascender las barreras de su tiempo, dejando una marca profunda en la política, la cultura y, sobre todo, en la vida de millones de mujeres argentinas.
Eva entendió como pocas la necesidad de visibilizar y poner en el centro de la escena a las mujeres que históricamente fueron relegadas. No solo impulsó la obtención del voto femenino, sino que también luchó por mejorar las condiciones laborales, de salud y educativas para las mujeres de todos los rincones del país. Su visión transformadora fue un faro en un momento histórico donde las mujeres aún no tenían voz ni voto en las decisiones que afectaban su futuro. El sufragio femenino, logrado en 1947 y consagrado en 1951, fue una conquista monumental gracias a la perseverancia de Evita, una mujer que sabía que la inclusión política era la llave para que las mujeres pudieran decidir sobre sus vidas y su destino.
En este sentido, también quiero destacar el compromiso de Jorge Busti con el legado de Eva Perón. En 1987, cuando él era candidato a gobernador, recuerdo que tomó una iniciativa planteada por mujeres nucleadas en el Sindicato de Amas de Casa: en actos públicos, ante miles de ellas, que en muchos casos por primera vez salían de sus hogares para movilizarse por un derecho que sentían les correspondía, se comprometió a trabajar para promulgar la ley de jubilación para las amas de casa entrerrianas. Rescatando el planteo histórico de Eva, quien siempre sostuvo que las mujeres que se dedicaban a las tareas del hogar merecían un reconocimiento social y económico, Busti hizo realidad esa reivindicación. Así, en nuestra provincia, casi veinte años antes, impulsamos el primer antecedente de lo que más tarde Néstor Kirchner incluiría a nivel nacional con la jubilación para amas de casa en 2005. Jorge siempre se sintió profundamente orgulloso de haber sido el impulsor de esa política pública. Hasta los últimos días de su vida, se encontraba en distintos rincones de la provincia con alguna beneficiaria que, agradecida, le recordaba la importancia de ese derecho para un sector que había estado históricamente invisibilizado.
El resultado de este compromiso fue la Ley 8017, presentada el 8 de marzo de 1988 y sancionada el 31 de agosto del mismo año, fechas que han quedado grabadas a fuego en la memoria colectiva. Esta ley permitió que las amas de casa entrerrianas, que no podían desarrollar actividades en otros ámbitos y por lo tanto carecían de aportes previsionales, pudieran acceder al sistema con el pago de una cuota mínima. Este beneficio, que llegó a más de 25.000 mujeres en nuestra provincia, fue absolutamente innovador en su época, y garantizó a muchas amas de casa una pensión digna, rompiendo con la dependencia total de los ingresos de sus maridos.
Un valioso aporte para comprender todo este proceso es el libro “Mujeres en marcha”, de otra protagonista de aquella gesta, Sara Liponezky de Amavet, que narra en detalle este importante hito en la historia de nuestra provincia y el país. Esta obra será presentada oficialmente el próximo 13 de marzo a las 19 horas en el Salón Mariano Moreno del HCD de Paraná, y servirá como un testimonio para que las futuras generaciones comprendan la magnitud de las luchas que han permitido conquistar los derechos que hoy tenemos.
Actualmente, en un contexto nacional complejo, donde los derechos conquistados están en riesgo, el peronismo tiene la obligación histórica de dar un paso adelante con audacia y creatividad. No basta con el diagnóstico de los retrocesos: es necesario proyectar el futuro con propuestas innovadoras y superadoras, que respondan a las nuevas realidades sin perder de vista los principios de justicia social y equidad. Evita nos enseñó que la verdadera transformación surge cuando se enfrenta al statu quo con valentía, y ese es el desafío que debemos asumir hoy. La patria demanda un peronismo que no solo defienda los derechos adquiridos, sino que también sea capaz de imaginar y construir un futuro mejor para todas y todos. Que la historia nos encuentre luchando, con el ejemplo de Evita siempre presente.
*Dirigente del Frente Entrerriano Federal, ex diputada nacional y ex Directora del Instituto Provincial de Discapacidad.
