Un año de Gobierno, dos modelos de país

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*Néstor Darío Loggio

LOGGIO

Cumplido un año de la gestión de Milei, podemos resumir que ha cumplido con la mitad de su palabra del compromiso electoral. Prometió bajar la inflación, y que lo haría recortando los beneficios de la casta.

La inflación efectivamente está bajando, con un ajuste fiscal de aproximadamente del 3 % del PBI, pero los beneficiados son los de siempre; y quien están pagando el ajuste entonces? Primero los jubilados y pensionados con ingresos miserables y recortes en los remedios del PAMI, luego los

trabajadores, cuyos ingresos van por debajo de la inflación, en tercer lugar las provincias, que vieron recortadas sus coparticipaciones fiscales en un país unitario y centralista e injusto desde el punto de vista impositivo ( el iva representa un 30 % del total de ingresos fiscales del país, seguridad social un 27%, ganancias un 18%, derechos de exportación e importación un 8%, por nombrar los más importantes), y en cuarto lugar, la paralización de la obra pública, no solo de no iniciar obras nuevas necesarias, sino la criminalidad de no terminar las empezadas en la gestión anterior, con el deterioro natural que ello conlleva y los sobrecostos que significarán volverlas a poner en marcha luego de varios años, como paso en la época de Macri. Milei se ufana de tener superávit fiscal, pero miente, porque es como si en la economía doméstica creemos que nos sobra dinero a fin de mes, pero no pagamos los servicios y la tarjeta de crédito, y tiene pisado el dólar, en algún momento eso va a explotar, ya lo vivimos con la tablita de MARTINEZ DE HOZ en los 70/80, y la convertibilidad de Cavallo en los 90.

Argentina tiene un problema histórico, la escases de dólares, que arranca con la crisis de productividad de 1952, para hacer frente a la compra de insumos de importación, sumado, desde la década del 90, a los importantes montos de gastos en turismo al exterior de los sectores medios más acomodados y la clase alta, y el ahorro en dólares y no en monedad nacional.

Al modelo de país que desarrolla Milei, le sobran 20.000.000 de argentinos. Porque una economía extractivista, sustentada en la ley RIGI (viciada de origen, porque quedo palmariamente demostrado que el voto que permitió sancionarla en el senado fue comprado al Senador Kueider), que privilegia a las grandes corporaciones de producción agropecuaria, minera y de hidrocarburos, no genera empleo para las grandes mayorías, y al derrumbarse el entramado PYME va desapareciendo un enorme sector de clase media (de producción y servicios) y de trabajo asalariado registrado.

En este momento, el RIGI tiene proyectos por aproximadamente 8.500 millones de dólares, de los cuales 6.000 pertenecen a YPF, empresa estatal, recuperada por el Gobierno de Cristina Fernández luego de la privatización menemista. La maduración del yacimiento de Vaca Muerta, más la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, realizado en el gobierno de Alberto Fernández, está permitiendo, no solo dejar de importar gas (aprox. nos ahorramos 5000 millones de dólares año) sino que empezamos a exportar a Brasil, todo con la nuestra, con la del estado.

El programa de Milei sabemos cómo termina, les propongo a los lectores hagan la experiencia de buscar en internet el discurso de José Alfredo Martínez de Hoz, del 2 de abril de 1976, y van a encontrar las mimas palabras, y lo mismos objetivos políticos y económicos, concentración de la riqueza, caída del empleo, de los salarios, disminución de la clase media y la búsqueda de una sociedad bien clasista, la de ricos y pobres, como hasta el advenimiento de Perón, como es la mayoría de los países de América Latina.

Ahora bien, este es el modelo Milei, que hasta hoy, sigue con el crédito abierto para la mitad de la población. El tema es que hacemos el otro 50% que no creemos en esa idea autoritaria, concentradora y de discurso violento.

En principio, reconocer los errores, políticos, y económicos cometidos en nuestro gobierno, y desde allí recrear el modelo nacional de crecimiento económico con inclusión social. Nuestro país sigue teniendo un enorme potencial, no solo extractivista como propone Milei, sino basado en la ciencia y la técnica, con desarrollo industrial y de servicios, que necesita de la inversión pública en educación desde el inicial hasta la universidad, lo que nos hizo distintivos en américa, y para ello tomar como experiencia, no solo el legado de Perón, sino el extraordinario crecimiento que tuvimos con Néstor Kirchner desde el 2003 (superávit gemelos, fiscal y comercial) y luego con Cristina hasta el 2012.El complejo agroexportador, la minería, y los hidrocarburos, van a permitir, en los próximos años, mantener una macroeconomía estabilizada, el secreto será si se reparten las ganancias entra las 20 corporaciones más ricas del país, o esos recursos sirven para plantear un desarrollo para 47 millones de argentinos.

En lo que podemos denominar el movimiento nacional (con eje en el peronismo) vislumbro dos grandes corrientes, la desarrollista, que privilegia la inversión, y las exportaciones, y la que plantea inversión, exportaciones, pero también mercado interno y crecimiento de los salarios. Ambas corrientes existen desde el origen de la industrialización argentina en la década del cuarenta, el secreto es ponernos de acuerdo en que nos unen más ideas e intereses que el proyecto de acumulación financiera que expresan Milei o Macri.

A veces la coyuntura política es el árbol que no nos deja ver el bosque. Las elecciones de medio término del año próximo, serán a favor o en contra de Milei, tendrán carácter distritales, y desde el peronismo y sus aliados tenemos que encontrar las formas democráticas (nunca más el dedo de nadie) de elegir los/as mejores candidatos/as para ganar y crear las condiciones de presentar un programa de gobierno para el 2027.

En Entre Ríos, todo presupone que habrá una gran alianza entre Frigerio y Milei, que se llevara puesto (lamentablemente) a los que queda del radicalismo, de manera que tenemos que pensar con el corazón caliente y la cabeza fría, no sobra nadie de este lado, construir una mayoría requiere de paciencia, confianza y democracia. El peronismo tiene dirigentes muy bien ponderados en las encuestas de opinión, veo con alegría una gran movilidad de dirigentes sub 40, que van transitando el camino del trasvasamiento generacional, las urnas, en una interna inteligente, tendrán que decir quienes nos representan.

En el mientras tanto, la tarea es la de siempre, conversar, explicar, persuadir, es decir, militar las ideas y ganar la batalla cultural. A pesar de todo, feliz año nuevo, y como nos enseñara Mario Benedetti, que el 2025 con encuentre coco a codo en la calle, que somos muchos más que dos.

*Ex diputado provincial PJ

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