Rogelio Frigerio: “Con un 50% de pobres, las formas de Javier Milei no son una prioridad”

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El mandatario provincial y referente del PRO dice que “sería una muy mala señal para los mercados que Milei no consiga aprobar el Presupuesto”.

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Pese a que luce inquieto por la ausencia de respuestas de Javier Milei a los reclamos por las deudas que mantiene la Nación con las provincias, Rogelio Frigerio evita romper puentes con la Casa Rosada. El gobernador de Entre Ríos prefiere ser prudente y diplomático a la hora de plantear sus demandas al Presidente o marcar errores de la gestión libertaria. Ratifica su respaldo a la idea de Milei de blindar el equilibrio fiscal e insiste en que el rumbo económico es el correcto, pero advierte que “las provincias sufren la mayor caída de recursos de la historia”. Por eso, pide “diálogo” para saldar las discrepancias con el Ejecutivo durante la negociación por el Presupuesto 2025.

Atento al clima social y, sobre todo, a las incógnitas que estimula la incipiente reconfiguración del sistema político, Frigerio se escabulle para no cuestionar a Milei. Por caso, a diferencia de Mauricio Macri, jefe de PRO, quien reclama a sus socios libertarios que fortalezcan la institucionalidad, el mandatario evita repudiar las “formas” del Presidente. Tampoco objeta la apuesta por el controvertido juez Ariel Lijo para ocupar una vacante en la Corte Suprema. En el plano electoral, sugiere que el PRO y los libertarios deberían confluir en las próximas legislativas para confrontar con el kirchnerismo. “Aquellos que no queremos volver atrás debemos estar juntos en 2025”, dice, en una entrevista publicada hoy en el diario La Nación.

-Usted asistió hace unos días a un almuerzo en la Casa Rosada, ¿qué resultados obtiene de las charlas con Milei?

-Esa fue una reunión a la que nos invitó el Presidente; no fue solicitada por nosotros. En consecuencia, no había una agenda de trabajo. Sin embargo, planteamos algunas cuestiones sobre las que venimos hablando desde hace rato, vinculadas con el cumplimiento de normas, leyes y la Constitución. Más allá de que fue una reunión positiva, con buena predisposición, no podría decir que tenemos una respuesta concreta a estos pedidos.

- ¿Los dialoguistas sienten que no los compensan por el apoyo que le dan a Milei en el Congreso?

-Los respaldos que he dado en leyes o iniciativas, como el Pacto de Mayo, no han sido para negociar otra cosa. Eso tuvo que ver con mis creencias o mis coincidencias con el Gobierno en algunos puntos importantes. No hay un “toma y daca” en ese apoyo. Muchas de las cosas que plantea el Gobierno había que hacerlas. Por otro lado, insisto en que mis planteos tienen que ver con el cumplimiento de leyes y pactos preexistentes. Espero también que el Gobierno finalmente adopte la misma postura que tuvimos nosotros: apoyar lo que hay que apoyar.

- ¿Va a seguir cooperando en caso de que no haya una respuesta a las demandas por las deudas con las cajas previsionales u obras? Por ejemplo, ¿va a apoyar la sanción del Presupuesto o exigirá modificaciones?

-Yo creo que los gobiernos deben tener un presupuesto. Y ese debe ser, esencialmente, el que presenta el Poder Ejecutivo. Por supuesto, uno tiene que escuchar propuestas y mejoras de todo el arco político. En los márgenes tiene que haber espacio para el diálogo y la búsqueda de consensos sobre cuestiones importantes para todas las partes. Espero que el Congreso no sea una escribanía, sino un lugar de debate y que el Gobierno pueda llevarse su presupuesto con los aportes de quienes queremos que a Milei le vaya bien.

-Hay opositores que sospechan que el Gobierno dilata el debate porque prefiere prorrogar el presupuesto actual. ¿Tiene la misma intuición?

-No creo que sea así. Todos los que gobernamos necesitamos un presupuesto. Y, además, sería una muy mala señal para los mercados no contar con la herramienta fundamental de gestión para cualquier gobierno que es el presupuesto.

-Si Milei no paga las deudas de las cajas previsionales, ¿usted podría sufrir una crisis financiera en su distrito en 2025? Se avecina un año electoral.

