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*Por Rubén Pagliotto
Me imagino que todos los medios de la Provincia, estarán tapados con comunicados de las distintas líneas o agrupamientos de la UCR. Seguramente la “Agrupación Illia” de Atilio Benedetti ha sido el primer grupo en sacar un comunicado con el recordatorio del más injusto e incalificable golpe de Estado. Me imagino que el Comité Provincial habrá distribuido en todos los medios un pequeño homenaje al enorme ex Presidente y extraordinario ser humano que fue Arturo Illia. Descuento que todas las líneas y expresiones internas se habrán tomado 15 minutos para plumear algunas líneas de homenaje al gran Repúblico, militante, dirigente y servidor público, que enarboló siempre, en todo momento y lugar, los pétreos principios fundacionales de la UCR y su ética de convicciones y responsabilidad.
No quiero imaginar que a alguien se le haya pasado o que fueron incapaces de hacer un alto en sus labores y “abnegada militancia política” para recordar oportuna y públicamente a aquel hombre de mirada profunda y hablar pausado pero firme, que demostró cabalmente que se puede actuar en la vida como se piensa y hacer de los principios basales de un partido y sus valores consecuentes, una profesión de fe y un compromiso permanente, sin defecciones ni miserabilidades propias de los canallas y apóstatas de la política.
Espero que los jóvenes del histórico partido, con pasión y orgullo militante, salgan a la palestra a decir lo suyo, sobre todo a criticar duramente a las plumas destacadas de los medios hegemónicos de aquella época, que esparcieron urbi et orbi mentiras enormes sobre el Presidente Illia y su gobierno y que trabajaron expresa o tácitamente en función de fuerzas armadas sediciosas y dirigentes políticos traidores y golpistas, resentidos e incapaces de vencerlo en las urnas a través del voto popular. Ojalá los dirigentes de ahora fueran un 20% de lo que fue aquel médico cordobés de excelso nivel científico y valores humanos muy poco comunes en estos tiempos, donde un capitalismo bestial e inhumano y un mercado que se erige en Dios de todos los mortales, nos exhiben como los rostros vergonzantes de un mundo que mide sus valores en cifras.
Ojalá mi temor sea sólo y nada más que eso. Ojalá que mi desconfianza no tenga asidero. Ojalá a esta altura de los tiempos, se tenga bien en claro que el Ex Presidente, Dr. Arturo Umberto Illia es un modelo ético y político a imitar por nosotros y postrer generaciones.
*Abogado.
“Arturo Umberto Illia, el santo de la democracia”
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