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Un contador auditor externo de la firma Miguel Waigel y Cia SA, imputado en la causa, presentó un balance original de corte de actividades a julio de 2009. No se condice con el que la empresa aportó al proceso judicial y consta en el legajo.
Causa Waigel.
Siete integrantes de la familia Waigel, entre ellos su presidente e integrantes del directorio de la firma Miguel Waigel y Cia SA, son juzgados junto a 14 personas más por el presunto delito de Insolvencia fiscal fraudulenta agravado por haber sido cometido con la concurrencia de dos o más personas, en calidad de autores, coautores y partícipes necesarios, según los roles endilgados.
En el caso de un contador, Miguel Ángel Banega, se agregó la agravante de haber confeccionado estados contables que facilitaron la comisión del delito.
Se presume un daño a los acreedores por 65.504.510,20 de pesos y de 4.724.969,85 de pesos al fisco nacional, al año 2007.
Banega prestó declaración de imputado ayer y respondió preguntas de las partes, a diferencia de los integrantes de la familia Waigel -Miguel Artemio Waigel, Nanci del Carmen Waigel y Maricel Alejandra Waigel- que lo hicieron leyendo sus declaraciones sin responder preguntas de la querella por la AFIP ni de Fiscalía, y de otros miembro del clan, que eligieron no declarar y sus declaraciones serán introducidas por lectura.
Estos últimos son Juan Pablo Mariano Waigel, Andrea Carina Waigel. De la misma manera serán introducidas al legajo las declaraciones de los imputados, Leandro Nicolino Ripari y Jorge Guillermo Waigandt.
El contador Banega, de 69 años, con 47 años de ejercicio de su profesión, período en el que según sostuvo, asesoró a numerosas empresas y particulares, como comerciantes y profesionales, fue durante 19 años auditor externo de la firma Miguel Waigel y Cia SA de manera independiente, recalcando que nunca estuvo en relación de dependencia con la empresa.
Ayer, tras negar enfáticamente los hechos que se le imputan, introdujo una evidencia que complicaría a los integrantes del directorio.
Se trató de un balance de corte de actividades al 27 de julio de 2009 que evalúa el estado contable de la firma, que según lo exige la ley, Banega presentó al momento del concurso de la empresa y fue incorporado al expediente de la quiebra.
La situación surgió ante una pregunta de los fiscales respecto de la resgitración de los créditos generados por el depósito de los ahorristas, que según el informe que presentó la firma y contaría con la firma de Banega y del presidente de la firma, están inscriptos como pasivos no corrientes, es decir crédito cero, y en el que presentó Banega ayer, que cuenta con la certificación del Consejo de Ciencias Económicas de Entre Ríos, se consignaron como pasivos corrientes.
La situación generó sorpresa y desconcierto en todas las partes, incluso en la jueza que preside el debate.
Entre las actividades que restan para los alegatos que comenzarán el miércoles 27 con la querella, se encuentra la admisión de la profusa prueba admitida, la de la instrucción suplementaria, la declaración de los testigos, todas las periciales, las numerosas denuncias y la comparación del balance que presentó Banega ayer, que no se condice con el que consta en el expediente y fue aportado por la concursada.
Aparte de la situación que generó con la incorporación de su balance, del que presentó el original y dejó en manos de las partes, Banega sostuvo que nunca participó del relevamiento de bienes de la firma; que el balance que presentó fue reemplazado por otro por una diferencia de monto de un millón de pesos y fue desechado cuando se hicieron las presentaciones, por lo que preguntó “¿no sé por qué estoy acá?”; que nunca cometió ninguna maniobra ilegal; que realizó su tarea de auditor con información que le aportaba la empresa, que en el momento parecía estar en orden pero que en la actualidad le dejaron “dudas”.
Otro testimonio
La escribana Patricia Liliana Quesada, imputada en cuatro hechos brindó una testimonial espontánea y sólida en la que respondió todas las preguntas de las acusaciones, según señala la crónica de El Diario.
La mujer es esposa de otro imputado, el abogado Horacio Felipe Schmidt Bender, que fue el primer imputado en declarar en el juicio.
Ayer negó con mucha convicción los cargos en su contra y lo fundamentó. Su declaración será materia de análisis en los alegatos, pero ayer se mostró muy sólida.
Quesada respondió a cada una de las imputaciones. Respecto de la primera, consistente en que no se consignaron en los estados contables de la firma los montos de las escrituras en las que intervino, sostuvo que no es su responsabilidad sino de la firma hacerlo, añadiendo que ella realizó todos los pasos e informó a todos los organismos que las leyes le exigen.
La segunda imputación, que sostiene que adquirió dos terrenos para perjudicar a los acreedores y a la AFIP, dijo lo mismo que su esposo: que fueron compradores de buena fe.
También dijo que no sabía de la situación económica que atravesaba la firma. Añadió que se enojó con su cuñado, que es pareja de Nancy Waigel, porque no le informó de aquella situación, de la que agregó que de haberla sabido, no compraba los terrenos.
Las dos últimas imputaciones fueron por certificaciones de firmas de constitución de los contratos sociales de constitución de seis firmas integradas por miembros del clan Waigel y de las firmas del acuerdo constitutivo de la persona jurídica El Legado SRL integrada por Miguel Artemio Waigel y María del Carmen Schroeder, que recibió numerosos inmuebles en concepto de capital social.
La escribana Quesada sostuvo que su actuación se ciñó a lo estrictamente notarial, añadiendo que con la simple certificación de firmas no pudo aportar al desapoderamiento de bienes de la concursada en ese momento.
Quesada afirmó que no se “imaginó” que la empresa iba a concurso y que iba a quebrar. También se preguntó por qué era la única escribana imputada si todos los escribanos de Crespo trabajaron con los Waigel.
