He visto en estas últimas semanas como se ha utilizado el tratamiento de la reforma del método que tenemos para ejercer el voto y considero oportuno realizar algunas apreciaciones. Lo principal, en mi opinión, es que la oposición está utilizando este tema con el objetivo de entorpecer la acción de gobierno, entiendo que están queriendo demostrar que existe en la cámara de diputados de la nación una mayoría capaz de poner en jaque la gestión. Haciendo el mandado, como siempre, a quienes realmente detentan el poder en nuestro país. Sin dudas que debe haber compañeras y compañeros que sinceramente crean que la boleta única de papel es buena (yo pienso distinto, claro) y que no entren en la estrategia tramposa de la gran mayoría del arco opositor, conducidos por el macrismo. La boleta única de papel, modo Córdoba, tiene el consenso, tal vez mayoritario, que le dan los grandes medios, y consecuentemente algunas encuestas, entonces lo pintan como una forma de votar alejada de los partidos políticos, agrupaciones, organizaciones, etc. Todo esto agitando el malestar de nuestra población, en momentos de dificultad económica, respecto de la política en general y de los partidos políticos en particular. Quien asume un rol como dirigente tiene que tener la valentía de pensar hacia adelante, y no dejarse llevar con la campaña anti política que venimos presenciando en el último tiempo, con un acento marcado en descalificar a la militancia, o “punteros” de la “clase política”, como les gusta adjetivar. Los y las políticos/as de “la clase”, no deben ir detrás de las encuestas o modas. Y sobre que hay que tirar por la borda a la militancia, esto no es cierto, ya que la militancia realizará su tarea ya sea con la boleta única de papel o con el infalible método que tenemos en vigencia. De aprobarse la boleta única, cosa que considero inadecuada, se militará con impresiones de cómo cada frente electoral solicite apoyos, con videos en las redes sociales, con propaganda, en el mano a mano, etc, etc., en el terreno de la creatividad militante no hay fronteras. Quienes llevan adelante estas campañas es probable que entiendan que la propaganda realizada genere un efecto cascada para que todas las provincias adopten la misma forma de votar. En el orden de las categorías para cargos nacionales: Presidente o Presidenta y Vice, Diputados y Diputadas nacionales, Senadoras y Senadores nacionales, parlamentarios y parlamentarias del Mercosur, realmente no movería demasiado el amperímetro, digo por el diseño de la boleta (parece más pensado para Buenos Aires, cómo siempre), ya que hasta el quinto lugar va con fotos y nombres, después se oculta, pero no es un problema que tendríamos en una provincia como la nuestra (o como la mayoría) por la cantidad de bancas que se renuevan. No obstante, “que se oculte” ya es polémico, más para quienes declaman “mayor transparencia”.
Otro análisis también puede ser que estén pensando que, al tener dos formas de votar, y para evitar confusiones, las provincias se vean obligadas a desdoblar efectivamente las elecciones provinciales de las nacionales, y en un momento en que todo indica que se va reconstruyendo la actividad en nuestro país, que el tiempo es determinante, los desdoblamientos generen un grado de incertidumbre sobre el futuro electoral ya que la buena imagen de los peronismos al frente de gobiernos provinciales o municipales -la mayoría en Argentina- no pueda aportar en el mismo acto electoral a una formula nacional. Igualmente, los opositores de turno, que apoyen esta metodología de elección con boleta única, pueden llegar a estar siendo funcionales a un proyecto solamente de fórmula presidencial, y relegar aspiraciones territoriales de cargos legislativos o gobernanzas locales. Ahora bien, ¿se puede pensar sólo en el pago chico?, y si, puede haber compañeras o compañeros que de manera legítima piensen en proyectos más focalizados. Da para el debate interno de cada fuerza, porque, en nuestro caso, si los peronistas nos sentimos realizados en tanto somos integrantes de un proyecto nacional que defina los grandes trazos de la política macro del país, bajo esa concepción, como que no hay lugar a confusiones. Igual, y también para un debate más amplio es nuestra capacidad de adaptación cuando quien gobierna los destinos nacionales piensa y hace todo lo contrario a nuestras banderas históricas. El solo hecho