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El juez de Transición y Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, lamentó que, a poco de cumplirse 20 años de la desaparición de la familia Gill, aún no se haya avanzado de modo sustancial para conocer qué sucedió con ellos.
A casi 20 años de su desaparición.
La familia vivía en la estancia La Candelaria, en Crucesitas Séptima, departamento Nogoyá. El 13 de enero de 2002 se lo vio por última vez a Rubén Gill, quien tenía 56 años; a su mujer Norma Margarita Gallego (26) y sus hijos María Ofelia (12), Osvaldo José (9), Sofía Margarita (6) y Carlos Daniel (3). Lo último que se supo fue que habían emprendido un viaje corto -de unos 30 kilómetros- hasta la ciudad de Viale, donde estuvieron en un velorio.
Desde entonces, el expediente judicial ha estado rodeado por preguntas. En una primera instancia, la lupa judicial se posó sobre Alfonso Francisco Goette, propietario del campo donde vivía la familia Gill. Sin embargo, cualquier información que pudo haber tenido se perdió la noche del jueves 16 de junio de 2016, cuando el hombre murió en un siniestro vial.
La crónica policial de aquel día habló de una mala maniobra que provocó la salida de la ruta, el despiste y el vuelco de la camioneta Nissan Frontera que conducía el hombre, entonces de 70 años. El accidente fatal ocurrió en la intersección de las rutas 32 y 35.
“La sensación es de fracaso”
El juez Gustavo Acosta, quien desde 2015 está al frente de la investigación de la desaparición de los Gill, no ha dejado de realizar procedimientos, tomar testimoniales, contactar testigos y buscar apoyo de especialistas. Sin embargo, a 20 años de la desaparición, el magistrado lamentó que la causa siga sin datos que brinden una respuesta. “Hasta ahora hemos fracaso como Justicia. La verdad no pudimos darle respuestas a los familiares de los Gill sobre lo que pasó con Mencho, Norma y sus cuatro hijos”, expresó.
Sobre las últimas novedades en la investigación, que sigue caratulada como “averiguación de paradero”, señaló: “Una persona de Tabossi nos había señalado un posible pozo en el arroyo, del otro lado de la estancia. También nos contó que hay otra persona que dice haber visto a Mencho cerca de un pozo mucho antes de la desaparición”.
En ese sentido, señaló que resta dialogar con el testigo con el fin de “establecer las coordenadas en el territorio donde vio a Mencho y disponer una medida”.
Explicó que una vez que tengan el dato, solicitarán que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realice un escaneo con un georadar, para determinar si existen elementos para realizar una excavación.
“El Equipo de Antropología Forense sigue colaborando con la causa. Nosotros vamos a conseguir la información y luego informamos para ver si hacen el georadar. Si esta persona señala el lugar donde vio a Mencho, tomamos coordenadas y hacemos el georadar; después vemos si se excava”, explicó.
El 13 de enero de 2022 se cumplen 20 años de la desaparición de la familia, y sus familiares y amigos preparan una marcha con el fin de visibilizar que aún siguen con la búsqueda. Consultado al respecto, el juez Acosta manifestó a Entre Ríos Ahora: “Vamos a seguir trabajando para dar una respuesta, para saber lo que pasó con ellos. Sin embargo, hasta ahora la sensación de lo que hemos hecho es de fracaso”.
(Fuente: elonce.com)
Desaparición de la familia Gill: “Hemos fracasado como Justicia”, dijo el juez
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El juez de Transición y Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, lamentó que, a poco de cumplirse 20 años de la desaparición de la familia Gill, aún no se haya avanzado de modo sustancial para conocer qué sucedió con ellos.
A casi 20 años de su desaparición.
La familia vivía en la estancia La Candelaria, en Crucesitas Séptima, departamento Nogoyá. El 13 de enero de 2002 se lo vio por última vez a Rubén Gill, quien tenía 56 años; a su mujer Norma Margarita Gallego (26) y sus hijos María Ofelia (12), Osvaldo José (9), Sofía Margarita (6) y Carlos Daniel (3). Lo último que se supo fue que habían emprendido un viaje corto -de unos 30 kilómetros- hasta la ciudad de Viale, donde estuvieron en un velorio.
Desde entonces, el expediente judicial ha estado rodeado por preguntas. En una primera instancia, la lupa judicial se posó sobre Alfonso Francisco Goette, propietario del campo donde vivía la familia Gill. Sin embargo, cualquier información que pudo haber tenido se perdió la noche del jueves 16 de junio de 2016, cuando el hombre murió en un siniestro vial.
La crónica policial de aquel día habló de una mala maniobra que provocó la salida de la ruta, el despiste y el vuelco de la camioneta Nissan Frontera que conducía el hombre, entonces de 70 años. El accidente fatal ocurrió en la intersección de las rutas 32 y 35.
“La sensación es de fracaso”
El juez Gustavo Acosta, quien desde 2015 está al frente de la investigación de la desaparición de los Gill, no ha dejado de realizar procedimientos, tomar testimoniales, contactar testigos y buscar apoyo de especialistas. Sin embargo, a 20 años de la desaparición, el magistrado lamentó que la causa siga sin datos que brinden una respuesta. “Hasta ahora hemos fracaso como Justicia. La verdad no pudimos darle respuestas a los familiares de los Gill sobre lo que pasó con Mencho, Norma y sus cuatro hijos”, expresó.
Sobre las últimas novedades en la investigación, que sigue caratulada como “averiguación de paradero”, señaló: “Una persona de Tabossi nos había señalado un posible pozo en el arroyo, del otro lado de la estancia. También nos contó que hay otra persona que dice haber visto a Mencho cerca de un pozo mucho antes de la desaparición”.
En ese sentido, señaló que resta dialogar con el testigo con el fin de “establecer las coordenadas en el territorio donde vio a Mencho y disponer una medida”.
Explicó que una vez que tengan el dato, solicitarán que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realice un escaneo con un georadar, para determinar si existen elementos para realizar una excavación.
“El Equipo de Antropología Forense sigue colaborando con la causa. Nosotros vamos a conseguir la información y luego informamos para ver si hacen el georadar. Si esta persona señala el lugar donde vio a Mencho, tomamos coordenadas y hacemos el georadar; después vemos si se excava”, explicó.
El 13 de enero de 2022 se cumplen 20 años de la desaparición de la familia, y sus familiares y amigos preparan una marcha con el fin de visibilizar que aún siguen con la búsqueda. Consultado al respecto, el juez Acosta manifestó a Entre Ríos Ahora: “Vamos a seguir trabajando para dar una respuesta, para saber lo que pasó con ellos. Sin embargo, hasta ahora la sensación de lo que hemos hecho es de fracaso”.