En el mismo sentido, señaló que en los dos terrenos que adquirió con su esposo tiene como vecinos a personas que los adquirieron como ellos, pero no están imputados.
Contador introdujo evidencia que complicaría al directorio de Waigel
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Un contador auditor externo de la firma Miguel Waigel y Cia SA, imputado en la causa, presentó un balance original de corte de actividades a julio de 2009. No se condice con el que la empresa aportó al proceso judicial y consta en el legajo.
Causa Waigel.
Siete integrantes de la familia Waigel, entre ellos su presidente e integrantes del directorio de la firma Miguel Waigel y Cia SA, son juzgados junto a 14 personas más por el presunto delito de Insolvencia fiscal fraudulenta agravado por haber sido cometido con la concurrencia de dos o más personas, en calidad de autores, coautores y partícipes necesarios, según los roles endilgados.
En el caso de un contador, Miguel Ángel Banega, se agregó la agravante de haber confeccionado estados contables que facilitaron la comisión del delito.
Se presume un daño a los acreedores por 65.504.510,20 de pesos y de 4.724.969,85 de pesos al fisco nacional, al año 2007.
Banega prestó declaración de imputado ayer y respondió preguntas de las partes, a diferencia de los integrantes de la familia Waigel -Miguel Artemio Waigel, Nanci del Carmen Waigel y Maricel Alejandra Waigel- que lo hicieron leyendo sus declaraciones sin responder preguntas de la querella por la AFIP ni de Fiscalía, y de otros miembro del clan, que eligieron no declarar y sus declaraciones serán introducidas por lectura.
Estos últimos son Juan Pablo Mariano Waigel, Andrea Carina Waigel. De la misma manera serán introducidas al legajo las declaraciones de los imputados, Leandro Nicolino Ripari y Jorge Guillermo Waigandt.
El contador Banega, de 69 años, con 47 años de ejercicio de su profesión, período en el que según sostuvo, asesoró a numerosas empresas y particulares, como comerciantes y profesionales, fue durante 19 años auditor externo de la firma Miguel Waigel y Cia SA de manera independiente, recalcando que nunca estuvo en relación de dependencia con la empresa.
Ayer, tras negar enfáticamente los hechos que se le imputan, introdujo una evidencia que complicaría a los integrantes del directorio.
Se trató de un balance de corte de actividades al 27 de julio de 2009 que evalúa el estado contable de la firma, que según lo exige la ley, Banega presentó al momento del concurso de la empresa y fue incorporado al expediente de la quiebra.
La situación generó sorpresa y desconcierto en todas las partes, incluso en la jueza que preside el debate.
Entre las actividades que restan para los alegatos que comenzarán el miércoles 27 con la querella, se encuentra la admisión de la profusa prueba admitida, la de la instrucción suplementaria, la declaración de los testigos, todas las periciales, las numerosas denuncias y la comparación del balance que presentó Banega ayer, que no se condice con el que consta en el expediente y fue aportado por la concursada.
Aparte de la situación que generó con la incorporación de su balance, del que presentó el original y dejó en manos de las partes, Banega sostuvo que nunca participó del relevamiento de bienes de la firma; que el balance que presentó fue reemplazado por otro por una diferencia de monto de un millón de pesos y fue desechado cuando se hicieron las presentaciones, por lo que preguntó “¿no sé por qué estoy acá?”; que nunca cometió ninguna maniobra ilegal; que realizó su tarea de auditor con información que le aportaba la empresa, que en el momento parecía estar en orden pero que en la actualidad le dejaron “dudas”.
Otro testimonio
La escribana Patricia Liliana Quesada, imputada en cuatro hechos brindó una testimonial espontánea y sólida en la que respondió todas las preguntas de las acusaciones, según señala la crónica de El Diario.
La mujer es esposa de otro imputado, el abogado Horacio Felipe Schmidt Bender, que fue el primer imputado en declarar en el juicio.
Ayer negó con mucha convicción los cargos en su contra y lo fundamentó. Su declaración será materia de análisis en los alegatos, pero ayer se mostró muy sólida.
Quesada respondió a cada una de las imputaciones. Respecto de la primera, consistente en que no se consignaron en los estados contables de la firma los montos de las escrituras en las que intervino, sostuvo que no es su responsabilidad sino de la firma hacerlo, añadiendo que ella realizó todos los pasos e informó a todos los organismos que las leyes le exigen.
La segunda imputación, que sostiene que adquirió dos terrenos para perjudicar a los acreedores y a la AFIP, dijo lo mismo que su esposo: que fueron compradores de buena fe.
También dijo que no sabía de la situación económica que atravesaba la firma. Añadió que se enojó con su cuñado, que es pareja de Nancy Waigel, porque no le informó de aquella situación, de la que agregó que de haberla sabido, no compraba los terrenos.
Las dos últimas imputaciones fueron por certificaciones de firmas de constitución de los contratos sociales de constitución de seis firmas integradas por miembros del clan Waigel y de las firmas del acuerdo constitutivo de la persona jurídica El Legado SRL integrada por Miguel Artemio Waigel y María del Carmen Schroeder, que recibió numerosos inmuebles en concepto de capital social.
La escribana Quesada sostuvo que su actuación se ciñó a lo estrictamente notarial, añadiendo que con la simple certificación de firmas no pudo aportar al desapoderamiento de bienes de la concursada en ese momento.
Quesada afirmó que no se “imaginó” que la empresa iba a concurso y que iba a quebrar. También se preguntó por qué era la única escribana imputada si todos los escribanos de Crespo trabajaron con los Waigel.
En el mismo sentido, señaló que en los dos terrenos que adquirió con su esposo tiene como vecinos a personas que los adquirieron como ellos, pero no están imputados.