Así lo hicieron saber desde la organización con una publicación titulada “Comenzando a preparar nuestros corazones amados Peregrinos”.
Allí se indica que el lema elegido para este año será “Madre, que Cristo nos de su paz” y que la fecha elegida es el 14 y 15 de octubre próximo.
“En el año 2019 nos despedimos en la Loma sin saber que el 2020 nos iba a poner el desafío de seguir peregrinando desde nuestros hogares pero con el corazón en el camino y nuestra fe intacta; en el 2021 volvimos a soñar con el reencuentro que se dio nuevamente virtual pero esta vez con la posibilidad de acompañar a nuestra amada Mater en su recorrido desde la Ermita de Hasenkamp hasta el Santuario en Paraná, y llegó el 2022 y con él volvemos a ponernos en marcha para encontrarnos y recorrer juntos los kilómetros que no nos separan, sino que nos unen y nos reconfortan”, describieron los encargados de llevar adelante la logística que implica la multitudinaria peregrinación.
La particularidad de esta edición es que se trata de la número 40.
“Es tiempo queridos peregrinos de volver al camino junto a la Madre celebrando que este año se cumplen 40 desde la primera vez que un grupo de amigos decidió hacerle un regalo de amor a la Virgen de Schoenstatt y unir a pie los 90 kilómetros que separan la Ermita del Santuario”.
El lema
“Salimos al encuentro de nuestra madre bajo el lema “Madre, que Cristo nos de su Paz”, esa paz tan necesaria para poder vivir como verdaderos hijos de Dios en un tiempo de conflictos personales, sociales y tal vez espirituales, en el que necesitamos de nuestra Madre María para que nos reconforte y proteja con su amor infinito y nos regale la paz de su hijo para así poder cumplir la voluntad del Señor”, indicaron a través de la página de la peregrinación.
Posteriormente, hicieron hincapié en la realidad bélica que vive el mundo.
“En estos momentos se está desatando una guerra cruel como lo son toda las guerras, hay personas, hermanos, que sufren y necesitan que el mundo no mire hacia otro lado. El Papa Francisco consagró a Rusia al Inmaculado Corazón de María, siguiendo el pedido de la Virgen de Fátima, ella es nuestro vínculo con Cristo y nosotros tenemos la responsabilidad, de reflejar ese amor que tanto nos ha reconfortado a lo largo de nuestras vidas y cultivar en nosotros la Paz de Jesús para ser reflejo de ella y cambiar desde nuestro lugar un poco este mundo, para ser refugio del que necesita, con un corazón abierto a escuchar y aceptar”.
Los devotos que realicen la prueba de fe que implica caminar toda la noche, sumarán a sus intenciones personales, a sus promesas, a sus agradecimientos, la intención por la paz.
“Hoy le pedimos a ELLA que nos de Paz para ser nosotros también una parte de la historia, esa parte que se recuerda con una sonrisa para estar en el lugar que nuestros hermanos necesitan y que Ella nos indique. Que la Virgen María nos conceda la Paz de su hijo Jesús, al aceptar la Cruz de cada día, con la humildad, pureza y obediencia a la voluntad del Padre”, se señaló.
Finalmente, se hizo la invitación a la comunidad para sumarse al recorrido junto a la Virgen. “Queridos Peregrinos esperamos encontrarnos nuevamente en el camino y transitar todos juntos estos meses de preparación para llegar al día del encuentro con nuestros corazones y almas embebidos del amor de María y la Paz de Cristo”.
Historia
Hubo dos personas que supieron escuchar la voluntad de Dios y lograron demostrar su amor a María iniciando este peregrinar. Ellos fueron dos jóvenes de la juventud masculina de Schoenstatt de Hasenkamp, Amelio Rodríguez y Jorge Quiroz.
En 1983, se estaban preparando para sellar su Alianza de Amor con la Mater, y decidieron visitarla en el Santuario de La Loma en Paraná, pero de una manera diferente. Renunciaron a las comodidades y transformaron su deseo en una odisea poco común. Se propusieron unir los 90 kilómetros que separan Hasenkamp de Paraná, a pie.
El agua fue el signo que marcó esta peregrinación desde el primer día. Una fuerte tormenta hizo abandonar la marcha, pero al fin de semana siguiente, Jorge y Amelio se pusieron en camino nuevamente para encontrarse, por primera vez como peregrinos, con “La Patrona” (como ellos le llamaban a la Mater), en su casa de La Loma.
“Algún día, la gente va a salir de los campos para unirse a esta peregrinación”, dijeron.
Mitad en broma, mitad en serio. Uno de los dos jóvenes se animó a expresar un pensamiento que tenía olor a utopía. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que aquello se haga realidad. Y no sólo se unió la gente de los campos, sino que poco a poco, la de los pueblos de la diócesis y los de un poco más allá. Es por eso lleva el nombre de “Peregrinación de los Pueblos”.
