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Rubén Duch, es integrante de Caproler, y es un productor lechero de la zona de Curtiembre, Cerrito, Entre Ríos, es un ejemplo de pasión por la transformación y el bienestar animal. Su tambo, el «Establecimiento Las Mercedes», se destaca por su enfoque innovador y su compromiso con la calidad.
«El tambo un desafío de transformación»
Rubén comenzó su carrera como transportista internacional, llegando a tener una flota de 10 camiones. Sin embargo, su pasión por la producción lo llevó a incursionar en la lechería. «Vi el tambo como un desafío de transformación», afirma. «Poder transformar lo que producís en algo sin tener que sacarlo del campo, eso me motivó».
Confort y buenas prácticas
El tambo de Rubén se caracteriza por su énfasis en el confort animal y las buenas prácticas. «El norte está puesto en el confort», explica. «Los eventos climáticos son cada vez más severos y afectan la producción. Buscamos que las vacas estén en un ambiente agradable, con buena luminosidad, piso de goma en la sala de ordeñe, aspersores y ventiladores». En ese sentido, destaca además que es muy importante el confort de los operarios, «el equipo de trabajo tiene que cumplir sus tareas en condiciones cómodas, eso es fundamental».
Más que un productor primario
Rubén no solo produce leche, sino que también elabora dos marcas de queso en dos fábricas distintas a fasón bajo las marcas » Doña Gloria» y «Kais». «La producción en kilos es variable y depende del mercado», indica. «Las variedades que elaboramos son cremoso, barra, holanda, mozzarella y sardo». Además señaló que produce una marca de queso sin TACC, en una fábrica homologada para este tipo de producto.
Rentabilidad y desafíos
Si bien la rentabilidad actual del tambo no es mala, el productor tambero reconoce que existen desafíos como el costo del arrendamiento de la tierra, la tecnología y los caminos rurales en Entre Ríos. «Sin embargo, la lechería entrerriana tiene mucho potencial para crecer e invertir», afirma.
El tambo potencia a los pueblos
Duch destaca el impacto positivo del tambo como economía regional. «El tambo genera arraigo y derrama en los pueblos», asegura. «El camión de la leche entra todos los días, al igual que los empleados que trabajan en el campo. Es una actividad que beneficia a toda la comunidad, las estaciones de servicio, el gomero, el veterinario, el comercio, el tambo es realmente un motor en los pueblos».
Un futuro promisorio
Rubén se muestra optimista respecto al futuro de la lechería argentina. «Tenemos que ser apasionados por producir una materia prima de excelencia», sostiene. «El queso es un alimento saludable y la calidad del mismo arranca en el tambo, en la producción primaria».
En el Día Internacional del Queso, la historia de Rubén Duch nos inspira a valorar la pasión, la innovación y el compromiso con la calidad que caracterizan a los productores lecheros argentinos.(Fuente: CAPROLER)
Un tambero apasionado por la transformación y el bienestar animal: Rubén Duch y su historia de éxito en Entre Ríos
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Rubén Duch, es integrante de Caproler, y es un productor lechero de la zona de Curtiembre, Cerrito, Entre Ríos, es un ejemplo de pasión por la transformación y el bienestar animal. Su tambo, el «Establecimiento Las Mercedes», se destaca por su enfoque innovador y su compromiso con la calidad.
«El tambo un desafío de transformación»
Rubén comenzó su carrera como transportista internacional, llegando a tener una flota de 10 camiones. Sin embargo, su pasión por la producción lo llevó a incursionar en la lechería. «Vi el tambo como un desafío de transformación», afirma. «Poder transformar lo que producís en algo sin tener que sacarlo del campo, eso me motivó».
Confort y buenas prácticas
El tambo de Rubén se caracteriza por su énfasis en el confort animal y las buenas prácticas. «El norte está puesto en el confort», explica. «Los eventos climáticos son cada vez más severos y afectan la producción. Buscamos que las vacas estén en un ambiente agradable, con buena luminosidad, piso de goma en la sala de ordeñe, aspersores y ventiladores». En ese sentido, destaca además que es muy importante el confort de los operarios, «el equipo de trabajo tiene que cumplir sus tareas en condiciones cómodas, eso es fundamental».
Más que un productor primario
Rubén no solo produce leche, sino que también elabora dos marcas de queso en dos fábricas distintas a fasón bajo las marcas » Doña Gloria» y «Kais». «La producción en kilos es variable y depende del mercado», indica. «Las variedades que elaboramos son cremoso, barra, holanda, mozzarella y sardo». Además señaló que produce una marca de queso sin TACC, en una fábrica homologada para este tipo de producto.
Rentabilidad y desafíos
Si bien la rentabilidad actual del tambo no es mala, el productor tambero reconoce que existen desafíos como el costo del arrendamiento de la tierra, la tecnología y los caminos rurales en Entre Ríos. «Sin embargo, la lechería entrerriana tiene mucho potencial para crecer e invertir», afirma.
El tambo potencia a los pueblos
Duch destaca el impacto positivo del tambo como economía regional. «El tambo genera arraigo y derrama en los pueblos», asegura. «El camión de la leche entra todos los días, al igual que los empleados que trabajan en el campo. Es una actividad que beneficia a toda la comunidad, las estaciones de servicio, el gomero, el veterinario, el comercio, el tambo es realmente un motor en los pueblos».
Un futuro promisorio
Rubén se muestra optimista respecto al futuro de la lechería argentina. «Tenemos que ser apasionados por producir una materia prima de excelencia», sostiene. «El queso es un alimento saludable y la calidad del mismo arranca en el tambo, en la producción primaria».
En el Día Internacional del Queso, la historia de Rubén Duch nos inspira a valorar la pasión, la innovación y el compromiso con la calidad que caracterizan a los productores lecheros argentinos.(Fuente: CAPROLER)