-No lo veo en función del año electoral. Nosotros hemos pasado un año muy difícil en todas las provincias. Algunas lo han sufrido menos porque tenían finanzas más robustas. En el caso de Entre Ríos, nos encontramos sin un peso y con deudas en dólares que tuvimos que afrontar ni bien arrancamos la gestión. También sufrimos, por lo menos hasta septiembre, una caída en la recaudación de casi 20 puntos respecto al año pasado. Hoy, las provincias están sufriendo la mayor caída de recursos de la historia por distintos motivos. El principal responsable de esta caída es la modificación del impuesto a los ingresos personales del año pasado. En segundo lugar, la baja del consumo y de la actividad que impacta en impuestos coparticipables muy importantes, como el IVA. Y, en tercer lugar, el hecho de que el gobierno nacional haya llevado prácticamente a cero las transferencias discrecionales. Esto generó un combo muy difícil para los gobiernos provinciales que están gestionando con menos recursos y con más responsabilidades como nunca antes hemos visto.

-Dice que el Gobierno delega competencias en las provincias sin girar los recursos.

-Bueno, no solo por el corrimiento del gobierno nacional de algunas de algunas funciones que antes asumía, sino porque hay creciente demanda en los comedores comunitarios, en las escuelas públicas y los hospitales públicos. Así que estamos con una situación muy difícil. Y, por supuesto, voy a pelear por los recursos que por derecho le corresponden a Entre Ríos y que no están llegando.

- ¿Le resulta difícil o incómodo plantarse frente al Gobierno por el apoyo del electorado de PRO a Milei? ¿No tiene margen para presionar por los recursos?

-Siempre creo que el camino es el diálogo político. Y arrancamos promoviendo ese diálogo. Después hicimos los reclamos por vía administrativa y en algunos casos llegamos a la Corte Suprema de Justicia. Pero yo no estoy discutiendo por recursos, sino por derechos, el cumplimiento de la ley y de las normas.

- ¿La economía se estabilizó y ya hay señales de reactivación, como sostiene Milei?

-Es indudable que hay indicios incipientes de recuperación en algunos sectores de la economía. Y, evidentemente, la inflación está empezando a ceder. Yo no tengo la bola de cristal para saber si esto va a seguir así en el futuro, pero apuesto a eso, porque la Argentina necesita crecer y consolidar esta baja de la inflación. Y vamos a hacer lo que esté a nuestro alcance para ayudar a que estos objetivos se logren.

- ¿El Gobierno comete un error al demorar el levantamiento del cepo?

-Yo creo que los políticos y los economistas necesitamos un baño de humildad. Hemos llevado a la Argentina a un lugar trágico, con un 50% de argentinos por debajo de la línea de pobreza. Yo voy a ser muy prudente a la hora de señalar errores, porque creo que gobernar la Argentina es muy difícil. Con lo cual considero que a este gobierno hay que darle tiempo. Y espero que encuentren la salida a esta situación. Pero me parece un acto de pedantería decir que debemos salir del cepo más temprano que tarde o que hay que adoptar determinadas políticas específicas.

- ¿El PRO y LLA deben compartir listas en 2025? Por lo que dice, va a seguir apoyando al Gobierno y concuerda con el rumbo que trazó Milei.

-Tengo muchos acuerdos, pero también algunas diferencias respecto de la gestión del Gobierno. Desde el punto de vista electoral considero que debemos confluir aquellos que pensamos más o menos parecido y que no queremos volver atrás. Hablo de los que creemos en la democracia, en el desarrollo del sector privado, en el equilibrio de las cuentas públicas o en vincular a la Argentina con otras democracias occidentales. Sería una picardía que no confluyamos en una misma estrategia electoral los que más o menos pensamos parecido.

- ¿Y cuáles son sus diferencias con Milei?

-Una diferencia clara es que el Gobierno está dilatando mucho el cumplimiento de compromisos vinculados con las provincias. Estoy de acuerdo en ordenar el desastre con el que convivimos los argentinos durante muchas décadas respecto a las responsabilidades de cada nivel de gobierno. Incluso ese un problema que afecta a la calidad de la democracia, porque la gente no sabe a quién demandar o exigir cuando los servicios o los bienes públicos llegan mal o en baja cantidad. Ese ordenamiento se debe hacer. (Fuente: La Nación)