Durante los primeros años, no se contaba con una fecha fija para su realización. Por una sugerencia de monseñor Karlic, y a los efectos de poder incorporarla al calendario diocesano, se decidió dejar como fecha fija el viernes y sábado previos al tercer domingo de octubre.
Cada año, en vísperas del Día de la Madre, la Mater convoca a miles y miles de peregrinos en la Ermita de Hasenkamp, para tomarlos de la mano y caminar con ellos, durante 26 horas hasta una nueva Puesta de Sol. La pequeñez de los instrumentos, la magnitud de las dificultades y la grandeza de los frutos sobrenaturales confirman anualmente el amor de María que se manifiesta de una forma especial en este acontecimiento.
Con el correr del tiempo, surgió la necesidad de contar con un asesor diocesano, a fin de que sirviera de nexo entre las autoridades eclesiales y fieles en general. Así, y a pedido de la Comisión Organizadora, se nombró al Padre Jorge Godoy, un hijo del pueblo de Hasenkamp, quien vivió desde seminarista la Peregrinación “desde adentro” como primer asesor diocesano en el año 2000.
En cada paso dado, se vivencia la Iglesia en su totalidad: fieles de las parroquias, seminaristas, sacerdotes y religiosos, hermanas, gente de movimientos eclesiales ofrecen lo mejor de sí para que esta Peregrinación sea una experiencia viva de la Iglesia que camina, que es familia nueva reflejada en los mil rostros que se ven en el camino unidos todos por un mismo espíritu, una misma fe y un mismo destino.
Como una gran red de ayuda que también peregrina, se encuentran los bomberos, la policía, los enfermeros y médicos, los aguateros, la gente de estacionamiento, los cursillistas que preparan el desayuno, los voluntarios que preparan las antorchas, la gente que organiza cada descanso, los que salen al encuentro para ofrecer un poco de agua, la gente que prepara la llegada a La Loma. Todos los que colaboran materialmente y espiritualmente acompañando con la oración a lo largo de todo el recorrido.
(Fuente: Diario Uno)
Vuelve a la presencialidad la Peregrinación de los Pueblos Hasenkamp – Paraná
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La 40º edición de la peregrinación junto a Virgen de Shoenstatt se realizará el 14 y 15 de octubre. Este año el lema será “Madre, que Cristo nos de su paz”.
Foto Archivo.
Las restricciones exigidas por el gobierno argentino, debido a la pandemia de Covid-19, obligaron a suspender por dos años la Peregrinación de los Pueblos. Este 2022 se volverá a la ruta, junto a la Virgen de Schoenstatt, para recorrer los 90 kilómetros de fe que unen a localidad de Hasenkamp con la ciudad de Paraná.
Así lo hicieron saber desde la organización con una publicación titulada “Comenzando a preparar nuestros corazones amados Peregrinos”.
Allí se indica que el lema elegido para este año será “Madre, que Cristo nos de su paz” y que la fecha elegida es el 14 y 15 de octubre próximo.
“En el año 2019 nos despedimos en la Loma sin saber que el 2020 nos iba a poner el desafío de seguir peregrinando desde nuestros hogares pero con el corazón en el camino y nuestra fe intacta; en el 2021 volvimos a soñar con el reencuentro que se dio nuevamente virtual pero esta vez con la posibilidad de acompañar a nuestra amada Mater en su recorrido desde la Ermita de Hasenkamp hasta el Santuario en Paraná, y llegó el 2022 y con él volvemos a ponernos en marcha para encontrarnos y recorrer juntos los kilómetros que no nos separan, sino que nos unen y nos reconfortan”, describieron los encargados de llevar adelante la logística que implica la multitudinaria peregrinación.
La particularidad de esta edición es que se trata de la número 40.
“Es tiempo queridos peregrinos de volver al camino junto a la Madre celebrando que este año se cumplen 40 desde la primera vez que un grupo de amigos decidió hacerle un regalo de amor a la Virgen de Schoenstatt y unir a pie los 90 kilómetros que separan la Ermita del Santuario”.
El lema
“Salimos al encuentro de nuestra madre bajo el lema “Madre, que Cristo nos de su Paz”, esa paz tan necesaria para poder vivir como verdaderos hijos de Dios en un tiempo de conflictos personales, sociales y tal vez espirituales, en el que necesitamos de nuestra Madre María para que nos reconforte y proteja con su amor infinito y nos regale la paz de su hijo para así poder cumplir la voluntad del Señor”, indicaron a través de la página de la peregrinación.
Posteriormente, hicieron hincapié en la realidad bélica que vive el mundo.