El Legado de Eva Perón: Una Lucha que sigue viva
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* Por Cristina Cremer de Busti
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, me encuentro reflexionando sobre la figura que más quiero en la historia argentina, cuya huella permanece imborrable en nuestra sociedad: Eva Perón. A más de 70 años de su partida, Evita sigue siendo un símbolo de lucha y justicia, no solo para las mujeres, sino para todos aquellos que creemos en la igualdad y la dignidad. Ella, con su incansable trabajo, logró trascender las barreras de su tiempo, dejando una marca profunda en la política, la cultura y, sobre todo, en la vida de millones de mujeres argentinas.
Eva entendió como pocas la necesidad de visibilizar y poner en el centro de la escena a las mujeres que históricamente fueron relegadas. No solo impulsó la obtención del voto femenino, sino que también luchó por mejorar las condiciones laborales, de salud y educativas para las mujeres de todos los rincones del país. Su visión transformadora fue un faro en un momento histórico donde las mujeres aún no tenían voz ni voto en las decisiones que afectaban su futuro. El sufragio femenino, logrado en 1947 y consagrado en 1951, fue una conquista monumental gracias a la perseverancia de Evita, una mujer que sabía que la inclusión política era la llave para que las mujeres pudieran decidir sobre sus vidas y su destino.
En este sentido, también quiero destacar el compromiso de Jorge Busti con el legado de Eva Perón. En 1987, cuando él era candidato a gobernador, recuerdo que tomó una iniciativa planteada por mujeres nucleadas en el Sindicato de Amas de Casa: en actos públicos, ante miles de ellas, que en muchos casos por primera vez salían de sus hogares para movilizarse por un derecho que sentían les correspondía, se comprometió a trabajar para promulgar la ley de jubilación para las amas de casa entrerrianas. Rescatando el planteo histórico de Eva, quien siempre sostuvo que las mujeres que se dedicaban a las tareas del hogar merecían un reconocimiento social y económico, Busti hizo realidad esa reivindicación. Así, en nuestra provincia, casi veinte años antes, impulsamos el primer antecedente de lo que más tarde Néstor Kirchner incluiría a nivel nacional con la jubilación para amas de casa en 2005. Jorge siempre se sintió profundamente orgulloso de haber sido el impulsor de esa política pública. Hasta los últimos días de su vida, se encontraba en distintos rincones de la provincia con alguna beneficiaria que, agradecida, le recordaba la importancia de ese derecho para un sector que había estado históricamente invisibilizado.
El resultado de este compromiso fue la Ley 8017, presentada el 8 de marzo de 1988 y sancionada el 31 de agosto del mismo año, fechas que han quedado grabadas a fuego en la memoria colectiva. Esta ley permitió que las amas de casa entrerrianas, que no podían desarrollar actividades en otros ámbitos y por lo tanto carecían de aportes previsionales, pudieran acceder al sistema con el pago de una cuota mínima. Este beneficio, que llegó a más de 25.000 mujeres en nuestra provincia, fue absolutamente innovador en su época, y garantizó a muchas amas de casa una pensión digna, rompiendo con la dependencia total de los ingresos de sus maridos.
Un valioso aporte para comprender todo este proceso es el libro “Mujeres en marcha”, de otra protagonista de aquella gesta, Sara Liponezky de Amavet, que narra en detalle este importante hito en la historia de nuestra provincia y el país. Esta obra será presentada oficialmente el próximo 13 de marzo a las 19 horas en el Salón Mariano Moreno del HCD de Paraná, y servirá como un testimonio para que las futuras generaciones comprendan la magnitud de las luchas que han permitido conquistar los derechos que hoy tenemos.
Actualmente, en un contexto nacional complejo, donde los derechos conquistados están en riesgo, el peronismo tiene la obligación histórica de dar un paso adelante con audacia y creatividad. No basta con el diagnóstico de los retrocesos: es necesario proyectar el futuro con propuestas innovadoras y superadoras, que respondan a las nuevas realidades sin perder de vista los principios de justicia social y equidad. Evita nos enseñó que la verdadera transformación surge cuando se enfrenta al statu quo con valentía, y ese es el desafío que debemos asumir hoy. La patria demanda un peronismo que no solo defienda los derechos adquiridos, sino que también sea capaz de imaginar y construir un futuro mejor para todas y todos. Que la historia nos encuentre luchando, con el ejemplo de Evita siempre presente.
*Dirigente del Frente Entrerriano Federal, ex diputada nacional y ex Directora del Instituto Provincial de Discapacidad.