La escritora entrerriana Selva Almada llama a la “resistencia” frente a Milei

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Hace cuatro años se publicó No es un río (Random House), de la escritora entrerriana Selva Almada, y ahora, gracias a su edición en inglés, ha sido finalista del International Booker Prize.

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Una novela en la que la autora volvía a introducirnos en un espacio a medio camino entre lo real y lo mitológico, en el que el folclore de la zona rural y litoral donde nació, así como las leyendas, adquirían una importancia fundamental. Además, con ella culminó una trilogía marcada por el elemento masculino, la violencia estructural y el machismo que comenzó con El viento que arrasa y continuó con Ladrilleros.

Hablamos con Selva Almada recién llegada de Londres, donde tuvo lugar el encuentro del prestigioso galardón y que ahora ha pasado por nuestro país para firmar ejemplares en la Feria del Libro.

Una traducción que transmite el elemento sensorial de la novela

La traducción de No es un río no debe haber sido fácil. La escritora, que también procede de la poesía, tiene una forma de narrar muy especial, muy sensorial y también muy musical y está repleta de palabras muy localistas. “No quise supervisar la edición, confié totalmente en Annie McDermott, que ya había traducido otras novelas mías. Eso sí, siempre tenemos mucha comunicación vía correo electrónico. Ella me manda sus consultas, hablamos bastante, pero sabía que estaba en buenas manos a la hora de transmitir lo que yo quería en el libro. De todas maneras, una traducción es en cierto modo una adaptación, al igual que ocurre con las películas al pasarlas a imágenes.

Precisamente, el año pasado se presentó en el Festival de San Sebastián la primera adaptación de una de sus novelas, El viento arrasa, dirigida por la también argentina Paula Hernández y protagonizada por Alfredo Castro y Sergi López. “Creo que Paula hizo una adaptación muy personal que a mí me gustó mucho, porque ahí está también su mirada sin perder la propia esencia y el espíritu de la novela”.

La lucha y la resistencia frente a los recortes en Argentina

Cuenta Selva Almada que el estreno de la película en Argentina coincidió con la llegada a la presidencia de Javier Milei y la desmantelación del Instituto de Cinematografía, en INCAA. “Recuerdo que nos hacían entrevistas comentando el mal momento que era para estrenar y bueno, sí, era el peor, pero también el mejor para trabajar la resistencia. Era como una declaración de intenciones: en este panorama espantoso, vamos a seguir haciendo películas, vamos a seguir escribiendo, vamos a seguir haciendo teatro. Dentro de todo este horror y de los ataques constantes a la cultura por parte del Gobierno de Milei, la única manera de resistir es seguir trabajando. No podemos recluirnos y esperar a que pase, esa no es una solución”. (Fuente: Infobae)