“En estos momentos se está desatando una guerra cruel como lo son toda las guerras, hay personas, hermanos, que sufren y necesitan que el mundo no mire hacia otro lado. El Papa Francisco consagró a Rusia al Inmaculado Corazón de María, siguiendo el pedido de la Virgen de Fátima, ella es nuestro vínculo con Cristo y nosotros tenemos la responsabilidad, de reflejar ese amor que tanto nos ha reconfortado a lo largo de nuestras vidas y cultivar en nosotros la Paz de Jesús para ser reflejo de ella y cambiar desde nuestro lugar un poco este mundo, para ser refugio del que necesita, con un corazón abierto a escuchar y aceptar”.
Los devotos que realicen la prueba de fe que implica caminar toda la noche, sumarán a sus intenciones personales, a sus promesas, a sus agradecimientos, la intención por la paz.
“Hoy le pedimos a ELLA que nos de Paz para ser nosotros también una parte de la historia, esa parte que se recuerda con una sonrisa para estar en el lugar que nuestros hermanos necesitan y que Ella nos indique. Que la Virgen María nos conceda la Paz de su hijo Jesús, al aceptar la Cruz de cada día, con la humildad, pureza y obediencia a la voluntad del Padre”, se señaló.
Finalmente, se hizo la invitación a la comunidad para sumarse al recorrido junto a la Virgen. “Queridos Peregrinos esperamos encontrarnos nuevamente en el camino y transitar todos juntos estos meses de preparación para llegar al día del encuentro con nuestros corazones y almas embebidos del amor de María y la Paz de Cristo”.
Historia
Hubo dos personas que supieron escuchar la voluntad de Dios y lograron demostrar su amor a María iniciando este peregrinar. Ellos fueron dos jóvenes de la juventud masculina de Schoenstatt de Hasenkamp, Amelio Rodríguez y Jorge Quiroz.
En 1983, se estaban preparando para sellar su Alianza de Amor con la Mater, y decidieron visitarla en el Santuario de La Loma en Paraná, pero de una manera diferente. Renunciaron a las comodidades y transformaron su deseo en una odisea poco común. Se propusieron unir los 90 kilómetros que separan Hasenkamp de Paraná, a pie.
El agua fue el signo que marcó esta peregrinación desde el primer día. Una fuerte tormenta hizo abandonar la marcha, pero al fin de semana siguiente, Jorge y Amelio se pusieron en camino nuevamente para encontrarse, por primera vez como peregrinos, con “La Patrona” (como ellos le llamaban a la Mater), en su casa de La Loma.
“Algún día, la gente va a salir de los campos para unirse a esta peregrinación”, dijeron.
Mitad en broma, mitad en serio. Uno de los dos jóvenes se animó a expresar un pensamiento que tenía olor a utopía. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que aquello se haga realidad. Y no sólo se unió la gente de los campos, sino que poco a poco, la de los pueblos de la diócesis y los de un poco más allá. Es por eso lleva el nombre de “Peregrinación de los Pueblos”.
Durante los primeros años, no se contaba con una fecha fija para su realización. Por una sugerencia de monseñor Karlic, y a los efectos de poder incorporarla al calendario diocesano, se decidió dejar como fecha fija el viernes y sábado previos al tercer domingo de octubre.
Cada año, en vísperas del Día de la Madre, la Mater convoca a miles y miles de peregrinos en la Ermita de Hasenkamp, para tomarlos de la mano y caminar con ellos, durante 26 horas hasta una nueva Puesta de Sol. La pequeñez de los instrumentos, la magnitud de las dificultades y la grandeza de los frutos sobrenaturales confirman anualmente el amor de María que se manifiesta de una forma especial en este acontecimiento.
Con el correr del tiempo, surgió la necesidad de contar con un asesor diocesano, a fin de que sirviera de nexo entre las autoridades eclesiales y fieles en general. Así, y a pedido de la Comisión Organizadora, se nombró al Padre Jorge Godoy, un hijo del pueblo de Hasenkamp, quien vivió desde seminarista la Peregrinación “desde adentro” como primer asesor diocesano en el año 2000.
En cada paso dado, se vivencia la Iglesia en su totalidad: fieles de las parroquias, seminaristas, sacerdotes y religiosos, hermanas, gente de movimientos eclesiales ofrecen lo mejor de sí para que esta Peregrinación sea una experiencia viva de la Iglesia que camina, que es familia nueva reflejada en los mil rostros que se ven en el camino unidos todos por un mismo espíritu, una misma fe y un mismo destino.
Como una gran red de ayuda que también peregrina, se encuentran los bomberos, la policía, los enfermeros y médicos, los aguateros, la gente de estacionamiento, los cursillistas que preparan el desayuno, los voluntarios que preparan las antorchas, la gente que organiza cada descanso, los que salen al encuentro para ofrecer un poco de agua, la gente que prepara la llegada a La Loma. Todos los que colaboran materialmente y espiritualmente acompañando con la oración a lo largo de todo el recorrido.
(Fuente: Diario Uno)