de pensar en el menjunje que puede resultar para los votantes llegar a un establecimiento de votación y encontrarse con un cuarto oscuro tradicional con las boletas tradicionales, pero a su vez también, antes del ingreso, recibir una boleta única por parte de las autoridades de mesa para tildar en cargos nacionales, bueno, no entender esa complejidad puede ser porque no se han puesto, quienes votaron en el congreso nacional, en la situación que tendrá quien va a votar en ese contexto. Otra mentira instalada es que se podrá “prescindir de los y las fiscales de mesa”. Basta con mirar los tutoriales difundidos por los medios de comunicación en la provincia de Córdoba, en las últimas elecciones, para entender lo tan necesario que es la presencia de fiscales de mesa para corroborar qué tildes van en cada categoría, o si se vota a toda la propuesta de un partido o frente, o si se anula el voto, deliberadamente, o por confusión, etc. A quienes decían “basta de boleta sábana”, o “la gente no sabe a quienes votan y te meten el perro, bla”, acá tienen un lindo modelito que más que boleta sábana, es boleta casi oculta, porque las y los primeros tienen foto y nombre, pero en el resto, nada. Imagínense qué dirán luego quienes van en los primeros lugares; digo ya pasadas las elecciones y cuando hay que gobernar, si a sus entendimientos “la gente me votó a mí”, y, “como persona, no como integrante de una organización, partido o agrupación”. Hay otros argumentos que se han escuchado en contra del sistema vigente, como el “voto cadena” y esta es una modalidad que se pueda haber utilizado quizás en alguna interna de algún partido, con el método de internas estrictamente partidarias, pero esta trampa electoral solo sería posible al contar con la complicidad de todas las autoridades de mesa, ya que estaríamos hablando de un sobre firmado en conjunto. Esta trampa, en el caso de pensar que se puede contar con la anuencia de las autoridades de mesa, también se podría realizar con la boleta única de papel. Ocurre que discursivamente, y funcional a la anti política, exclamar “fraude-robo-partidos-punteros”, es una expresión que pega, pero que es auténticamente deshonesta intelectualmente para quienes saben realmente lo que es estar en actos electorales. “Se roban las boletas” es uno de los latiguillos más escuchados, y la verdad que en los años de experiencia participando en elecciones, esto no ha sido un plan orquestado nunca por un partido, puede haber fundamentalistas que entiendan que es una manera de “ayudar”, pero no es algo que se haya escuchado en todas las últimas elecciones, ya no se escuchan ese tipo de denuncias porque afortunadamente hemos crecido democráticamente y todos sabemos que nuestro electorado cuando tiene una posición tomada no habrá manera que no pueda canalizarla, pero además también porque las personas que puedan no encontrar la boleta que desean meter en el sobre, salen y notifican a las autoridades de mesa, han sido situaciones absolutamente aisladas que ni siquiera han tomado forma de denuncias formales. Por otro lado, las autoridades de mesa toman recaudos para entrar al cuarto oscuro cada 5 electores aproximadamente. Hoy tenemos una rica experiencia que nos ha brindado la tan ansiada continuidad democrática. Otro argumento en contra del sistema vigente: “Se gastan el dinero destinado a pagar las boletas porque imprimen menos (con lo que actualmente les da el estado) y se quedan con el resto del dinero o le dan otro destino de campaña”, y acá es más grave, porque nuevamente se necesita complicidad de quien debe rendir con las constancias de la imprenta, más quienes integren el agrupamiento político, y de las autoridades judiciales que deben controlar que el gasto sea realizado tal cual lo dice la ley. Claramente sería un delito. Otro tema es “la ubicación” de las fotos en la boleta única, en las PASO (otro tema este de las PASO y boleta única, tamaño, legibilidad, etc.), para quienes dicen que favorece a los partidos denominados chicos, porque en las PASO, se sortean, pero en la general van por orden de caudal de votos, se imaginan quienes estarán en los lugares de privilegio en la boleta. No lo digo por el espacio que integro, obvio, lo digo por los que hablan de “equidad entre partidos”. Y sólo para no dejar pasar la oportunidad, recordar la movida del macrismo, impulsada desde el Ministerio del Interior (Rogelio F.), en la búsqueda del Voto Electrónico. Adrián Pérez, un “lilito” que comandaba una cartera denominada de “Modernización del Estado”, recorrió el país (lo único que se hizo, desde esa Secretaría, que yo recuerde), casi lo logran, suerte que nuestros legisladores y legisladoras –casi todos, porque también estaban el esposo de I. Macedo, etc, etc- se mantuvieron férreamente en su posición contraria. Sin dudas que hubiera resultado bochornoso ya que está comprobada la vulnerabilidad del voto electrónico, inclusive países de los denominados avanzados que lo habían implementado, tuvieron que volver a la tradicional forma de papel. No menor también recordar a periodistas de investigación, (no quienes están de moda) que denunciaban que el macrismo ya tenía el acuerdo hecho con la empresa proveedora de las maquinas, justamente de esas empresas que suelen financiar campañas electorales, valga la redundancia del tema en cuestión. Hay que pedirles perdón a las y los presidentes de mesa, más fiscales, porque cualquiera que haya estado de fiscal de mesa, o de fiscal general, o de veedor, sabe que quien preside la mesa JAMAS (puede haber alguna excepción que confirme la regla, no lo sé, difícil) se prestaría a cometer un fraude desde una componenda, ni siquiera quienes fiscalizan por cada boleta se lanzaría siquiera a sugerirles, pero todo el tiempo escuchamos dirigentes que no tienen ni idea. Hablan sin saber, porque siguen las elecciones por internet, radio o televisión, no tienen ni idea de la firmeza con la que actúan quienes presiden, que además generalmente están acompañados por un o una suplente que se queda a hacer el aguante, por vocación democrática o por los pocos pesos que se les abonan oficialmente, como fuere, están, y hay personas lamentables que alegremente hablan de fraude. Pero busquen, infórmense, busquen cuantas denuncias se hicieron, por ejemplo, en las últimas elecciones: Cero. Pero en mi opinión, lo peor es la idea de fomentar el individualismo, el personalismo, y eso es lo peor que le puede pasar a la actividad política. Quienes creemos en los proyectos colectivos, no podemos estar de acuerdo exclusivamente en la promoción de individualidades, porque además después hay que gobernar, y a la hora de gobernar, es complejo hacerlo con un conjunto de individualidades aisladas, por eso el peronismo es un proyecto colectivo, donde lo más importante debe ser eso, el movimiento. También es cierto que quienes cuentan con mayor cantidad de recursos económicos para hacerse propaganda (o que respondan a grandes medios), tendrán muchas más probabilidades de tener éxito con el método de boleta única de papel, las renovaciones de nombres, que todos proclamamos, en el protagonismo de candidaturas será mucho más compleja. Lo positivo es que han aparecido más defensores del medio ambiente, “es más ecológico” argumentan. Justamente se escucha esta expresión de personas que avalan o promueven la deforestación o fumigación indiscriminada. Desde luego que nuestro pueblo tiene otras prioridades y quizás a quienes la están pasando mal les resulte un debate ajeno a sus realidades. Claro que, instalado el tema, me interesa mucho la forma con la que los electores voten. No creo que sea una cuestión como para correr de atrás a las encuestas o a esas instalaciones apolíticas que sistemáticamente se llevan adelante. Esta posición sobre la posible aplicación de la boleta única de papel en la provincia, se la expresé al compañero presidente del bloque de senadores en 2018, cuando fueron convocados los distintos partidos políticos, con esto digo que sigo opinando lo mismo, y que está muy bien que dentro de nuestro espacio pensemos distinto. Actualmente no puedo decir “la gente me dice…” porque nunca lo diría, más bien siempre elijo “hay algunas personas que me dicen o compañeras y compañeros que me dicen”, y digo que actualmente no lo puedo decir ya que lamentablemente problemas personales me han mantenido a distancia, pero no tanta como para no opinar de lo que estoy opinando. No es esta la oportunidad para intentar reformar el ejercicio del voto. No pueden decir que “no es año electoral” porque están todos en campaña. Quizás en el futuro podamos evaluar entre todos el perfeccionamiento del actual método que tenemos en nuestra provincia.
Boleta única de papel, lo que oculta
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