El temor a una nueva sequía sobrevuela el campo entrerriano

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Los maíces de primera son los que más sufren la falta de agua porque atraviesan el período crítico, cuando se definen los rendimientos. Si no llueve generosamente en los próximos días habría una merma en la producción.

Foto Ilustrativa.

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El calor es el tema recurrente en los últimos días en el país que soporta temperaturas bochornosas en la mayor parte de su geografía. En el campo, obviamente, el tema comienza a preocupar y los productores entrerrianos temen que este pulso seco se extienda e impacte en los rendimientos de los cultivos, de manera especial en los maíces de primera que hasta hace sólo quince días venían muy bien y con posibilidades de obtener buenos rindes.

Es que la falta de lluvias y la ola de calor hacen mella sobre el balance hídrico de los suelos. “A pesar de que se han observado algunas lloviznas dispersas, las mismas han sido irrelevantes a la hora de poner freno al deterioro de las reservas”, señala el último reporte del Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber) dado a conocer ayer.

Sequía. Técnicamente la totalidad de los departamentos Feliciano, Federal, Federación, Concordia, Sal Salvador y Colón ya están en sequía. El noreste de La Paz, el noreste de Nogoyá, el noroeste de Tala, gran parte de Villaguay y la mitad de Uruguay, Gualeguay, Gualeguaychú e Islas se encuentran en la misma situación.

Más aliviados –pero ahí nomás, con reservas escasas– aparecen la mayor gran parte de La Paz; casi la totalidad de Paraná, Diamante, Victoria y Tala; un sector de Uruguay, Gualeguay, Gualeguaychú e Islas.

Sólo un sector de Diamante, sobre la costa del río Paraná, posee reservas regulares.

El panorama en los departamentos “más aliviados”, sin embargo, mutará rápidamente a la situación de sequía si no se producen lluvias generosas.

Qué puede pasar. “Las variables principales convergen de una manera desfavorable para configurar un escenario problemático que deben transitar los maíces y la soja, principalmente los primeros”, agrega el informe del Siber.
Las reservas superficiales “se han agotado” y los cultivos “se defienden con la humedad profunda”, agrega. “Es muy posible que el aspecto de los mismos no esté en línea con el forzoso ajuste del balance hídrico, pero sin duda están acusando el impacto de las condiciones ambientales y quedan muy pendientes del alivio que podría llegar este fin de semana”, arriesga el Siber.

Hay, en este sentido, “algunas señales favorables” que aparecen sobre el centro de la provincia de Buenos Aires y que en el corto plazo pueden extenderse a las provincias del centro, incluyendo Entre Ríos. “Luego de más de dos semanas un sistema frontal se organiza sin que la zona de alta presión logre debilitarlo. Comienzan a observarse nubes cuyo desarrollo escapa a las condiciones estructuralmente estables que se han vuelto persistentes en las últimas dos semanas.

Es posible que este patrón de mayor actividad e inestabilidad se refleje en la franja central desde este sábado. Esto debería traducirse en lluvias que ganen continuidad desde el domingo”, vaticina el Siber.

De todos modos, como las exigentes condiciones meteorológicas de los últimos días han promovido una pérdida de humedad mayor a la habitual, las lluvias previstas “no lograrán compensar el balance hídrico deficitario de diciembre” aunque “auxiliarán oportunamente a los cultivos”.

Al hacer una proyección a enero, “la situación se presenta más favorable que la actual, pero no se perfila un panorama sobrado”, advierte el Siber.

El panorama en la zona núcleo

Si bien existen en la historia temperaturas superiores a las registradas en este diciembre, la particularidad de este evento radica en la persistencia de las elevadas marcas térmicas y la extensión del área involucrada, señala un informe de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Desde comienzos de diciembre se puede observar la presencia de una masa de aire cálido y húmedo sobre la zona central del país, masa que está generando temperaturas muy elevadas, por encima de los 40º C, y persistentes en toda la región.

Como complemento de las altas temperaturas, agrega la GEA, se destaca la particularidad que han presentado las precipitaciones, ya que siguen desarrollándose sólo en forma localizada. Por lo tanto, sólo se producen descensos térmicos temporarios y muy sectorizados.

Esta situación “está impactando de manera muy negativa en las reservas de agua en el suelo con una consecuencia muy notable a largo plazo. Si bien la región núcleo se benefició durante los meses de octubre y noviembre con precipitaciones, que dio lugar a buena recarga de humedad en los suelos, las elevadas temperaturas están comenzando a evaporar rápidamente las reservas ganadas”, señala la GEA.

Si bien es factible la ocurrencia de algunas precipitaciones, para recuperar las condiciones hídricas óptimas para la normal evolución del maíz en la zona núcleo se necesitarían poco más de 100 mm para los próximos 15 días, dice el informe. (Fuente: Elonce.com)