El deceso del tres veces gobernador de Entre Ríos, Jorge Pedro Busti, señala una hora luctuosa en la historia contemporánea de nuestra provincia y conmueve a muchos que hemos tratado con él durante sus años de gestión y fuera de ellos.

No podemos olvidar, entre mucho, que por su decisión se hizo realidad la obra de asfalto Crespo-Racedo, reclamada durante treinta años y que marcó el inicio del desarrollo de una importante micro región.

En lo personal, debo destacar su permanente buena disposición a la resolución de cuanto le hemos planteado desde nuestro sector, hallando siempre las puertas de su despacho abiertas al diálogo. Por su invitación he tenido también el honor de haber sido Convencional Constituyente de mi amada provincia, para la Reforma de la Constitución de 2008, en representación del empresariado entrerriano. El diálogo sincero que hemos mantenido siempre, construyó una amistad transparente y duradera que hace más difícil decir adiós en una instancia como esta, cuando despedimos al amigo pero también al hombre que, con sus aciertos y errores a lo largo de la escuela de la vida, siempre soñó y procuró lo mejor para Entre Ríos.