Leido 35388 veces
* Por Gracia Jaroslavsky
Son varios los niños y niñas que han perdido la vida alrededor del mundo para cumplir con los “desafíos” que esta red social los invita a “superar”.
TikTok ha logrado una popularidad extraordinaria. Muchos usuarios -millones- participan en videos sobre desafíos o retos, un enganche seductor que atrapa a niños, adolescentes y adultos.
Pero si hay etapas vulnerables en la vida esas son la niñez y la adolescencia. Un período largo de desafíos, frustraciones, competencias, emociones nuevas, necesidad de pertenecer, de ser visto, de rebeldía, de reto a la autoridad. Un período donde el aprendizaje de los límites es arduo.
Los padres de esas franjas etarias enfrentan hoy una situación nueva provocada por la invasión de la tecnología, los teléfonos celulares y las computadoras. La vida queda reducida al tiempo real y allí no hay valores, no hay cuidados, solo desafíos por cumplir para ser, de lo contrario la frustración de la expulsión es aterradora.
El tiempo real hace que solo importe el tiempo pequeño de una imagen, un video, unos pocos caracteres escritos casi mayoritariamente en formato “emoji”.
Allí viven muchos niños tempranamente y me atrevería a decir que el 99% de los adolescentes. Un peligro nuevo y enorme al que no sabemos cómo enfrentar.
Tan peligroso es, que a los 12 años mueren por cumplir un reto en vivo. La noticia del fallecimiento de la niña santafesina se suma a varios en el mundo que murieron en línea.
El objetivo no es el suicidio, el objetivo es correr el límite al extremo y ser reconocido por ello, una deformación horrorosa de todo lo que implica el crecimiento.
Es tiempo de preguntarnos cuáles son los límites que el mundo adulto debe poner al mundo virtual y la relación de éste con los niños y los adolescentes.
Todo en la vida debe tener bordes, márgenes, límites. De eso se trata el aprendizaje para una vida en libertad.
No sé el cómo, no sé el cuánto. Sólo sé que es tiempo de pensar si los accesos indiscriminados a mundos sin redes de contención, sin valores morales, donde el reto es el valor y no la virtud y la vida, donde el tiempo real es la adrenalina, todo ese mundo nuevo que arrastra, que empuja fuerte y rápido, es el mejor para crear adultos sanos .
Como sociedad y como Estado debemos entender y asumir -sin cortapisas- nuestra obligación de garantizar el mejor futuro posible para estas generaciones que están siendo estimuladas, cuando no acosadas, por desafíos desconocidos que parecen no ser los mejores para la vida.
*Diputada provincial UCR
Los retos de TikTok
Leido 35388 veces
* Por Gracia Jaroslavsky
Son varios los niños y niñas que han perdido la vida alrededor del mundo para cumplir con los “desafíos” que esta red social los invita a “superar”.
TikTok ha logrado una popularidad extraordinaria. Muchos usuarios -millones- participan en videos sobre desafíos o retos, un enganche seductor que atrapa a niños, adolescentes y adultos.
Pero si hay etapas vulnerables en la vida esas son la niñez y la adolescencia. Un período largo de desafíos, frustraciones, competencias, emociones nuevas, necesidad de pertenecer, de ser visto, de rebeldía, de reto a la autoridad. Un período donde el aprendizaje de los límites es arduo.
Los padres de esas franjas etarias enfrentan hoy una situación nueva provocada por la invasión de la tecnología, los teléfonos celulares y las computadoras. La vida queda reducida al tiempo real y allí no hay valores, no hay cuidados, solo desafíos por cumplir para ser, de lo contrario la frustración de la expulsión es aterradora.
El tiempo real hace que solo importe el tiempo pequeño de una imagen, un video, unos pocos caracteres escritos casi mayoritariamente en formato “emoji”.
Allí viven muchos niños tempranamente y me atrevería a decir que el 99% de los adolescentes. Un peligro nuevo y enorme al que no sabemos cómo enfrentar.
Tan peligroso es, que a los 12 años mueren por cumplir un reto en vivo. La noticia del fallecimiento de la niña santafesina se suma a varios en el mundo que murieron en línea.
El objetivo no es el suicidio, el objetivo es correr el límite al extremo y ser reconocido por ello, una deformación horrorosa de todo lo que implica el crecimiento.
Es tiempo de preguntarnos cuáles son los límites que el mundo adulto debe poner al mundo virtual y la relación de éste con los niños y los adolescentes.
Todo en la vida debe tener bordes, márgenes, límites. De eso se trata el aprendizaje para una vida en libertad.
No sé el cómo, no sé el cuánto. Sólo sé que es tiempo de pensar si los accesos indiscriminados a mundos sin redes de contención, sin valores morales, donde el reto es el valor y no la virtud y la vida, donde el tiempo real es la adrenalina, todo ese mundo nuevo que arrastra, que empuja fuerte y rápido, es el mejor para crear adultos sanos .
Como sociedad y como Estado debemos entender y asumir -sin cortapisas- nuestra obligación de garantizar el mejor futuro posible para estas generaciones que están siendo estimuladas, cuando no acosadas, por desafíos desconocidos que parecen no ser los mejores para la vida.
*Diputada provincial UCR