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El domingo pasado hemos vivido una jornada histórica en la Provincia de Entre Ríos. El 78% de los entrerrianos se ha expresado libremente en las urnas hastiados del peor gobierno nacional de esta era democrática que, entre tantos desaciertos, aún no ha sabido resolver una inflación galopante que licúa el dinero de los trabajadores, jubilados y comerciantes; que ha sometido al 40% de los argentinos a vivir en la pobreza y que no da ninguna certeza de lo que puede ocurrir en los cuatro meses de gestión que le queda.
Fue un comicio muy dificultoso, con un sistema electoral obsoleto, con colas interminables de electores durante diez horas en las escuelas, con cuartos oscuros que daban vergüenza y causaban confusión por la multiplicidad de boletas y el tamaño de las mismas que medían más de un metro y la deficiente capacitación de muchos Presidentes de Mesas que hizo que el escrutinio terminara en horas de la madrugada y, en muchos casos, mesas enteras fueran recurridas por los fiscales de todos los partidos políticos y se enviaran a la Justicia Electoral sin escrutar. La verdad es que parecía que estábamos en el siglo XIX y no en el siglo de la cibernética, de la robótica y de la era digital, donde todo se resuelve en segundos con simples aplicaciones o, en éste caso, con boletas únicas que terminen toda posibilidad de viejas prácticas políticas, negocios con las imprentas y degradación del medio ambiente.
A pesar de todo esto, la mayoría de los entrerrianos, inteligentemente utilizaron las PASO para hacer un llamado de atención al gobierno y a toda la dirigencia política; pero también dejó mayoritariamente claro que el 48% de las voluntades apoyan un cambio en Entre Ríos, que ya no soportan un año más de gobiernos peronistas que en estos últimos veinte años no han sabido resolver ninguno de los problemas estructurales de la provincia, que han convivido y también usufructuado de los agujeros negros que representan aquellos organismos donde se han dilapidado los recursos públicos que con mucho esfuerzo y sacrificio aportan los entrerrianos.
Pero los entrerrianos siguen teniendo fe. Desde hace dos años y medio comenzaron a ver una esperanza de cambio que mayoritariamente votaron en el año 2.021 y que el domingo pasado también, juntamente con el llamado de atención a todos, la volvieron a elegir mayoritariamente.
Es ese espacio que comenzó a gestarse en aquel entonces con el radicalismo, el PRO, el GEN, y el Movimiento Social Entrerriano, pero que al poco tiempo de empezar a andar y a plantear y cristalizar un nuevo proyecto político para la provincia, comenzó a ampliarse geométricamente para pasar a ser hoy el espacio más amplio, rico y diverso del País.
Esa marcha que iniciamos hace unos años y que terminará el 10 de diciembre en la casa de Gobierno cuando Rogelio Frigerio sea el próximo gobernador de Entre Ríos, la estamos dando con el radicalismo, el Pro, Peronistas, Socialistas, Vecinalistas, el GEN, la Coalición Cívica, Recrear, la UCEDE, el MID, partidos municipales, movimientos evangelistas y de otros cultos, sectores del sindicalismo, del trabajo y de la producción, movimientos sociales y empresariales, gente de la cultura y del deporte; en definitiva la mayor representación política y social que se ha presentado en la historia política entrerriana de los últimos 40 años.
Por todo ello, el 22 de octubre, a pesar del desastre del gobierno nacional y del sistema electoral arcaico y lleno de artimañas que el peronismo se niega a modificar, los entrerrianos van a votar tranquilos y con el convencimiento que tanto Rogelio Frigerio en Entre Ríos como Patricia Bullrich en la nación producirán el cambio y las transformaciones que esperamos y necesitamos todos.(Fuente: Prensa Rettore)
El cambio que los entrerrianos esperan
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El domingo pasado hemos vivido una jornada histórica en la Provincia de Entre Ríos. El 78% de los entrerrianos se ha expresado libremente en las urnas hastiados del peor gobierno nacional de esta era democrática que, entre tantos desaciertos, aún no ha sabido resolver una inflación galopante que licúa el dinero de los trabajadores, jubilados y comerciantes; que ha sometido al 40% de los argentinos a vivir en la pobreza y que no da ninguna certeza de lo que puede ocurrir en los cuatro meses de gestión que le queda.
Fue un comicio muy dificultoso, con un sistema electoral obsoleto, con colas interminables de electores durante diez horas en las escuelas, con cuartos oscuros que daban vergüenza y causaban confusión por la multiplicidad de boletas y el tamaño de las mismas que medían más de un metro y la deficiente capacitación de muchos Presidentes de Mesas que hizo que el escrutinio terminara en horas de la madrugada y, en muchos casos, mesas enteras fueran recurridas por los fiscales de todos los partidos políticos y se enviaran a la Justicia Electoral sin escrutar. La verdad es que parecía que estábamos en el siglo XIX y no en el siglo de la cibernética, de la robótica y de la era digital, donde todo se resuelve en segundos con simples aplicaciones o, en éste caso, con boletas únicas que terminen toda posibilidad de viejas prácticas políticas, negocios con las imprentas y degradación del medio ambiente.
A pesar de todo esto, la mayoría de los entrerrianos, inteligentemente utilizaron las PASO para hacer un llamado de atención al gobierno y a toda la dirigencia política; pero también dejó mayoritariamente claro que el 48% de las voluntades apoyan un cambio en Entre Ríos, que ya no soportan un año más de gobiernos peronistas que en estos últimos veinte años no han sabido resolver ninguno de los problemas estructurales de la provincia, que han convivido y también usufructuado de los agujeros negros que representan aquellos organismos donde se han dilapidado los recursos públicos que con mucho esfuerzo y sacrificio aportan los entrerrianos.
Pero los entrerrianos siguen teniendo fe. Desde hace dos años y medio comenzaron a ver una esperanza de cambio que mayoritariamente votaron en el año 2.021 y que el domingo pasado también, juntamente con el llamado de atención a todos, la volvieron a elegir mayoritariamente.
Es ese espacio que comenzó a gestarse en aquel entonces con el radicalismo, el PRO, el GEN, y el Movimiento Social Entrerriano, pero que al poco tiempo de empezar a andar y a plantear y cristalizar un nuevo proyecto político para la provincia, comenzó a ampliarse geométricamente para pasar a ser hoy el espacio más amplio, rico y diverso del País.
Esa marcha que iniciamos hace unos años y que terminará el 10 de diciembre en la casa de Gobierno cuando Rogelio Frigerio sea el próximo gobernador de Entre Ríos, la estamos dando con el radicalismo, el Pro, Peronistas, Socialistas, Vecinalistas, el GEN, la Coalición Cívica, Recrear, la UCEDE, el MID, partidos municipales, movimientos evangelistas y de otros cultos, sectores del sindicalismo, del trabajo y de la producción, movimientos sociales y empresariales, gente de la cultura y del deporte; en definitiva la mayor representación política y social que se ha presentado en la historia política entrerriana de los últimos 40 años.
Por todo ello, el 22 de octubre, a pesar del desastre del gobierno nacional y del sistema electoral arcaico y lleno de artimañas que el peronismo se niega a modificar, los entrerrianos van a votar tranquilos y con el convencimiento que tanto Rogelio Frigerio en Entre Ríos como Patricia Bullrich en la nación producirán el cambio y las transformaciones que esperamos y necesitamos todos.(Fuente: Prensa Rettore)